Cualquiera que se hubiese ido de España hace dos años y regresase hoy una de las cosas que advertiría es que nadie habla de Podemos. Hace dos o tres años era el tema de conversación por excelencia. Primero vinieron las elecciones de junio de 2016, luego la investidura de Rajoy y tras ella una larguísima guerra interna que se ha saldado con varias purgas. El Podemos de hoy es una sombra de lo que fue hace tres años, cuando aspiraba en serio a llegar a la presidencia de Gobierno. El CIS le sigue dando un suelo electoral muy sólido: el 19% en el barómetro de enero, pero quizá sea un espejismo. Así al menos lo ven algunos dentro del partido. Como Carolina Bescansa, que ha elaborado un informe interno en el que enfría el entusiasmo de la dirección. Según Bescansa pierden apoyos, muchos más de los que Pablo Iglesias quiere reconocer. Más en diazvillanueva.com