Siempre al volante. Siempre intentando disfrutar de cada coche que he probado. Llevo muchos años trabajando en la prensa del motor y sigo disfrutando como el primer día, sin perder la ilusión. Escucha mi podcast y lo verás... o lo oirás.
Adiós a la correa de distribución. Vuelve la cadena
September 07, 2025
19:18
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Hubo un tiempo en que las marcas presumían de que sus motores en vez de cadena de distribución llevaban correas… y ahora ocurre justo lo contrario… ¿K’a pasao? Os lo vamos a contar y, como no, saldrá a relucir el “tristemente” famoso motor “Pure Tech” de Stellantis.
Durante décadas, la correa de distribución ha sido un componente vital y, en ocasiones, una pesadilla recurrente para los conductores. Y ahora la industria del automóvil ha virado bruscamente hacia el pasado, recuperando una tecnología que se creía obsoleta: La cadena de distribución. ¿Por qué está volviendo la cadena de distribución?
Para llevar el movimiento desde el cigüeñal a él o los árboles de levas hacen falta o bien dos poleas y una correa o bien dos piñones y una cadena… y aquí comienzan las diferencias. Desde hace unas pocas décadas, la correa de distribución fue la solución preferida por la mayoría de los fabricantes. ¿Por qué? Pues por tres razones principales:
Es silenciosa: Al ser de un material elástico, como caucho reforzado con fibras, su funcionamiento es casi inaudible.
Es barata: Fabricar una correa de distribución es mucho más económico que una cadena de metal con todos sus componentes asociados. Esto reduce los costes de producción del vehículo.
Es ligera: El menor peso de la correa contribuye a reducir la masa del motor, lo que, en teoría, mejora la eficiencia.
Una cadena de distribución como sabes es una cadena metálica, similar a la de una bicicleta, pero mucho más robusta y compleja que gira sobre unos piñones dentados y se mantiene tensa gracias a un sistema de tensores hidráulicos o mecánicos.
Sus ventajas y la razón de su resurgimiento son estas:
Es extremadamente duradera: A diferencia de la correa, la cadena no tiene un periodo de sustitución programado. Está diseñada para durar prácticamente la vida útil del motor, lo que significa un ahorro notable en costes de mantenimiento.
Es más fiable: Al ser de metal, es mucho menos propensa a romperse que una correa de goma, lo que reduce drásticamente el riesgo de una avería catastrófica.
Y Avisa: Es difícil, casi imposible, que en uso normal una cadena se rompe. Pero si comienza a deteriorarse, a alargarse, los tensores no funcionan o lo que sea, comienza a sonar y, antes de que se produzca el desastre, avisa… una ventaja a considerar.
Entonces, si es tan buena, ¿por qué no todos los motores la usan? Porque la cadena tiene sus propias desventajas, que los fabricantes han tenido que mitigar:
Es más ruidosa: Aunque los motores modernos están mejor insonorizados y estos sistemas han mejorado mucho, la cadena de metal genera más ruidos
Requiere lubricación: La cadena y sus componentes necesitan estar siempre bien lubricados. Un aceite de mala calidad o un bajo nivel de aceite puede provocar fallo y si no se corrige a tiempo, una avería.
Si te dicen que un coche tiene cadena de distribución “de por vida”, se sobre entiende que es así si usas el aceite correcto y lo cambias cuando toca.
Y ahora llegamos a un caso que ha causado un verdadero terremoto entre los consumidores: Los motores PureTech de Stellantis, sobre todo el 1.2, presente en vehículos de Peugeot, Citroën, Opel, entre otros. Este motor pretendía tener lo mejor de dos mundos, gracias a su “correa” húmeda que iba lubricada. Se uso una correa de caucho que, en lugar de ir en seco por fuera del motor, va sumergida en el aceite. Insisto, la idea era combinar el silencio y ligereza de la correa y, gracias a lubricación, con las ventajas de un sistema de cadena. El diseño ha resultado ser un desastre. La correa, sumergida en el aceite, se degrada y sus partículas terminan contaminando el lubricante y obstruyendo la bomba de aceite.
Conclusión.
Soy de la opinión que la cadena ha vuelto para quedarse, al menos en motores con ciertas pretensiones de duración y-o potencia. Pero quiero sacar otra lección de este video: La durabilidad de un motor depende, en gran medida, del mantenimiento en especial del cambio de aceite.
Entre estos dos sistemas, sin duda, me quedo con la cadena de distribución… a lo mejor es que soy un clásico, pero para “tirar” de un árbol de levas o más, me inspira más confianza el metal que la goma… ¿Y a vosotros?
Coche del día.
He elegido un coche que es un ejemplo perfecto de la fiabilidad que una buena cadena de distribución puede ofrecer: el Lexus IS 250 de segunda generación. Su motor V6 de 2.5 litros, conocido internamente como 4GR-FSE, está equipado con una cadena de distribución de doble fila. O sea, como si fuesen dos cadenas.