Los espejos han sido, a lo largo de los siglos, objetos de vanidad, pero también elementos esotéricos de primer nivel. Porque, para los grandes ocultistas, los espejos abrían puertas que en ocasiones no era recomendable traspasar. Emisarios de la mala suerte, puntos de entrada a otros planos, piezas clave para el contacto en aterradoras sesiones espiritistas, los espejos son, como vais a poder comprobar a lo largo de los próximos minutos, mucho más que simples objetos a través de los cuales contemplamos el reflejo de aquello que está delante... Iniciamos viaje.