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La loca burbuja económica de los peluches

May 02, 2022 0:15:14 29.26 MB Downloads: 0

Conocemos las burbujas económicas desde hace siglos. Las hemos visto de todo tipo. De repercusión local, como la burbuja Poseidón, en Australia; continentales, como la asiática a finales de los 90, o mundiales, como la crisis subprime. De activos tangibles, como las muchas vinculadas a la vivienda o al tren; o intangibles, como la puntocom. La de los cómics, la de los tulipanes... Pero igual ninguna burbuja fue tan aparentemente inexplicable como la de los peluches Beanie Babies.Para entender esta burbuja hay que comenzar por el principio, muy por el principio. Ty Warner nació en 1944, en Chicago. Hijo de un vendedor de juguetes y una pianista, tuvo una infancia complicada. En los años 60 trató de convertirse en actor, para lo que se trasladó a Los Ángeles.La experiencia no le sale bien. Sobrevive con trabajos menores, como aparcacoches, o vendiendo cámaras o enciclopedias a puerta fría. Tras cinco años, decide abandonar la ciudad de las estrellas y volver a Chicago. Allí empieza a trabajar en Dakin, una juguetería, en la que precisamente había trabajado su padre.Se convierte en un gran vendedor. En el mejor de la compañía. Gracias a las comisiones, su salario llegó a superar las seis cifras algunos años. Sus compañeros destacan que tenía una gran intuición para detectar cuáles eran los juguetes que más éxito iban a tener. Pero su aventura acaba mal, porque descubren que está vendiendo productos ajenos a la compañía. Lo despiden de inmediato.Estamos en el año 1980, y con los ahorros acumulados decide irse a Italia a ver a unos amigos. Le gusta tanto que acaba quedándose allí 3 años, viviendo la vida. Y allí descubre un gato de peluche que no había visto nunca antes.Con esa idea en la cabeza, vuelve a Chicago. Y en 1986, con sus ahorros, la herencia que le deja su padre y una hipoteca sobre su casa, monta su propia empresa de juguetes, Ty Inc. Y su primer producto, no podía ser de otra forma, es un gato de peluche, que se fabricaba en Corea. Pero para el relleno, en lugar de utilizar la tradicional espuma o algodón, apuesta por bolitas de PVC. Además, les ponía menos relleno del habitual, que podía dar imagen pobre. Hay quien decía que parecía que les había atropellado. Pero en realidad esa fórmula facilitaba que los peluches se quedasen apoyados, lo que aumentaba su realismo.El resultado fue un éxito. Y en la feria del juguete de Atlanta alquila una mesa, y en tan solo una hora generó ventas por valor de 30.000 dólares. Sabía que tenía un buen producto entre manos.La empresa va bien. Y en 1993 lanza un nuevo producto, los Beanie Babies, que son versiones del tamaño de la palma de una mano de sus peluches originales. Los vende por 5 dólares, un precio que por entonces se consideraba que solo podía ser para juguetes de mala calidad, basura, por lo que el impacto es aún mayor.Los presenta en la Feria Mundial del Juguete, en Nueva York. En un primer momento las ventas no arrancan, y hasta hay cadenas que se niegan a venderlos. Pero gracias al boca a boca, su popularidad va creciendo. En Chicago se convierten en todo un fenómeno, que supera incluso a productos de moda como los relacionados con las Tortugas Ninja.Otro aspecto que ayuda a consolidar su éxito son las etiquetas. Estos pequeños peluches contaban con dos etiquetas, una en forma de corazón, y otra de tela en la parte inferior. La etiqueta colgante tenía un espacio con un "para" y un "de", lo que las hacían perfectas para regalos. A partir de 1996, esas etiquetas incluso incluyen pequeños poemas.Cuando el éxito se consolida, y ya no solo es local, sino que alcanza a todo Estados Unidos y a parte del extranjero, Warner cambia de estrategia. Porque su objetivo no era conquistar a los niños, sino ganar dinero, hacerse rico. Así, comienza a limitar deliberadamente la producción de estos peluches. Y no solo eso, sino que además no le ofrecía la colección completa de muñecos a ninguna tienda: a unas cadenas les ofrecía unos personajes, y a otras, el resto.Con esta estrategia, Ty Inc logra su objetivo: convertir un popular juguete para niños en un artículo raro, en un producto para coleccionistas. Y para especuladores. La sensación para los compradores interesados era que el producto estaba siempre agotado, o que era complicadísimo completar la colección.La escasez se convierte en el elemento clave del modelo de negocio de la compañía. En el momento álgido, llegaron a retirar previamente peluches por valor de 100 millones de dólares, que guardaban en un enorme almacén. Warner era un genio jugando con la oferta y la demanda.Y así, esos ositos, y otros pequeños animales, que se vendían por 5 dólares en tienda, se revendían fácilmente por 15 dólares. Y después, por cientos. Y en plena ola especulativa, en el mercado secundario se podían vender hasta por miles de dólares.Las colas en las tiendas cuando se anunciaba la llegada de un nuevo peluche eran enormes. Se veían a adultos pegarse, literalmente, por conseguir los Beanie Bears. La gente de verdad creía que con la revalorización de estos muñecos iba a poder comprarse una casa, o pagar la universidad de sus hijos.El relato, tan famoso hoy, fue clave también en el éxito de los ositos. Contaba un antiguo directivo de la compañía que la principal virtud de Warner era que "era un maestro en vender mierda inútil a la gente y hacer que pareciera realmente importante".Tan loco era todo que un coleccionista llegó a comparar a los Beanie Babies con los cuadros de Picasso, para explicar lo que estaba pasando con los precios. "Si el fenómeno continúa creciendo, como creemos que va a pasar, dentro de diez años, los precios impactantes de hoy pueden parecer bajos. También la gente se sorprendió cuando los cuadros de Picasso se vendieron por un millón de dólares, y ahora lo hacen por 25 millones". Una teoría sin fisuras.La fiebre de los Beanie Babies se vio favorecida por una tecnología recién surgida en aquella época, que fue clave en los precios que alcanzaron estos peluches: Ebay. La plataforma acababa de nacer, y sus éxitos fueron paralelos. En 1997, subasta ositos por valor de 500 millones de dólares. Un año después, el 10% de las ventas totales cerradas en Ebay son los famosos ositos de peluche.La llegada de la plataforma, y los muchos novatos que accedieron al mundo de las subastas, también colaboró al artificial incremento de los precios de los peluches. Desconocían el mercado, desconocían el sistema, y acababan pagando miles de dólares.Otro momento cumbre se vivió en 1997, cuando Ty Inc se alió con McDonald's para lanzar una edición especial llamada Tennie Beanis, para celebrar el aniversario del nacimiento del Happy Meal. Vendieron 100 millones en diez días. Cuenta la leyenda que los mendigos dejaron de pasar hambre por la cantidad de hamburguesas que les donaba la gente. No querían la comida, solo el peluche.El éxito y el dinero que estaban moviendo, por supuesto, también se tradujo en un incremento de delitos relacionados con estos peluches. Contaba un reportaje del New York Times de 1998 que en aquellos meses se habían disparado la presencia de falsificaciones; las estafas, que también se valían del inicial auge de internet; el contrabando, los robos... Contaba un vendedor de una tienda de Los Ángeles, atracado a punta de pistola, que el ladrón ni miró la caja registradora, que lo único que se llevó fueron... 40 ositos de peluche. Lo más grave es que incluso hay documentado un caso de asesinato. Se produjo en Virginia Occidental, después de que un hombre disparase a un excompañero de trabajo, presuntamente por una deuda relacionada con los Beanie Babies.Aquel 1998 los analistas ya eran conscientes de que había una burbuja con estos peluches, que los precios no tenían sentido ni estaban justificados. Ty Inc registró ventas aquel año por valor de 1.000 millones de dólares. Aún así, y a pesar de las advertencias, en 1999 las ventas siguieron creciendo.Como en toda burbuja, hay personas que llegaron a ganar millones de dólares especulando. Y como toda burbuja, estalló. ¿Qué pasó? Todo estalló una noche de 1999. Ty Inc anunció que iba a dejar de producir algunos de peluches. Y no pasó nada. El mercado secundario no se movió, las subastas en Ebay no cambiaron... el valor no subió.Recuerda Zac Bissonenette, experto en este fenómeno, en su libro 'The Great Beanie Baby Bubble', que las burbujas se basan en una subida de precios constante, y que una vez que desacelera, colapsa. En 1999, todas las personas que querían ser coleccionistas de Beanie babbies ya lo eran. La demanda no iba a seguir creciendo. Y los precios no iban a subir más.Los coleccionistas entraron en pánico, y corrieron a Ebay a poner a la venta todos sus peluches antes de que empezasen a bajar de precio. Pero era tarde. Inundaron la plataforma de ositos, creando un superávit masivo. Su valor se hundió.

