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#177 El misterio de la vida: extinciones, series noventeras y la larga cadena de nuestro pasado
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/177-el-misterio-de-la-vida-extinciones-series-noventeras-y-la-larga-cadena-de-nuestro-pasado/)
Año 60 millones 3, antes de Cristo. Earl llega a casa tras un largo día de trabajo. Saluda a Francine, su mujer, y va corriendo a ver al más pequeño de sus tres hijos. Se agacha a hacerle una carantoña y Peque, que así lo llaman, dice tres palabras: “Tú no mami”
Esas tres palabras son un test bastante fiable para saber si alguien creció en la España de los 90. Si te han despertado una leve sonrisa, seguramente recuerdes a qué me refiero. Y, si no, te contaré que por aquel entonces Televisión Española emitió una serie estadounidense bastante peculiar, pero que gustó a mucha gente: Dinosaurios, se llamaba. Juraría que la ponían los sábados al mediodía, pero no he sido capaz de encontrarlo.
Como tantas otras maravillas, aquella serie había salido de la cabeza de Jim Henson, el creador de los teleñecos y una de las mentes más creativas del siglo XX. Aunque tristemente él murió un año antes de que se estrenara. A simple vista aquello podía parecer una reinterpretación de Los Simpson. Al fin y al cabo, los protagonistas de la serie eran Los Sinclair, una familia de clase obrera compuesta por un matrimonio y sus tres hijos, Robbie, Charlene y el famoso Peque. Claro que había algunas diferencias notables. Empezando porque aquello no era una serie de dibujos animados, sino que eran muñecos animatrónicos y que no representaban personas, O sí, pero eran dinosaurios. El título no engañaba.
Aquellos dinosaurios antropomórficos vivían de forma muy parecida a los humanos de los 90: tenían frigoríficos, televisión y hasta trabajos. Sin ir más lejos, el padre de los Sinclair, Earl, era un obrero que trabajaba para un monopolio llamado Porqueyolodigo y se dedicaba a derribar árboles. No salían humanos en la serie, y sólo se nos mencionaba cuando los dinosaurios se reían de nosotros, diciendo que nunca llegaríamos a ser tan inteligentes como ellos. Y es que, detrás de aquella apariencia infantil, se escondía una crítica social, a veces un pelín demasiado aleccionadora, pero bastante mordaz. Y, es más, el capítulo final de aquella serie está considerado como uno de los más traumáticos que se han emitido. Porque termina con todos ellos, bebé incluído, extinguiéndose tras haber provocado una nueva glaciación por maltratar al medio ambiente. Siento el spoiler, pero 30 años después y hablando de dinosaurios tampoco, puede ser una gran sorpresa.
Y aunque, tal y como estamos ahora, es evidente que no aprendimos demasiado de aquella serie, he pensado que era una buena forma de introducir el tema de hoy. Porque, entre otras cosas, vamos a hablar de extinciones. Y de dinosaurios. A ver si con los de verdad aprendemos algo más.
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