El 1ro de julio de 1552 el cabildo de La Habana recibió al barbero y cirujano Juan Gómez, primero en profesar el arte de curar en Cuba. Fue tanta la alegría en la ciudad por la llegada de Juan Gómez que el cabildo le celebró una fiesta con serenata y todo, donde tocaron los únicos tres músicos con que contaba La Habana, uno de los cuales era timbalero.