Siempre al volante. Siempre intentando disfrutar de cada coche que he probado. Llevo muchos años trabajando en la prensa del motor y sigo disfrutando como el primer día, sin perder la ilusión. Escucha mi podcast y lo verás... o lo oirás.
HIstoria del SEAT 124 y 1430
May 20, 2025
25:20
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La “familia” Seat 124-1430 ha sido protagonista indiscutible del fenómeno del automóvil en España. Para muchos, entre los que me incluyo, es el “heredero espiritual” del Seat 600. Y para todos, el coche que motorizó a una emergente clase media española, a muchos taxistas, ambulancias, coches de policía…. ¡y protagonista en la competición! En 1977 Zanini y Cañellas conquistaron el tercer y cuarto lugar en Montecarlo… nada menos…
Uno de los rasgos técnicos característicos de los 124-1430 era su propulsión posterior con eje trasero rígido… pero originalmente no iba a ser así. Dante Giacosa recibió el encargo de diseñar un coche para suceder a los Fiat 1300/1500, con estética inspirada en el Chevrolet Corvair, parecidos a nuestro
Seat 1.500 pero más compacto y que nunca llegó a fabricarse en España. El pliego de condiciones era que debía ser compacto, moderno, habitable y más barato de fabricar. Giacosa ya había diseñado un coche clave y a menudo olvidado, el Autobianchi Primula, con motor delantero transversal y tracción delantera… y el “progetto” 124 iba a heredar esa plataforma.
En el Salón de Barcelona de 1968 se presentó el Seat 124 que venía a cubrir el importante hueco existente entre los 600 y 850 y los 1.500. Cierto que los 850 4 puertas se acercaban algo al 124 pero no podían competir con él ni en prestaciones ni en espacio.
La configuración era clásica, como os he dicho de motor delantero y propulsión trasera con eje rígido y el motor era un 1.197 cm3 con árbol de levas en el bloque y varillas y balancines, inicialmente de
60 CV que pronto pasaron a ser 65 CV, una cifra importante en ese momento y que les permitía unas prestaciones superiores a sus rivales.
Además del detalle de los faros, el 124 tenía un interior algo más simple, con una instrumentación
sin cuenta-rpm. Los tiradores de las puertas eran muy normalitos y la tapicería de colores básicamente lisos. El 1430, que tenía pretensiones deportivas, algo razonable dado su nivel de prestaciones, contaba con un interior más vistoso, con tapicerías a doble tono y sobre todo un cuadro de instrumentos más bonito y completo, que incluía dos esferas.
Y entre medias de los dos, Seat lanzó el 124 “L” o “Lujo”, que ambas denominaciones usaron, para aquellos que querían el equipamiento del 1430 pero les bastaban las prestaciones del 124 “N”, “Normal” o 124 “a secas”, según el momento. En la Seat de entonces todas estos detalles se cambiaban deprisa y sin avisar.
Ambos motores tenían un comportamiento similar, pese a los 10 CV de diferencia que se notaban y mucho. Eran motores con bajos, pero que subían de vueltas alegremente, como todos los Fiat entonces, y con una sonoridad alta y muy personal… En buen firme la combinación de ese motor y una dirección algo imprecisa pero rápido e incluso ligera para no llevar asistencia, hacían de ellos coches muy rápidos y eficaces. Pero el mal firme, tan habitual en esos años, se le atragantaba. El tren posterior rebotaba, lo que perjudicaba al tiempo al confort y a la eficacia, con evidentes pérdidas de tracción.
Recién inaugurada la década del los 70 Seat decide utilizar el motor biárbol de 1.592 cm3 del Fiat 124 Special 1600 con una potencia cercana a los 90 CV, algo ya muy notable. Este modelo, de largo nombre Seat 1430 Especial 1600, tenía en clave interna la denominación FU-00. Y a partir de ese modelo y momento se comenzó a denominar a este modelo con esas letras, en ocasiones unidas al número.
Al 1.600 le sucedió en 1974 el 1.800, con 1.758 cm3 y más de 100 CV, conocido por FU-10 y que fue el tope con esta denominación, porque luego ambas gamas se unificaron bajo la denominación 124 y los FU dejaron de ser FU para ser FL. Pero antes de hablar de eso, no nos podemos olvidar de los preciosos Coupé. Sobre la base del Seat 124 con motor 1.600 biárbol nació la variante coupé, de lejos no solo el Seat más tractivo, sino el coche más atractivo de la producción nacional.
El motor se había potenciado hasta los 110 CV a base de montar dos carburadores dobles casi de competición. Iba muy bien pero esa carburación fue el quebradero de cabeza de más de un propietario y de más de un mecánico de la época. Le costaba arrancar en frío y la ciudad se le atragantaba y lo mostraba con “estornudos” y tirones… Así que Seat, con buen criterio, lanzó el 1.800, con estética renovada, aunque a mí me gusta más el 1.600, pero sobre todo con el motor de más cilindrada y un solo carburador doble… apenas se ganaban dos caballos, pero el coche iba mejor en bajos y, gracias a ese único y sencillo carburador, era muy utilizable.