30 años de la Expo 92: el legado económico que dejó en Sevilla

April 25, 2022 0:11:16 21.68 MB Downloads: 0

Ocurrió hace 30 años. Una hora y un día para la historia. Hace 30 años, el rey Juan Carlos de Borbón daba el pistoletazo de salida a la Expo de Sevilla de 1992, un evento que, sumado a la cita olímpica de Barcelona de ese mismo año, haría que la historia de nuestro país cambiaría para siempre.España dijo al fin 'hola' al mundo, con importantes transformaciones para Barcelona y Sevilla a todos los niveles. En el caso de la capital andaluza, la que nos atañe en esta ocasión, su designio como sede de este evento internacional comenzó unos diez años antes, cuando el que el Ayuntamiento de Sevilla aprobó la petición de apoyo para acoger este acontecimiento.En ese momento, arrancó el camino hacia la Expo del 92 con todas las instituciones gubernamentales del país volcadas para conseguir que, a nivel urbanístico y de infraestructuras, la ciudad lograse luz verde por parte de la Oficina Internacional de Exposiciones. Y aunque en un principio la Expo iba a ser compartida con Chicago, en junio de 1985 la ciudad americana comunica problemas organizativos que, en diciembre de ese mismo año, dejan a Sevilla como única sede de la exposición.La Expo del 92 tenía su propio himno y una mascota con nombre propio: Curro fue la mascota oficial de la Expo de Sevilla, un carismático pájaro con patas de elefante, y una gran cresta y pico de colores, que fue creado por Heinz Edelmann. Curro hacía referencia al diminutivo del nombre de Francisco en Andalucía y, a la vez, suponía un homenaje del creador hacia su perro, un chihuahua llamado Francis. La mascota consiguió ganarse el cariño de los españoles, convirtiéndose en el mejor embajador de Sevilla por todo el mundo. Su figura, enseguida, se encumbró como un icono que, todavía hoy, forma parte de la memoria colectiva del país.Así se transformó Sevilla para 1992Y de un pájaro.... a otro. El del tren de alta velocidad, el famoso AVE, que llegó a España de la mano de la Expo con una primera línea entre Madrid y Sevilla, que unía las estaciones de Atocha y Santa Justa con paradas en Ciudad Real, Puertollano y Córdoba. La llegada del AVE fue clave, ya que unía la capital del país con Sevilla, sede de la exposición, en apenas un par de horas.Este no fue, ni mucho menos, el único avance. Durante los años previos, se construyeron carreteras que hicieron ganar a Adalucía 1.000 kilómetros de vías de alta capacidad. También se instalaron varios puentes por Sevilla que articularon la movilidad en la ciudad y se amplió el aeropuerto de San Pablo. En Sevilla, gracias a la expo, todo cambió.La muestra hizo que se recuperara para la ciudad la, hasta entonces abandonada, isla de la Cartuja. Allí, en unas 250 hectáreas, se construyeron los diferentes pabellones en los que se celebraría la exposición. En esos terrenos, se ubicaba el Monasterio de la Cartuja, un edificio emblemático habitado por Cristóbal Colón, y en el que llegó a estar enterrado, que fue reformado como emblema para la ocasión.El gafe de la Expo a las puertas de la inauguraciónY el sueño de la Expo, que conmemoraba el quinto aniversario de la conquista de América, se hizo realidad después de varios imprevistos que casi estropean la fiesta. En noviembre de 1991, se botó en el pueblo onubense de Isla Cristina una réplica del histórico barco Nao victoria que acabó hundiéndose a los 20 minutos de viaje hacia Sevilla con una actriz disfrazada de Curro que tuvo que ser rescatada en mitad del naufragio.La nave fue finalmente reparada y colocada junto a las carabelas de Colón en el famoso pabellón de la Navegación durante la muestra. Pocos meses después, un incendio fortuito destruyó el pabellón estrella de la Expo, el de los descubrimientos, que fue reconstruido con una cubierta improvisada que disimuló los daños de la construcción.Así, pese al gafe que planeaba esos meses sobre el evento, Sevilla acabó inaugurando en abril de 1992 la Expo que catapultaría a la ciudad. 101 países de los cinco continentes acudieron a esta cita mundial. También tuvieron hueco las comunidades autónomas y numerosas empresas y organizaciones como el Comité Olímpico Internacional.¿Cuánto costó la Expo de Sevilla de 1992?Y ahora, la pregunta que muchos se hacen. ¿Cuánto cuesta un proyecto de esta magnitud? Según datos de la Universidad Pablo de Olavide, para la organización de la Expo 92 se presupuestó un total de 1.104 millones de euros. Sin embargo, la repercusión que tuvo el evento y todas las obras que se hicieron en torno a su celebración, hizo que la administración pública se gastase, aproximadamente, unos 5.600 millones de euros.Unas cifras escandalosas que se pudieron recompensar con los ingresos que generó la exposición. Durante su apertura, desde abril hasta el 12 de octubre de ese mismo año, seis meses después, hasta 18 millones de personas diferentes visitaron el evento. En total, se contabilizaron 42 millones de visitas. La entrada general costaba 4.000 pesetas y 1.500 el pase para niños y ancianos. Además, había ofertas para grupos, familiares e incluso para entradas nocturnas, entre las 20.30 a las 4 de la madrugada. ¿Mereció la pena la inversión? ¡Hagan sus cálculos!El legado de la Expo... 30 años después30 años han pasado desde aquella Expo del 92 que catapultó a Sevilla, que comenzó a ubicarse desde entonces en el mapa mundial. Aquella denostada isla de la Cartuja fue recuperada y es ahora sede del parque de ocio Isla Mágina y del Parque Científico y Tecnológico de Sevilla, un recito que acoge ya a unas 550 empresas y entidades con más de 24.000 trabajadores.Actualmente, las empresas del parque tienen una actividad de 3.000 millones de euros. La facturación agregada por las compañías del recinto representan ya el 7.8% del Producto Interior Bruto de la provincia de Sevilla y el 1.9% del PIB regional. Todas estas empresas aportan mucho valor añadido en actividades teconológicas avanzadas con la mirada puesta en el futuro: el proyecto eCitySevilla desarrollará un modelo de ciudad en ecosistema abierto, digital, descarbonizado y sostenible en La Cartuja para el año 2025.La herencia de 1992 llega hasta nuestros días y Sevilla es elegida internacionalmente para eventos de toda índole y hay una veintena de hoteles de lujo en marcha, lo que confirma la imagen de glamour que se quiere asociar al nombre de Sevilla.Tres barrio de Sevilla, entre los más pobres de EspañaNo obstante, no todo es de color de rosas. Hay también cierta sensación general de estancamiento, fundamentalmente por la imposibilidad de sacar adelante infraestructuras necesarias desde hace años, como la ampliación del metro, la conexión ferroviaria entre Santa Justa y el aeropuerto, y los túneles de la nueva circunvalación SE-40.Además, no toda Sevilla creció de la mano a nivel económico. Un dato que lo demuestra es que, 30 años después, tres de los cinco barrios con menor renta per cápita del país están en Sevilla. Según datos del INE, la locomotora que quiso ser la Expo no tiró por igual de todos sus barrios. Algunos se quedaron descolgados, especialmente los ubicados en el Polígono Sur y en el núcleo de Los Pajaritos y Amate, donde viven unas 100.000 personas.Esas dos zonas de Sevilla tienen una renta media por habitante de 5.329 y 5.757 euros, respectivamente, según los últimos datos registrados por el INE, del año 2018, lo que supone casi nueve veces menos que los ingresos medios de los cinco barrios de España con la mayor renta, todos de Madrid, el primero de los cuales se acerca a los 45.000 euros.En definitiva, la cara y la cruz del paso del tiempo y una efeméride, la de este 30 aniversario de la Expo 92 con el que muchos ciudadanos de Sevilla piden refuerzos con los que pulir su esplendor.

¿Recesión? La advertencia del índice de rascacielos

April 18, 2022 0:07:11 6.91 MB Downloads: 0

El escenario económico mundial se las prometía felices tras la pandemia. Los más optimistas adelantaban una fuerte recuperación, tras un par de años lastrados por los efectos del coronavirus. Pero, llegados a la hora de la verdad, no parece que se vaya a cumplir esta profecía. La inflación, la invasión de Ucrania, la crisis de las energías... han complicado la situación.Tanto que ya son muchas las voces que apuntan a que el riesgo de recesión es cada vez mayor. Analistas económicos, bancos centrales, organismos internacionales, think tanks... aseguran que la amenaza es real. Pero más allá de los indicadores económicos más convencionales, hay otra serie de señales, no oficiales, más informales, que a lo largo del tiempo han ayudado a vigilar la salud de la economía global. Es el caso, por ejemplo, del llamado 'índice de rascacielos'. Este indicativo fue creado por el analista inmobiliario británico Andrew Lawrence en 1999. El autor que los ciclos económicos y la construcción de rascacielos están relacionados, que los edificios más altos del mundo se han construido en vísperas de crisis. Lawrence explicó, en una entrevista en 2012, que había estudiado hasta el siglo XIX, y había encontrado numerosas pruebas que confirmaban la correlación entre ambos factores.¿Pero qué teoriza este índice? Que la inversión en rascacielos alcanza su máximo cuando el crecimiento cíclico está agotado, y la economía está lista para la recesión. Lawrence explicó que la finalización de estos rascacielos tiende a "coronar lo que es un gran auge de la construcción". Sin embargo, señaló que el problema no es el edificio alto en sí, sino cuando hay un grupo de estos rascacielos.La lógica detrás de este índice, también conocido como la maldición de los rascacielos, es que la construcción de este tipo de edificios, altos, caros, poco prácticos y ostentosos, es indicativo de derroche en momentos de auge económico, y suelen estar propiciados por la presencia de dinero barato en el mercado. Caldo de cultivo para la creación de burbujas. Y cuando estas explotan, llega la recesión.Este concepto ha sido analizado en el marco de la teoría austriaca del ciclo económico, basado a su vez en las teorías de Richard Cantillon en el siglo XVIII. El economísta Mark Thornton enumeró tres efectos de Cantillon que dan validez al índice de rascacielos. El primero, la disminución de las tasas de interés al inicio de una fase expansiva, que impulsa los precios del suelo. El segundo, la disminución de las tasas de interés, a su vez, permite que el tamaño de una empresa aumente, creando demanda para mayores espacios de oficinas. Y, por último, las bajas tasas de interés proporcionan inversión en las tecnologías de construcción, que permiten romer los récord previos a la altura de edificios. Tres factores que alcanza su máximo al final de la fase de crecimiento.Los ejemplos que confirman la validez de esta teoría son multiples. El primer ejemplo notable lo encontramos en 1907. El pánico financiero que se vivió en aquel año, una de las mayores crisis financieras de la historia de Estados Unidos, vino precedido de la puesta en marcha de dos rascacielos que se convirtieron en los más altos del mundo: el Singer Building y la Met Life Tower. Poco antes del crac del 29 comenzó a contruirse otra cadena de rascacielos que se convertirían en los más altos del mundo. Hablamos del 40 de Wall Street, conocido hoy como la Torre Trump, el Edificio Chrysler y el Empire State. Los heraldos de la gran recesión, los llamó Thornton.¿Más ejemplos? El World Trade Center, en Nueva York, y la Torre Sears, en Chicago, que también se convirtieron en los más altos del mundo, fueron inaugurados en 1973. Coincidió con el crac bursátil y la crisis del petróleo, que lastró la economía durante años. El último caso que señala Lawrence está en Asia. Se trata de las Torres Petronas, los más altos del mundo durante cinco años, que abrieron sus puertas coincidiendo con las crisis financiera asiática.¿Y ahora? ¿Hay alguna construcción de este tipo que indique que podemos estar a las puertas de una recesión? Pues, por desgracia, parece que sí. En 2021 se terminó de construir la torre Merdeka 118, en Kuala Lumput, la segunda más alta del mundo; y la Torre Steninway en Nueva York, el rascacielos más estrello del mundo, y uno de los más altos de occidente. La teoría, por supuesto, tiene lagunas, por lo que ha recibido numerosas críticas. La principal es que es poco fiable, y que recesiones como la posterior a la primera Guerra Mundial, la de 1937 o la de los primeros años 80 no se caracterizaron por proyectos de rascacielos destacados. Otro estudio de 2015 también llegó a la conclusión de que hay cierta relación entre la altura de los edificios y los ciclos económicos, pero no como señala Lawrence. El informe, elaborado por Barr, Mizrach y Mundra, destaca que la evolución del PIB permite predecir cambios en la altura de los edificios, ya que la altura extrema es impulsada por el rápido crecimiento económico. Pero, al revés, la altura no es fiable como indicador de recesiones inminentes.

