La ONG Oxfam, una multinacional de la buena conciencia famosa en todo el mundo, lleva todo el mes acumulando disgustos. Todo empezó con una exclusiva en The Times en la que referían un informe interno de la propia Oxfam en el que se revelaba que ciertos trabajadores, incluido el director de Oxfam en Haití, habían contratado prostitutas con fondos de la organización durante la asistencia al terremoto de 2010. La ONG lo sabía, pero prefirió lavar los trapos sucios en casa. Días después la directora adjunta de Oxfam en el Reino Unido dimitió para apaciguar las críticas. Pero de poco ha servido porque ayer fue detenido en Guatemala Juan Alberto Fuentes, presidente de Oxfam Internacional, por un caso local de corrupción. Demasiado para una ONG que ejerce el apostolado laico y que se creía invulnerable. Más en diazvillanueva.com