Siempre al volante. Siempre intentando disfrutar de cada coche que he probado. Llevo muchos años trabajando en la prensa del motor y sigo disfrutando como el primer día, sin perder la ilusión. Escucha mi podcast y lo verás... o lo oirás.

Renault 5 Turbo frente al Ford Fiesta XR2. Comparativa de coches clásicos

April 16, 2024 20:08 3.71 MB ( 15.61 MB less) Downloads: 0
Cuando se habla de Renault 5 Turbo casi nadie piensa en el R5 Copa Turbo de 1982, ni siquiera en el conocido como “culo gordo”… la mayoría piensan en el Supercinco GT Turbo. De igual modo cuando nos referimos al Ford Fiesta XR2 casi todos piensan en las versiones posteriores, no en el primero, de 1982. Me gustan estos vídeos en los que prácticamente no necesitaría guion, porque es una historia que he vivido, más como lector y aficionado que como probador, pero es que son dos coches que conozco muy, pero que muy bien. Nos vamos a ir no a 1981 ni a 1982… sino a 1976, cuando nace el Renault 5 Copa atmosférico, sin turbo. Renault decide lanzar una versión aún más deportiva del R5 y encarga una nueva culata hemisférica a Gordini… Gracias a esa culata y a un leve aumento de cilindrada hasta los 1.397 cm3, este modelo ofrecía 93 CV que para un peso de poco más de 800 kg, cundían mucho. El turbo estaba de moda en general y Renault lanza, en 1982, el R5 Copa Turbo.Se bajo la comprensión a 8,6 a 1, el turbo soplaba a 0,45 bares y la potencia crecía de 93 a 110 CV… que son muchos. En la versión de venta al público se equipaba frenos de disco también detrás y llantas de aleación… y poco más. A principios de los años 80, Ford también aspiraba a seducir al público que quería un utilitario con ciertas dotes deportivas y en 1981 lanza el Fiesta Super Sport, llamado por alguno “zapatones”. Seamos sinceros: Ford estaba por encima de sus rivales en cuanto a acabados y calidad percibida y el Fiesta SS era llamativo y precioso. Pero no era más que un Fiesta 1.300 S con motor 1.3 de 66 CCV con una “ruedacas” -para la época- de 185/60 en llantas de 13x8 pulgadas. Pero en 1982, y viendo el éxito del Copa, Ford decide tomarse las cosas en serio. Ford, una marca más bien conservadora, en esos años no quería saber nada de turbo y lo que hace es montar el motor Kent, su motor de toda la vida y de confianza, en el vano motor del Fiesta. Era un motor de 1.6 litros y 83 CV a solo 5.500 vueltas. En cuanto a presentación, lo cierto es que en esos años Ford estaba por encima y las llantas de agujeros, la gama de colores y el diseño del interior, marcaban diferencias con el Renault. Seguro que estás pensando: “Sí, muy bonito, pero 83 CV contra 110 CV es mucha diferencia”. Pues sí... y no. Porque en el R5 turbo había que lidiar con la respuesta del turbo y llevar el motor alto de vueltas, mientras que en el Ford se disponía de muchos bajos y era un motor muy progresivo. Os doy datos: El R5 Copa Turbo ofrecía 110 CV a 6.000 rpm mientras que el Ford ofrecía su potencia 500 rpm más abajo. En el caso del par máximo el R5 superaba al Fiesta por 15 mkg a 12,8 mkg… pero el R5 lo daba a 4.000 rpm y el Fiesta a 2.800 rpm… ¡una gran diferencia! En conducción deportiva había otro aspecto de gran importancia: La motricidad en curva. No debemos olvidar que el R5 era en realidad un R4 con otra carrocería, con motor longitudinal y más estrecho de vías, frente al motor transversal del Fiesta. Las vías eran de 1,35 y 1,34 metros para el Fiesta y 1,29 y 1,27 metros para el R5, una diferencia notable. No es casual que el Fiesta tuviese sus mayores éxitos deportivos en Rallyes y el R5 en circuitos. En rallyes, donde hay que “improvisar” más y las curvas son más cerradas un motor progresivo, con bajos y una buena motricidad son claves. El R5 en circuito, a base de endurecer la suspensión y de ser cuidadoso con el acelerador podía compensar su falta de motricidad en las curvas más rápidas de un circuito y explotar su mayor potencia. And the winner is. Hoy lo tengo difícil para dar un ganador… así que voy a hacer trampas. Sí, porque con la cabeza, por muy poco margen, tengo que dar por ganador al Fiesta, sobre todo para el día a día, con un motor más agradable, sencillo, económico, mejor habitabilidad y buenos acabados. Pero mi ganador con el corazón, por muy poco margen, el R5 Copa Turbo, quizás porque era el coche al que aspiraba cuando corrí con mi R5 TS primero y con un Copa atmosférico después.