El origen del imperio cerámico de Porcelanosa

April 11, 2022 0:07:52 7.58 MB Downloads: 0

El presidente ucraniano, Zelenski, señaló durante su intervención ante el Congreso español a varias empresas, entre ellas a Porcelanosa, por seguir haciendo tratos con Rusia. Acusaciones que pusieron en el disparadero a la marca azulejera durante unas horas, pero de las que supo reponerse rápidamente, tras una reunión con el embajador ucraniano, en la que explicó la verdadera situación de la compañía en Rusia.Aunque corto, ha sido uno de los momentos más tensos de la historia de Porcelanosa, imperio del azulejo que cumplirá 50 años en 2023, convertida en una referencia mundial. En la actualidad, tiene presencia en 100 países, y da trabajo a más de 5.000 personas directamente.¿Pero cuáles son los orígenes de Porcelanosa? ¿Cómo llego desde Vila-Real a conquistar el mundo? La compañía nació en 1973, aunque el origen está unos años antes, en 1956. La principal actividad económica de la región en aquel momento, casi la única, era la agricultura, sobre todo la relacionada con los cítricos. Pero aquel 1956 una terrible helada arrasó los campos de Castellón, amenazando toda la producción. Si sumamos las dificultades de la postguerra que aún se dejaban notar, la situación económica era complicadísima. Uno de los perjudicados fue un joven agricultor, José Soriano. Pero lejos de amilanarse por las dificultades, decide poner el foco en otra nueva industria, menos dependiente de los accidentes climáticos. Así, se une con otros agricultores de la región y fundan Azulejos de Vila-real, Azuvi. Pero descubren que los viejos hornos de leña disponibles para cocer cerámica, que ya habían sido introducidos por los árabes, están completamente obsoletos.Y como otros emprendedores de éxito, Soriano se fijó en los mejores, que en este caso eran los italianos. Y allá que se fue para descubrir cómo trabajaban. De aquel viaje se trae un par de técnicos, que le ayuden a desarrollar la industria, y los modernos hornos-túneles para la cocción de cerámica.Poco después, Soriano lanza otra compañía azulejera, Zirconio, especializada en revestimientos y pavimentos decorados para suelos. Y se alía con una empresa de Brihuega para comprender cómo trabajar con pasta blanca, que ofrecía más opciones decorativas que la habitual arcilla roja que se utilizaba hasta entonces.Con toda esa experiencia a cuestas, y convertido en uno de los mayores expertos en azulejos de Castellón, lanza en 1973 Porcelanosa, su gran proyecto. Para ello se une con los mellizos Héctor y Manuel Colonques, socios con los que lanza esta compañía, especializada en revestimientos y pavimentos cerámicos, pero de pasta blanca. La similitud de este material con la porcelana es lo que dio orígen al nombre de la compañía.En aquellos primeros años, las dificultades pasaron sobre todo por la búsqueda de una red de distribución adecuada, junto con la promoción del producto. Dos tareas que no eran prioritarias entonces para la industria. Como decíamos, el producto de Porcelanosa ofrece más opciones decorativas. No tiene sentido, por tanto, seguir promocionando el producto como hasta entonces, mostrando azulejos sueltos, que no lucen al 100% el acabado de la marca.Es ahí donde deciden desarrollar las primeras tiendas con paneles, que permiten ver con más precisión el resultado final. Los establecimientos no son solo el lugar donde se produce la venta, sino un espacio para exponer productos y crear marca. Esta fórmula es la antecesora de las exposiciones, desarroladas posteriormente, y que son uno de los emblemas de la compañía.La otra decisión que fue clave para el éxito de Porcelanosa fue la apuesta por caras conocidas para promocionar sus productos. La primera elegida fue la actriz Gina Lollobrigida, que además les ayudaba a vincularse a Italia, que era la referencia en el sector, por la calidad y el prestigio de su cerámica.Tras los positivos resultados de esa experiencia, eligen a una nueva cara para difundir la imagen de la marca, y el resultado no pudo haber sido mejor. La seleccionada es Isabel Preysler, que a mediados de los 80 era una de las personas más conocidas de España.Tan acertada fue la elección que la relación se prolongó durante 30 años. La repercusión de las campañas con ella fue enorme. Hubo anuncios de televisión que llegaron a tener audiencias de más de 12 millones de espectadores. Su figura fue clave para consolidar la imagen de Porcelanosa como una empresa elegante, glamourosa y de buen gusto.Con estos éxitos a cuestas, la marca decidió seguir la misma línea. A lo largo de los años se ha vinculado con otros famosos de relumbrón como Sofía Loren, Pierce Brosnan, Valeria Mazza o George Clooney, entre otros. A lo que se suma, de forma indirecta, el príncipe Carlos de Inglaterra, encargado de hacer el brindis en la cena por el 25 aniversario de la compañía. Porcelanosa acabó convirtiéndose en proveedor de la Casa del Príncipe de Gales, y es la única compañía española con la garantía real británica. Curisamente, no tienen ningún tipo de vínculo con la Casa Real española.Estas figuras internacionales también fueron importantes en la labor exportadora de Porcelanosa. Hay que tener en cuenta que el 90% de los ingresos de la compañía proceden de las ventas en el extranjero. De hecho, si no llega a ser por esa estrategia, hubieran sido incapaces de sobrevivir a las crisis económicas que hemos sufrido en las últimas décadas.De hecho, Francia, Reino Unido y Estados Unidos son ahora los principales mercados de la compañía. Estos tres países han logrado sumar en algunos momentos la mitad de la actividad de Porcelanosa. Su tienda más prestigiosa hoy puede ser la de Nueva York, ubicada en un lugar privilegiado, entre Brodway y la Quinta Avenida. El edifició costó 40 millones, y el proyecto fue liderado por Norman Foster. A su inauguración, en 2015, acudieron Nieves Álvarez, Irina Shayk o numerosas estrellas de Hollywood.Para entender la importancia de la apuesta por la internacionalización hay que volver a los origenes de la compañía, a aquella década de los 50 y a aquella ciudad agrícola que era Vila-real, que ya entonces tenía una marcada vocación exportadora.Esa tradición agrícola ha seguido siendo parte del grupo, que ha mantenido sus negocios citrícolas, que gestiona a través de una sociedad independiente.Hoy, Porcelanosa es una referencia mundial. A pesar de las guerras internas entre los herederos de Soriano y los Colonques, genera ingresos que rondan los 1.000 millones de euros anuales, venden en todo el mundo, y están consolidados como el cuarto mayor productor. Como el primer día, cuando se fueron a Italia a descubrir las técnicas más vanguardistas, mantienen la innovación como un elemento fundamental. Y defienden que la cerámica se ha convertido en un componente más de la moda.

