En la crónica negra desembocan todos los ríos de la pasión: el deseo, la avaricia, los celos, la ira, el odio, el amor, la codicia, la ambición... No hay historias solo de buenos y malos. Hay relatos llenos de matices, de medias verdades, de fortalezas y de debilidades, de inocencia y de crueldad. Los hemos reunido en un dossier. Negro, naturalmente.
El Arropiero (y II): El criminal loco que nunca pisó la cárcel - Episodio 65
February 13, 2024
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Aunque Manuel Delgado Villegas, también llamado el Arropiero, se inculpó de hasta 48 crímenes cometidos durante diez años a lo largo de la costa mediterránea, el fiscal Alejandro del Toro solo consideró que estaban suficientemente probados siete de ellos. Sin embargo, al principal asesino en serie de la historia criminal española nunca se le juzgó.
El caso del Arropiero está plagado de errores y descuidos que pusieron en jaque a la judicatura española. En cuanto fue detenido y se le detectaron multitud de disfunciones mentales fue ingresado en el Centro Psiquiátrico de Carabanchel, donde fue sometido a electroshocks para atenuar su agresividad y donde cayó en el olvido.
La Ley de Amnistía de 1977 llevó a reabrir su expediente y se descubrió que el interno, en los seis años que estuvo encerrado, nunca dispuso de abogado y, para más inri, se había extraviado su sumario.
Se nombró a Juan Antonio Roqueta como letrado del preso, se halló el sumario extraviado y se cerró definitivamente su caso al ser declarado enfermo mental. Fue una decisión personal del fiscal Del Toro, que renunció a pedir para Manuel Delgado una sentencia de pena de muerte.
El Arropiero murió el 2 de febrero de 1998 sin haber pisado jamás una cárcel.
El caso del Arropiero está plagado de errores y descuidos que pusieron en jaque a la judicatura española. En cuanto fue detenido y se le detectaron multitud de disfunciones mentales fue ingresado en el Centro Psiquiátrico de Carabanchel, donde fue sometido a electroshocks para atenuar su agresividad y donde cayó en el olvido.
La Ley de Amnistía de 1977 llevó a reabrir su expediente y se descubrió que el interno, en los seis años que estuvo encerrado, nunca dispuso de abogado y, para más inri, se había extraviado su sumario.
Se nombró a Juan Antonio Roqueta como letrado del preso, se halló el sumario extraviado y se cerró definitivamente su caso al ser declarado enfermo mental. Fue una decisión personal del fiscal Del Toro, que renunció a pedir para Manuel Delgado una sentencia de pena de muerte.
El Arropiero murió el 2 de febrero de 1998 sin haber pisado jamás una cárcel.