La neurocientífica e investigadora Ana María Triana Hoyos de la Universidad  Illinois acaba de publicar los resultados de una reciente investigación llevada a cabo en la Universidad Alto de Finlandia donde monitorizó su cerebro para comprobar durante cinco meses como influía la rutina de hacer ejercicio, el sueño y su estado anímico en las conexiones neuronales. Una de las principales conclusiones es que los efectos de esas conexiones se prolongan al menos quince días más. Y que la calidad del sueño es más importante que la cantidad de horas que puedas dormir. También se llevó alguna sorpresa: "La actividad física era muy evidente que tenía relación con mi memoria"