Cuando Rusia vendió Alaska por 7,2 millones: el peor negocio de la historia

April 04, 2022 0:11:57 22.98 MB Downloads: 0

Rusia fue el primer país europeo en poner pie en Alaska. Los primeros grupos, protagonizadas por cazadores, llegaron a principios del siglo XVIII, y pocas décadas después llegaban las primeras expediciones de comerciantes de pieles, que ya se asentaron en la región, y comenzaron la colonización, que se culminó a finales de siglo.La relación inicial con los nativos era cordial. De hecho, a ellos les compraban la piel de nutria, quizá la más preciosa de las joyas que ofrecía el territorio en aquel momento. Con el paso del tiempo las cosas se fueron complicando, sobre todo por el abuso de la caza de nutrias, que acabó exterminando al animal en muchas zonas; junto con algunos problemas de convivencia que no supieron resolver, y que acabaron derivando en enfrentamientos armados, expulsión de los nativos, división de familias, esclavitud... y muchos muertos entre los locales. Tampoco ayudó el asesino silencioso que acompañaba a los rusos: las enfermedades europeas, desconocidas en la región, y contra las que los locales no estaban inmunizados. El 80% de la población aleutiana, por ejemplo, falleció por este motivo.Por aquella época llegaron también misioneros y clérigos de religión ortodoxa, que continuó a lo largo del siglo XIX, y que es responsable de la huellas rusas más visibles en la Alaska contemporánea.Por aquella época, los españoles también pusieron sus ojos en Alaska, haciendo referencia a la bula papal de 1493 que Alejandro VI otorgó a Isabel y Fernando. Durante décadas enviaron varias expediciones navales, algunas de las cuales incluso llegarón a entrar en contacto con los rusos. La más atrevida fue la de Bruno de Heceta, que en 1775 trató de consolidar las reclamaciones españolas en el Pacífico Norte. Uno de sus barcos, el Sonora, entró en la isla de Nutka, y reclamó formalmente la región como parte de España.Ese movimiento acabó derivando en 1789 en la crisis de Nutka, que a punto estuvo de provocar una guerra entre España y Reino Unido, después de que varios barcos británicos entraran en aguas reclamadas por España, , por lo que fueron capturados por la Armada. Londres exigió una compensación, y Madrid se negó. Llegaron a prepararse para el enfrentamiento bélico, e incluso reclamaron la ayuda de sus respectivos aliados.Sin embargo, la sangre no llegó al río, y se resolvió pacíficamente en la Convención de Nutka, en un acuerdo que supuso una gran victoria comercial para Reino Unido, y que supuso el inicio de su dominio sobre el Pacífico. Pero volviendo a Alaska y a los rusos, el cambio de siglo no le sentó nada bien. A pesar de algunas victorias militares, los clanes locales nunca dejaron de hacerles la guerra. Y los esfuerzos que hicieron nunca fueron suficientes para colonizar la región por completo. De hecho, la población rusa nunca llegó a superar las 700 personas en su momento álgido. A pesar de las riquezas del territorio, donde ya sabían que además había oro, lo caro, complicados y peligrosos que eran los viajes, no llegaron a convencer a más rusos para que se trasladasen.A eso hay que sumarle que la Compañía de la Bahía de Hudson, canadiense, se estableció en la frontera sur, y nunca llegó a respetar las limitaciones establecidas, castigando el monopolio ruso de del comercio de la región. Entre unas cosas y otras, el control de los rusos sobre Alaska se fue debilitando cada vez más.Llegamos así a mediados del siglo XIX, en el que Rusia se encuentra en una difícil situación financiera. Está metida en la guerra de Crimea, que le está obligadando a hacer importantes esfuerzos de guerra, y no puede prestar atención a lo que pasa en Alaska. Los más allegados al zar empiezan a deslizar la idea de que lo mejor es abandonar la región, que Estados Unidos quiere conquistar todo el continente, y que les podría quitar las tierras fácilmente, sin obtener nada a cambio. Plantean la opción de venderla, y Alejandro II decide que es una decisión que merece la pena estudiar.Las conversaciones comenzaron en la década del siglo XIX, pero la Guerra de Secesión frenó las negociaciones. Tras el final del conflicto, se retomaron las negociaciones, que alcanzaron su punto álgido en marzo de 1867, cuando el Zar envía a su ministro en Estados Unidos a negociar con William Seward, el secretario de Estado. En tan solo unas semanas, cierran el acuerdo: Estados Unidos pagaría 7,2 millones de dólares por Alaska.El precio, que equivaldría a unos 130 millones de dólares actuales, menos de lo que cuesta fichar a un futbolista estrella, era económico incluso para los estándares de la época.La bandera de Estados Unidos fue alzada el 18 de octubre de 1867, y ante la necesidad de cambiar del calendario juliano al gregoriano, junto con el cambio de uso horario, provocó que los residentes tuvieran dos viernes seguidos: pasaron del viernes 6 de octubre al viernes 18 de octubre.A pesar de que Estados Unidos estaba en pleno proceso expansionista, y llegó a acuerdos similares para hacerse con otras regiones, como Luisiana o Florida, había muchas dudas entre los ciudadanos, que consideraban que era un "paraje helado". De hecho, parte de la prensa atacaba al acuerdo, denominándolo la 'Locura de Seward', 'La nevera de Seward' o 'El jardín del oso polar de Andrew Johnson'.Pero las voces en contra quedaron acalladas rápidamente. Pese a las décadas de dominio ruso, era una tierra prácticamente sin explorar. Durante los primeros años tras el acuerdo, con los políticos de Washington más preocupados de la reconstrucción del país tras la Guerra que del nuevo territorio que habían comprado, fueron los militares y exploradores los que empezaron a recorrer la región, pintar los primeros mapas del río Yukón, y estableciendo puestos de operaciones a lo largo de los numerosos ríos interiores.Y en 1896 se produce el acontecimiento que lo cambiaría todo. En el territorio de Yukón en Canadá encuentran oro. Miles de mineros, acompañados de nuevos pobladores, deciden irse a Alaska, a comprobar si allí también lo encuentran. Esas miles de personas exigen infraestructuras y servicios, lo que supone un gran impulso para la región.Tan solo tres años después los exploradores encuentran oro en Nome y otros pueblos, lo que se conoció como 'la fiebre del oro de Klondike', y que supuso el impulso definitivo para Alaska.El cambio de siglo supuso el salto económico para la región, con la construcción de nuevos centros urbanos para acoger a toda la gente que estaba llegando. Empiezan a hacerse populares las industrias de la minería de cobre, la pesca y el enlatado. Hay ciudades que ya cuentan con hasta diez fábricas de conservas. Los estadounidenses también se expandieron hacia el interior y el Ártico de Alaska, explotando la piel de los animales, el pescado y otros negocios de los que dependían los nativos. En los primeros 50 años de propiedad los americanos ya habían ganado 100 veces más que lo que inviertieron en la compra.La II Guerra Mundial y los comienzos de la Guerra Fría reflejó además la importancia estratégica y geopolítica de la región. Aumenta la presencia militar, y en 1959 el territorio se incorpora como Estado de los Estados Unidos.En la misma época se descubren yacimientos petrolíferos, que suponen un nuevo impulso para la región, y que se ha ido consolidando como la principal fuente de ingresos. En los 70 construyeron un oleoducto de 8.000 millones que le unía al resto del país. Generó ingresos per cápita tan altos que repercutieron en toda la población. Para evitar que la fiebre del petróleo acabse tan mal como la de la piel de nutria, cuyas mejoras económicas dejaron de notarse tan pronto como se acabaron los recursos, el Estado creó el Fondo Permanente de Alaska, un fideicomiso con el que invierten una cuarta parte de todos los ingresos minerales.El resultado fue un éxito. En medio siglo ha pasado de controlar 734.000 dólares, que es con lo que nació en 1976, a más de 82.000 millones en la actualidad. Además, desde 1982 abona un dividendo anual a cada ciudadano que resida al menos 6 meses en Alaska, una suerte de renta básica, por el que entregan unos 2.000 dólares per cápita al año. Ha generado más dinero que el petróleo.Hoy en día Alaska cuenta con una población de unas 700.000 personas. El 15% de la población es nativa. Y lo único que queda ruso son algunos edificios y la fuerte presencia de la iglesia ortodoxa

David Bowie y los bonos con los que se financió en Wall Street

March 28, 2022 0:05:48 11.17 MB Downloads: 0

La industria de la música está viviendo una auténtica revolución en los últimos meses. Son muchos los artistas, los grandes artistas, que están vendiendo los derechos de sus canciones a empresas. Hablamos de super estrellas como Bob Dylan, Taylor Swift, David Guetta, Sting, Bruce Springsteen, Shakira... que han cedido los derechos de toda su discografía a grandes sellos, como Warner o Sony, pero también a fondos, como Shamrock.¿Por qué lo han hecho? Es una tendencia que nace con el auge de las plataformas de streaming, como Spotify, que revolucionó la industria musical, y convirtió a los conciertos en la principal fuente de ingresos para los músicos. También se suma que los artistas deben pagar grandes cantidades de dinero en impuestos por las ganancias generadas por la venta de derechos de sus piezas. Tanto la venta de álbumes, ya sea en los renacidos discos o en CD, como por las reproducciones online.A eso hay que sumarle los efectos de la pandemia provocada por el coronavirus, que ha obligado a suspender o limitar el aforo de los conciertos, que ha acelerado la tendencia.Con todos estos ingredientes sobre la mesa, son muchos los artistas que han visto rentable la opción de vender los derechos de su música, y una forma de asegurarse grandes ingresos.Esta es la última tendencia de un sector, el de la música, que lleva desde sus orígenes buscando la mejor fórmula para maximizar sus ingresos. Y uno de los pioneros fue David Bowie. El genio de la música, precursor en muchos aspectos de la industria, fue también el primero en adentrarse en el mundo de las finanzas, aparejando su nombre a un tipo de bono muy concreto: los celebrity bonds.¿Qué es esto? Pues básicamente se trata de un tipo de ABS, un bono titulizado, respaldado por derechos de propiedad intelectual, y emitido por el titular de los mismos. En definitiva, es la transformación de derechos de propiedad intelectual en forma de bono. El autor promete a los inversores participar en los futuros beneficios derivados de los royalties que vaya a cobrar, que son los que garantizan el flujo de dinero necesario para devolver el principal más los intereses prometidos.Suele señalarse esta emisión de David Bowie como la primera de esta clase. Se llamaron Bonos Bowie, y fueron lanzados en 1997. Incluía los derechos derivados de los 25 álbumes que había grabado antes de 1990. Con el apoyo del inversor David Pullman, experto en el mundo de la música, captó 55 millones de dólares en bonos a 10 años, con un interés anual del 7,9%. El acuerdo incluía también la garantía de la discográfica EMI, por la que acababa de firmar Bowie. El músico inglés utilizó los ingresos generados para recomprar a su vez canciones a su antiguo manager. La prensa pronto se dividió: para unos era un innovador, y para otros un vendido a Wall Street.No tuvieron una vida fácil los Bonos Bowie. Las estimaciones de venta fueron demasiado optimistas, incapaces de prever el terremoto que supuso para la industria la llegada de internet. Moody's, que había otorgado una calificación de A3 a la emisión, es decir, de buena calidad, la rebajó en 2004 hasta un escalón por encima de los bonos basura.Sea como fuere, la emisión generó un gran revuelo, y parecía que era una fórmula que iba a tener recorrido. pero el mundo avanzó demasiado rápido, internet cambió los hábitos de consumo de la música, y la venta de discos se hundió. Pese a todo, fueron varios los artistas que llevaron a cabo operaciones similares en los siguientes años, como Iron Maiden o Rod Stewart. Y otros, como los Beattles o Michael Jackson, también estudiaron la opción, aunque no llegaron a consolidarlo. Todos grandes nombres y con amplios catálogos, imprescindibles para atraer a los inversores. El acuerdo definitivo no se hizo público, así que no se conocen todas las cláusulas del contrato, por lo que aún hoy se duda sobre la rentabilidad de la inversión. Pero la semilla estaba plantada.

El milagro económico de Corea del Sur

March 21, 2022 0:08:20 16.02 MB Downloads: 0

El PIB per cápita en Corea del Sur supera los 31.000 dólares, un nivel que confirma que es una economía plenamente desarrollada. No ha sido fácil para el país asiático alcanzar ese hito, pero en unas pocas décadas ha pasado de ser uno de los países más pobres del mundo a ser parte de las economías más avanzadas. En ese proceso ha llegado no solo a superar a España, sino que incluso nos deja cada vez más atrás.Hablamos, sin duda, de uno de los grandes éxitos económicos de las últimas décadas. En 1957, Corea del Sur y Ghana tenían ingresos per cápita similares. Hoy, 65 años después, la diferencia entre ambas naciones es abismal, tanto en términos de renta como en estándar de vida.En los 60, Corea era un país corrupto, inestable, y que dependía de las ayudas de Occidente. Era un país que venía de vivir una guerra civil en la década anterior, agravada por la intervención de potencias extranjeras. Era un país precario, con una economía rural, arrasada por la ocupación japonesa primero, y por dicha guerra después. Con un fuerte control de los precios agrarios, y una política industrial proteccionista. Pero en los siguiente 20 años llevó a cabo una transformación industrial que al resto del mundo le llevó más de 100 años.En realidad, hablar de milagro tiene un punto de injusticia, porque detrás del crecimiento coreano hay una serie de decisiones políticas imprescindibles para el fuerte desarrollo experimentado por este país. Por ejemplo, la protección de las industrias clave, el fuerte aperturismo al comercio internacional y la mejora educativa. Todas estas medidas, impulsadas por el General Park Chung-Hee y sus hombres de confianza, tenían como objetivo convertir a Corea del Sur en una economía exportadora.Las políticas de protección a la naciente industria química y a la industria pesada durantes algo más de un lustro fueron fundamentales. Una estrategia que Corea copió directamente de Japón, y que incluso hoy en día otros países, como Taiwan, tratan de imitar.Park y las entidades financieras del país, controladas por el régimen, concedieron grandes cantidades de crédito a las industrias del acero, los petroquímicos, los automóviles, las máquinas pesadas, la electrónica y la construcción naval. Y, por otro lado, redujeron drásticamente las barreras a la importación de los bienes necesarios para que estos sectores pudieran fabricar sus productos. Una de las medidas más destacadas fue la eliminación de aranceles para bienes intermedios de producción, pero solo para las importaciones que se fuesen a utilizar para producir bienes que se fueran a exportar. En algunos casos, incluso se subvencionó la importación de insumos necesarios para la producción de estas industrias clave.Con estas políticas ya en marcha, comienzan a crecer con fuerza los chaebol, que es como se conoce a los grandes conglomerados empresariales de Corea del Sur. Algunos de ellos se han convertido en potencias mundiales que han llegado hasta nuestros días, como Samsung, LG o Hyundai. Estas compañías se convirtieron en las grandes dominadoras de la economía coreana, siendo así las más capacitadas para realizar inversiones masivas en capital y, sobre todo, innovar.En el otro lado, las industrias que no fueron consideradas como clave para el régimen sufrieron un fuerte aumento de la competencia exterior, por el fomento de las importaciones de algunos bienes, y por la asignación de gran parte de los recursos financieros en los sectores más importantes.Una emprea grande, eficiente y que invierte en capital, que invierte en maquinaria, en tecnología, en factorías... cuenta con los ingredientes perfectos para ser productiva y ganar cuota de mercado. Así, las exportaciones de Corea del Sur pasaron de representar un 2% del PIB en el 62 a un 30% en 1980. Corea pasó en un abrir y cerrar de ojos de la agricultura de subsistencia a un modelo completamente industrial. En los 60 el 35% de las mercancías que se exportaban eran bienes manufacturados. En 1995, esa cifra ya era del 96,9%. El General Park sabía que Corea tenía que comenzar su carrera exportando, y supo reconocer que el país tenía pocos recursos naturales. Como consecuencia, la política comercial cambió para centrarse en la expansión de las exportaciones.A todo esto se suman las reducciones arancelarias a nivel mundial fijadas en la Ronda Kennedy, en 1967, y en la Ronda de Tokio, en 1973. Estas medidas permitieron que los bienes producidos en Corea tuviesen una mayor penetración en los países desarrollados.Con todas estas medidas en marcha, es cuando vemos claramente la evolución. Volviendo al dato del PIB per cápita, vemos cómo Corea del Sur superó los 10.000 dólares en 1994, y los 30.000 en 2017. Un ascenso de récord para un país que hace poco más de 35 años se situaba en la extrema pobreza. Para ponerlo en contexto, si lo comparamos con España, fijándonos en el PIB a valores de paridad de poder adquisitivo, vemos cómo en 1970 en Corea era de 2.496 dólares, mientras que aquí estaba por encima de los 13.000. Hoy, en el gigante asiático supera los 43.000 dólares, mientras que aquí está en los 42.000. La carrera de Corea del Sur empezó hace más de 60 años, y ni la crisis asiática del 97, que les llevó a ser rescatados por el FMI; ni la crisis mundial de 2008, de la que salieron rápidamente; ni la pandemia, han logrado ponerle freno.

Los billetes como armas de guerra: el caso del dólar hawaiano

March 14, 2022 0:06:12 5.97 MB Downloads: 0

Los medios de comunicación hemos recurrido con mucha frecuencia al lenguaje bélico para explicar las políticas monetarias, las decisiones de los bancos centrales o su evolución. Hemos hablado de guerra de divisas para contar devaluaciones de moneda; hemos hablado de potencia de fuego para visualizar la capacidad de los bancos centrales para mantener a flote el valor de una divisa gracias a sus reservas...Pero no todo es vocabulario ni son metáforas. Las divisas juegan un papel fundamental en la guerra real. Un buen ejemplo lo estamos viendo con la invasión de Rusia a Ucrania, y las consiguientes sanciones económicas, que han provocado el hundimiento del rublo. Uno de los capítulos más relevantes, y de los más desconocidos, relacionado con las divisas y los conflictos se produjo durante la segunda Guerra Mundial. En Hawaii circularon dólares especiales a modo de arma preventiva, ante una posible invasión japonesa.Todo comienza con el ataque a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Esta agresión provocó una gran conmoción en el pueblo estadounidense, y además propició su entrada en la II Guerra Mundial. Tal era la preocupación que los estadounidenses, no solo los ciudadanos, sino también los mandos militares, que de verdad creyeron posible que Japón pudiera invadir las islas. Hoy puede parecer descabellado, pero hay que tener en cuenta que el país nipón venía de invadir las Islas Aleutianas, en Alaska, o otros estados, como Malasia o Myanmar.Una de las cosas que más preocupaba en Washington es que, si Japón acababa controlando Hawaii, las fuerzas niponas podrían tener acceso a una gran cantidad de dólares estadounidenses. Un dinero que podrían emplear en mantener los esfuerzos de guerra contra Estados Unidos. Es lo que pasó, por ejemplo, en Manila, que permitió a los japoneses hacerse con 20 millones de dólares tras capturarla.Ante esta situación, el gobernador militar de las islas, Delos Carleton Emmons, en enero de 1942, tan solo un mes después del ataque, decide confiscar todo el dinero en efectivo en circulación. Permite un límite de 200 dólares por persona, y 500 en el caso de las empresas.Y esto fue solo el principio. Seis meses después el Gobierno estadounidense dio un paso más. Ese verano de 1942 ordena la retirada de todos los dólares "normales". En su lugar, la Reserva Federal de San Francisco imprimió nuevos billetes de 1, 5, 10 y 20 dólares. Eran exactamente iguales que el resto de dólares, con tan solo una diferencia: en el reverso estaba sobreimpresa la palabra 'HAWAII', en todo el billete; mientras que en el anverso se situaban dos pequeñas a los lados, con un sello marrón del Tesoro.De ahí precisamente llega el nombre con el que se conocía a estos dólares, los billetes sobreimpresos de Hawaii.Para el 15 de agosto de ese año, ya no se podían utilizar en las islas billetes que no estuvieran sobreimpresos, salvo algunas excepciones que requerían un permiso especial. A partir de ese momento también se retiraron las restricciones a ciudadanos y empresas sobre la acumulación y uso de dinero en efectivo.En total, las autoridades retiraron de la circulación unos 200 millones de dólares. Una cantidad tan grande que ni siquiera tenían claro qué hacer con ella. Ante las dificultades para trasladar todo ese dinero al continente, tanto logísticas como de seguridad, el Ejército desarrolló un plan más sencillo: quemarlo. En un primer momento se utilizó un crematorio de la isla, pero era tanta cantidad que el ritmo de quema no era suficiente, así que tuvieron que recurrir también a los hornos de una planta azucarera. La idea detrás de esta sustitución de moneda era muy simple. En el caso de que Japón llegase a conquistar las islas, un escenario remoto pero no imposible, como decíamos, esos nuevos dólares hawaianos podrían ser devaluados. No valdrían nada. Era una suerte de arma preventiva para evitar que la divisa pudiera ser utilizada por el invasor.En octubre de 1944, el Tesoro dejó de imprimir estos billetes con el sobresello hawaiano. A pesar de que la guerra aún no había finalizado, con el progreso de las fuerzas aliadas en el Pacífico, el temor a una invasión fue disipándose. Fue a partir de 1946 cuando estos billetes especiales fueron retirándose del mercado. Pese a todo, mucha gente, tanto ciudadanos, como soldados, decidieron guardarse alguno de recuerdo. Aún existen hoy en día, la mayoría en manos de coleccionistas. Es fácil encontrarlos por internet, hasta en las plataformas más populares. Pese a lo excepcional de su emisión, no tienen mucho valor, más allá del nominal.

El colapso de la Edad de Bronce y los paralelismos con la actualidad

March 07, 2022 0:11:34 22.24 MB Downloads: 0

Mucho antes de la crisis subprime de 2008, mucho antes del crack del 29, mucho antes del pánico de 1873... una catástrofe mundial ya había sacudido el mundo civilizado, alterándolo para siempre. Hablamos de una debacle que ocurrió en un pasado muy lejano, ¡hace más de 3.000 años! Pero en sus causas y desarrollos guarda paralelismos con el mundo actual, y que arroja importantes lecciones que deberían tenerse en cuenta.Durante la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo, las regiones del Mediterráneo Oriental eran un fértil jardín en el que florecían maravillosas civilizaciones: la cultura Micénica, pujante en el Egeo, mantenía relaciones comerciales con el sur de Italia y el resto de países aledaños; el imperio Hitita controlaba el territorio de la actual Turquía, rivalizaba en riqueza y poder con Egipto y el despiadado imperio Asirio; y en el lecho del Éufrates se asentaba la ancestral Babilonia, regida por los casitas, que habían continuado la tradición sumerio-acadia sin rupturas.Eran todos estados sofisticados, burocratizados y hospedadores de importantes herencias históricas, artísticas y culturales. Habían imbricado una compleja red de comercio y relaciones internacionales que, pese a guerras ocasionales, aseguraba progreso y prosperidad mutuos.Pero el vendaval destructivo de los Pueblos del Mar, una alianza de naciones cuyo origen se desconoce, fue el catalizador de una reacción en cadena que derribó el equilibrio existente. Micenas fue borrada del mapa, como si nunca hubiera existido. Asiria se descompuso. El Imperio Hitita colapsó y desapareció. Y el Egipto faraónico sobrevivió a duras penas, a costa de traspasar el umbral del declive, del que ya no se recuperaría. Fue, según el historiador Robert Drews, "la peor catástrofe de la Antigüedad, peor que la caída del Imperio Romano".Los Pueblos del Mar eran como una plaga, no dejaban nada a su paso, pero no fueron las armas las que desangraron a los imperios de la Edad del Bronce. La telaraña comercial que habían alimentado durante siglos les hacía interdependientes, incapaces de ejercer una gestión económica autónoma. La caída de uno de ellos arrastraba a todos los demás.Inestabilidad y belicosidad, oleadas migratorias desesperadas, una delicada e internacionalizada estructura económica y mercantil... son muchos los paralelismos entre el ecosistema del Bronce final y el mundo actual. "Era un sistema mundial globalizado y cosmopolita como pocas veces ha existido antes de hoy", explica el historiador Eric Cline.Hay otro aspecto que contribuyó al colapso de aquella época, y que nos puede sonar actual: las causas climáticas y geológicas. Terremotos, enfriamientos generalizas, sequías... Esta última, en concreto, es una de las hipótesis que más fuerza ha cogido en las investigaciones más recientes. Sugieren que una fuerte caída de las lluvias, de tres siglos de duración, devastó los recursos en los centros clave de la civilización, hasta que provocó su derrumbe en torno al año 1.200 antes de Cristo.Podemos decir que el cambio climático fue el primer naipe que cae en el castillo de cartas. Y los ciudadanos no pudieron ni preverla ni evitarla, pero si la naturaleza aprieta, la marea humana se mueve. Lo que lleva a la siguiente causa: La inmigración, masiva y violenta.Un aguacero humano, desesperado, que huía de la miseria y de la muerte, y que no había muralla ni frontera que pudiera detener. Una situación que podría estar recogida en el informativo de hoy, pero que ocurrió hace más de 3.000 años. Y, curiosamente, en las mismas zonas que hoy son foco de conflicto, como Oriente Próximo o el mar Egeo.Esta situación explica el nacimiento de los Pueblos del Mar, que más que la causa fueron la consecuencia de los cambios que estaba experimentando el mundo civilizado. Estos invasores, más que un bloque homogéneo, eran una alianza espontánea de pueblos, movidos principalmente por el hambre. Sea como fuere, el resultado es que alteraron dramáticamente el ecosistema político. Dejaron tras de sí los palacios de Micenas reducidos a cenizas, aniquilaron a los hititas, y provocaron la destrucción o el abandono de todas las grandes ciudades del Levante. Ninguna vio nacer la nueva era.Solo la decisión del faraón Ramsés III, un gobernante fuerte y capacitado, salvo a Egipto de seguir un destino similar. Con un potente ejército a sus espaldas, les hizo frente en la desembocadura del Nilo, donde logró un importante triunfo. Pero pese a la victoria, el imperio estaba herido de muerte.De hecho, podemos decir que la victoria sobre los pueblos del mar marcó el principio del fin del poder faraónico. Egipto perdió su influencia sobre Palestina y Siria, y la destrucción de las rutas comerciales, junto a los tremendos gastos de guerra, arruinaron el país.Con Micenas y Hatti reducidas a cenizas o a ruinas, Egipto no tenía dónde vender sus productos y manufacturas, y tampoco a quién comprar. Los extensos reinos dieron paso a ciudades-estado y a pequeños principados encerrados en sí mismos, más preocupados de sobrevivir que de registrar la historia o proteger las artes. Este periodo, conocido como la 'Edad Oscura', se prolongaría hasta el surgimiento de Israel, la Babilonia caldea y las polis griegas.Tres milenios y medio después no son piratas famélicos los que amenazan el mercado mundial, sino que son las guerras comerciales, la crisis logística o los problemas de la cadena de suministros los que lo ponen en jaque.En aquellos tiempos, la metalurgia se vio sacudida por la aparición de una materia prima que lo cambiaría todo: el hierro. Hasta ese momento era el bronce el rey absoluto de los materiales armamentísticos, y quedó obsoleto rápidamente. Y la revolución no solo afectó a las artes de la guerra, también a los aperos agrarios, más eficientes con el nuevo metal, además de a la construcción de viviendas y a un sinfín de objetos cotidianos.Su implantación se produjo de forma gradual, pero la tecnología cambió, y los centros de extracción y producción también. Estas nuevas técnicas se expandieron también por Europa, cuya riqueza y sofisticación estaba a años luz de la de Oriente medio, y les permitió plantar nuevos cultivos, desarrollar tecnología... acelerando su evolución.Hoy en día nos encontramos ante una catarsis tecnológica de infinitas implicaciones. La revolución tecnológica ha acelerado nuestras vidas, nuestra manera de relacionarnos, de controlarnos... ha sacudido las finanzas, las transacciones económicas... Y ha creado nuevos empleos al tiempo que desaparecen los antiguos. Y esto es solo el principio. Aún tenemos por delante la verdadera revolución, marcada por la computación en la nube o el desarrollo de la inteligencia artificial. Una revolución que, según Sundar Pichai, el mandamás de Google, "será de mayor alcance que la de la electricidad y el fuego".El último paralelismo entre el colapso de la Edad de Bronce y el mundo actual tiene que ver con Grecia. El país heleno ha sido protagonista de la crisis de 2008, aunque la veamos ya lejana. Y también fueron protagonistas del caos en torno al 1.200 antes de cristo, cuando los dorios llegaron a Grecia reclamando el poder. Los micénicos, vencedores en Troya, cayeron ante su empuje, y la influencia doria llegó hasta el Peloponeso, donde con el paso de los siglos cristalizaría Esparta.Qué lejano lo vemos, pero el calificativo de 'espartano' no le queda grande al régimen impuesto a Atenas por la Troika después de su crisis de deuda. Pensiones, sueldos públicos y en general todo gasto social... fueron podados sin misericordia en medio de una crisis que estuvo a punto de derribar el euro. Igual que hace tres milenios, Grecia ha sobrevivido, pero profundamente traumatizada y con otros jefes al mando.Los colapsos se van gestando durante siglos, son procesos largos y complejos. Como recuerda el historiador Eric Cline, son varios procesos los que provocaron la caída de la Edad de Bronce: conflictos militares enquistados, inseguridad, embargos económicos y comerciales, magnicidios, intrigas internacionales y desinformación. ¿Nos suena? Como dice el experto, "la historia tiene mucho que enseñarnos si estamos dispuestos a escuchar".Como dijo Lope de Vega, "quien mira lo pasado, lo porvenir advierte".

Los orígenes británicos de Donetsk y Lugansk

February 28, 2022 0:11:15 27.03 MB Downloads: 0

Y finalmente, Rusia atacó Ucrania. El mundo mira con atención todo lo que ocurre en la frontera este del país. Las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk se han convertido en el principal teatro de operaciones del enfrentamiento entre Moscú y Kiev, entre Moscú y occidente. Un conflicto armado, económico, diplomático... pero que también incluye la batalla por el relato.En este campo, desde Rusia insisten en recordar el pasado común que les une con estas ciudades, como parte de un imperio más grande. También juegan con el predominio del ruso como el idioma principal de sus habitantes, influenciados por la cantidad de trabajadores que fueron enviados allí por la Unión Soviética tras la segunda Guerra Mundial. Mientras que desde Ucrania recuerdan la unión que iniciaron hace más de un siglo.No hablamos de una parte cualquiera. La región de Donbás, con enormes reservas de carbón, es la parte más industrializada del país, lo que le permitía en 2013, un año antes de que estallase el conflicto, aportar el 20% de PIB ucraniano, a pesar de representar solo el 5% del territorio. Donetsk, la ciudad más importante, contaba además con un gran aeropuerto, un edificio de la ópera... hasta con un moderno estadio, construido para la Eurocopa de 2012. Su equipo de fútbol, el Shaktar, logró ser respetado en toda Europa.Zona minera por excelencia, durante el dominio soviético era una región muy apreciada, y la propaganda incluso convirtió a alguno de esos mineros en auténticos héroes. Es el caso de Alekséi Stajánov, un minero soviético que diseñó un método de trabajo que permitía multiplicar la cantidad de carbón que se podía extraer en una sola jornada, superando todos los objetivos que le marcaba Moscú. Su logro se transmitió por todo el país, puesto por el Gobierno como ejemplo de trabajador modélico, impulsando una corriente laboral, el estajanovismo, que señala el máximo rendimiento ofrecido por un trabajador por iniciativa propia. El protagonista, recibido con honores por todo el país, era atacado por sus compañeros más cercanos por elevar los objetivos de producción diarios.Pero todo cambió con el colapso de la Unión Soviética. Tras la independencia de Ucrania en 1991, las crisis económicas, el alza del desempleo, la caída de las subvenciones a la minería y las políticas lingüísticas en favor del ucraniano acabaron generando el efecto contrario: el impulso del independentismo en la región.Una crisis que alcanzó un nuevo nivel en 2014, con el enfrentamiento armado, que destruyó parte de las infraestructuras de la región, profundizando la crisis económica y provocando desde entonces la huida de casi la mitad de la población.Lo curioso es que el origen de Donetzk y Lugansk no son ni rusos ni ucranianos, sino... británicos. Fueron fundadas por un galés y un escocés. En una Rusia con una alarmante falta de artesanos cualificados, el zar recurría con frecuencia a los nobles para cubrir estas carencias. Por un lado, enviaba a los rusos a países occidentales para estudiar cómo trabajaban y para atraer a extranjeros que trabajasen en Rusia. Para ello, los ofrecían numerosos privilegios, como liberarles del servicio militar, reducirles los impuestos que debían pagar o permitiéndoles importar maquinaria y materiales, salvo para uso bélico.Uno de los que fueron reclutados con esa fórmula fue el escocés Charles Gascoigne, un industrial que emigró en 1780 a Rusia huyendo de los problemas financieros que había sufrido en su país. Se estableció inicialmente en San Petersburgo, pero fue recorriendo el país construyendo fábricas y administrando diferentes minas. Una de las industrias que pone en marcha es una planta metalúrgica en Lugansk, en 1795. Contaba altos hornos que no funcionaban con madera, sino con carbón, una tecnología que no existía en ese momento en Rusia. Para alimentarla, se impulsa la construcción de una mina de hierro y otra de carbón en la región. Gascoigne llega acompañado de decenas de trabajadores británicos y sus respectivas familias, además de obreros de otras zonas rusas con experiencia industrial, que forman un asentamiento de casi 600 personas en medio de la estepa, aunque los principales trabajadores son siervos que el zar envía a la planta.Aunque el alto horno no llega a funcionar nunca correctamente, y deben recurrir a fórmulas de fundición más tradicionales, el enclave se va desarrollando durante décadas, al compás que marca el auge de la minería de carbón y la industria metalúrgica. Le lleva tiempo, pero a finales del siglo XIX, cuando el carbón se consolida como gran industria, la región alcanzó su mayor nivel de desarrollo, llegando a convertirse en una de las ciudades industriales más importantes de Europa del este.Por aquella época, por ejemplo, se funda la principal fábrica de locomotoras de la región. Allí se construyeron algunos de los trenes más míticos del siglo XX. Y mantuvo su actividad hasta el año 2015, cuando el conflicto se la llevó por delante, como a la economía de toda la ciudad.Una historia que tiene muchos paralelismos con la de Donetsk. El origen de esta ciudad, la mayor y más importante de la región, es cosa de John Hughes, un galés experto en la construcción de barcos y armamento, que logró una concesión del gobierno ruso en 1868 para instalar primero una planta metalúrgica, y después una fábrica de rieles, que diera servicio a la incipiente industria ferroviaria rusa.En 1870 llegó a Rusia acompañado de 8 cargamentos con el equipo necesario y unos 100 trabajadores, especializados en la metalurgia y la minería, la mayoría originarios del sur de Gales. La propia fábrica dio nombre al enclave, que creció bajo su sombra: Yuzovka, la adaptación del nombre de Hughes al ruso. El empresario aportó un hospital, escuelas, salones de té, bomberos, una iglesia anglicana...La incipiente ciudad creció rápidamente, gracias a los enormes depósitos de carbón y de agua, básicos para la industria. En 1876 su planta metalúrgica era la más grande del imperio ruso. A medida que la industria se desarrollaba, la población aumentó considerablemente. Sobre todo con trabajadores rusos de otras regiones.A finales de siglo Hughes murió durante un viaje de negocios a San Petersburgo, por lo que sus hijos tomaron el control de la empresa. Pero lejos de suponer un freno a su desarrollo, fueron capaces de darle un nuevo impulso a la compañía, expandiéndola con nuevas construcciones, empujando a su vez a la ciudad, convertida ya en un gran centro minero. Mientras que el siguiente gran empujón se produjo en la primera Guerra Mundial, adaptándose a la fabricación de proyectiles de artillería. A pesar de que la revolución bolchevique provocó la salida de casi todos los empleados extranjeros de la empresa, la compañía y la ciudad a su alrededor siguieren progresando bajo el régimen comunista. En la segunda Guerra Mundial fue prácticamente reducida a cenizas, pero fue reconstruida. En 1961, consolidada como uno de los centros metalúrgicos más importantes de la Unión Soviética, cambio de nombre, convirtiéndose en Donetsk.Como Lugansk, como toda la región, su declive comenzó con la caída de la Unión Soviética, y con las crisis que ese colapso provocó. Y aunque fue capaz de rehacerse, el conflicto de 2014 supuso el golpe definitivo para la ciudad.¿Qué queda de sus orígenes? Pues como señalan numerosos sociólogos, el espíritu y la tradición industrial y minera, muy ligados a los de sus homónimos británicos. Durante años sus ciudadanos hacían bromas con sus orígenes, y con la posibilidad de unirse a Gran Bretaña. O de elegir a Isabel II como reina. Pero desde que estalló el conflicto se acabó el espacio para el humor. Y ahora aún más.

Historia de las sanciones económicas

February 21, 2022 0:13:34 32.58 MB Downloads: 0

La escalada del conflicto, o del posible conflicto, entre Rusia y Ucrania puso en guardia a las potencias occidentales desde el primer momento. Los líderes de la Unión Europea, Estados Unidos y Gran Bretaña advirtieron a Moscú rápidamente: aplicarían una batería de sanciones económicas sin precedentes si se atrevía a invadir Ucrania.¿Qué tenían o qué tienen preparado? Desde la suspensión de cualquier cooperación económica, hasta el recorte de las relaciones comerciales, incluyendo elementos tan sensibles como la importación de petróleo y gas rusos. Se trata de un golpe tan grande que la Unión Europea también cuenta con un plan para minimizar los daños que también sufriría la propia economía continental.Entre las diferentes sanciones sobre la mesa están el cierre total de los mercados europeos de capital para la banca y las empresas rusas, restricciones a la exportación de materiales imprescindibles para la economía rusa, e incluso la ruptura de lazos financieros. Washington busca ir más allá, e incluso está dispuesto a cortar el acceso de Rusia al sistema de transacciones financieras por el que se tramitan la mayoría de transferencias bancarias, una medida tan drástica que de momento solo se ha aplicado a Irán, y que no cuenta aún con suficiente consenso.Hay que recordar que no es la primera vez que se toman sanciones de este tipo contra Rusia, aunque sí de esta magnitud. Estados Unidos ya impuso sanciones contra Moscú tras anexionarse Crimea, además de por su ciberactividad maliciosa y la intromisión electoral. Aunque en este caso el castigo estaba más enfocado en individuos o entidades. Estas medidas han aislado parcialmente a la economía rusa, pero al ser uno de los pocos países con superávit presupuestario, está más protegida de la necesidad de financiación exterior. Pese a todo, sus perspectivas de crecimiento sí se han visto afectadas, y pueden alimentar la inestabilidad interna, ya que la inflación es alta y puede aumentar más si el rublo recibe daño adicional.En este sentido, las malas noticias sobre la economía rusa ya están descontadas, tanto una tensión prolongada como una nueva ronda de sanciones severas. El riesgo para la economía rusa sería una intervención militar, aunque estuviera limitada a la región de Donbás.Este es el último caso del uso de sanciones económicas como arma de guerra. ¿Pero en qué momento surgen? ¿Cuándo se convierten en un protagonista más de los enfrentamientos militares entre países? A principios del siglo XIX ya podemos encontrar propuestas de sanción contra países dentro de conflictos armados.En 1806, Napoleón, en su enfrentamiento con Reino Unido, prohibió a los países europeos comerciar con Londres, buscando paralizarlo económicamente. El problema es que no pudo hacer cumplir ese embargo, que además era casi más dañino para las naciones europeas que para los propios británicos.En la misma época, y con relación también con la guerra entre ingleses y franceses, Estados Unidos aprueba en 1807 el Embargo Act, una ley con la que buscaba mostrar fortaleza con las dos potencias europeas con una guerra comercial, pero que solo sirvió para demostrar la debilidad estadounidense, su falta de influencia y su poco peso diplomático. Lastró su imagen internacional, y acabó provocando conflictos internos. Y generó el caldo de cultivo para la guerra con Gran Bretaña. Thomas Jefferson la eliminó en 1809, en una de sus últimas decisiones como presidente.Pero la consolidación y desarrollo de las sanciones económicas como arma se produce sobre todo tras la primera Guerra Mundial. Durante el conflicto las sanciones fueron constantes, siendo seguramente la más importante el bloqueo comercial que Reino Unido le impone a Alemania, aprovechando su superioridad marítima. Logra impedir que los países neutrales le envíen suministros.Pero el gran salto para esta herramienta coercitiva llega tras la contienda. Los gobiernos comprueban que el continente ha quedado destrozado, y buscando la fórmula para resolver conflictos sin recurrir a la fuerza, llegan a la conclusión de que ese instrumento pueden ser las sanciones económicas. Pero con una novedad decisiva, no las decidirán los países de forma unilateral, como pasaba hasta ese momento, sino que será fruto de acuerdos entre varios, a través de organismos supranacionales, como la Liga de Naciones, predecesora de las Naciones Unidas.Creen que han encontrado la fórmula perfecta para evitar la violencia, que de verdad han descubierto una gran innovación útil no solo para la guerra, sino para garantizar la paz. Durante las negociaciones del Tratado de Versalles comienzan a desarrollar ese sistema de sanciones económicas para países infractores. Y comienzan a implantarlo.En la década de los 20 del pasado siglo la Liga de Naciones y sus sanciones económicas logran algunos éxitos que refuerzan su idea. Por ejemplo, logran resolver la disputa entre Alemania y Polonia por la Alta Silesia; o el conflicto fronterizo entre Grecia y Bulgaria.Pero con la crisis de Abisinia en 1935 se ven todas las costuras del sistema. La Liga impone sanciones contra la Italia de Mussolini por los ataques a Etiopía. Principalmente, limitan el suministro de petróleo y cierran su acceso al Canal de Suez. Pero esas sanciones no se hicieron valer en ningún momento. Estados Unidos, que recela de la utilidad de la Liga de Naciones, no solo no limita su relación comercial con el país transalpino, sino que la intensifica. Mientras que Francia y Reino Unido no hacen nada por lograr que se apliquen las medidas. La primera bastante tiene con preocuparse por Alemania, que vuelve a ser una amenaza; mientras que Londres no quiere saber nada de los conflictos continentales.Visto el fracaso, la Liga levanta las sanciones en 1936. Y un año después Italia abandona la organización, y se echa a los brazos del fascismo alemán. Y llega la segunda Guerra Mundial, que se lleva por delante a la institución y a sus intenciones.En el enfrentamiento también se imponen numerosas sanciones, tanto en la contienda europea, como en la del Pacífico, como en África. Pero en esta ocasión fueron mucho más difíciles de ejecutar, ante la falta de un dominio claro sobre los mares.Al terminar la guerra, la débil Liga de Naciones da paso a las Naciones Unidas, un proyecto más ambicioso y en el que participan más países. Buscan nuevas fórmulas para garantizar la paz mundial, y empiezan a desarrollar las sanciones económicas de forma que eviten recurrir a las armas. Desde embargos económicos, hasta boicots específicos, por ejemplo contra autoridades individuales de países infractores.España es uno de los países, precisamente, que recibe las primeras sanciones, por el apoyo del régimen franquista a la Alemania nazi. De esta forma, España sufre sanciones económicas, se le excluye del reparto de las ayudas norteamericanas para la reconstrucción, y se le excluye de los organismos de cooperación económica internacional. Sin embargo, tan solo cuatro años después, y con Estados Unidos ya más preocupado de la Unión Soviética que del nazismo, la situación cambia para España.En general, pese a las buenas intenciones que pudieran tener las sanciones económicas, no acaban de ser muy efectivas. Bastan dos ejemplos para dejar claras las lagunas de este sistema: los duros bloqueos contras los regímenes de Corea del Norte o de Cuba, que pese a durar décadas, no han sido capaces de tumbar las dictaduras que los dirigen.

El primer trabajo de Warren Buffett

February 14, 2022 0:06:43 16.14 MB Downloads: 0

Warren Buffett es hoy una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna de más de 100.000 millones de dólares. A sus 91 años sigue siendo el CEO de su vehículo de inversión, y sus consejos y advertencias siguen siendo tenidos en cuenta por todo el mundo. Pero aunque hoy parezca muy lejano, Buffett no fue siempre un millonario. Sus primeros pasos en el mundo de la inversión, hasta convertirse en el 'Oráculo de Omaha', son ya legendarios. Descubre que Benjamin Graham, uno de los mejores inversores de la época, al que además admiraba profundamente, es profesor en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Y allí que se va. Se convierte en un alumno excelente, participativo, resuelto, y que logra las mejores notas. Al acabar en la universidad, y tras varios intentos infructuosos, acaba logrando trabajar para el propio Graham. Sin embargo, la experiencia es un poco frustrante, porque era tremendamente estricto a la hora de invertir, por lo que Buffett no puede desarrollar todo su potencial. Pero en 1956 Graham cierra su compañía y se retira del mundo de la inversión. Buffett tiene 26 años y decide lanzar su primera sociedad de inversión. Nace con un capital inicial de 105.000 dólares, que éxito tras éxito convierte en su multimillonaria fortuna actual.Pero antes de esa etapa hubo mucho más. Warren Buffett es hijo de un corredor de bolsa, arruinado en la crisis del 29. Desde muy pequeño estuvo interesado en el mundo de la inversión. Con 10 años leía los libros de su padre, y con 11 compra sus primeras seis acciones, que le reportan un beneficio de 12 dólares. Una operación que en realidad fue negativa, porque en unas semanas el precio de dichas participaciones se disparó y pudo haber ganado casi 200 dólares. Poco después, sin embargo, su padre decide abandonar el mundo de los mercados, y da el salto a la política, de la mano del Partido Republicano. Es elegido congresista, así que la familia se tiene que ir a vivir a Washington. Y allí es donde Warren, con tan solo 13 años, logra su primer "trabajillo": repartidor de periódicos del Washington Post.En una tarea tan sencilla como esa ya muestra visión comercial y su capacidad analítica. Por ejemplo, era el primer repartidor en llegar, así podía hacerse con las mejores rutas, que se traducían en mejores propinas. Con este empleo y con una inversión en una granja logró sus primeros ahorros, que se llevó de vuelta a Omaha, a donde regresó para terminar la escuela.Y ahí es donde logra una buena cantidad de dinero, con una de sus primeras ideas de negocio: poner una máquina de pinball en una barbería. En 1946, con tan solo 16 años Buffett compra la máquina, por tan solo 25 dólares. Se alía en esta inversión con su amigo Don Danley, cuya misión era arreglar y poner a punto la máquina. Y, mientras tanto, Warren negocia el trato con el barbero, Frank Erico.Según contó Buffett a su biógrafa, su propuesta a Erico fue algo así: "Representamos a Wilson's Coin-Operated Machine Company, y tenemos una propuesta del Sr. Wilson. Es sin riesgo para usted. Pongamos esta máquina de monedas en la parte de atrás de la tienda, Sr. Erico, y sus clientes podrán jugar mientras esperan. Nos repartiremos el dinero que generen".La denominada empresa del Sr. Wilson no existía, pero eso no importaba: A Erico le encantó la idea. Los jóvenes socios instalaron la máquina en la barbería y fue un éxito desde el primer día. La primera noche, Buffett y Danley recaudaron cuatro dólares. Al cabo de una semana, tenían 25 dólares, suficientes para comprar otro pinball.Muy pronto, Buffett contaba con 6 máquinas de pinball más. Ganaba más de 50 dólares a la semana. Le iba tan bien que llegó a dudar si le merecía la pena ir a la universidad. Pero la presión de su padre decanta la balanza, y decide seguir estudiando, por lo que un año después de ponerlo en marcha, acaba vendiendo el negocio por 1.000 dólares. "Fue el mejor negocio en el que estuve. Llegué a la cima muy pronto en mi carrera empresarial", le contó el propio Buffett a Bill Gates, en una tienda de gominolas de Omaha, recordando esta historia en 2018. Así lo concluyó: "Compré una máquina por 25 dólares en 1946 y construí con ella un pequeño imperio".

El origen de la Super Bowl: el deporte hecho negocio

February 07, 2022 0:11:51 28.47 MB Downloads: 0

El próximo domingo, 13 de febrero, de madrugada ya en España, se celebra la Superbowl, la gran final del fútbol americano, el gran evento deportivo del año en Estados Unidos, el partido capaz de paralizar el país como ningún otro. Desde Europa, y sobre todo desde aquí, cuesta comprender la magnitud de este acontecimiento, protagonizado por un deporte que es el rey entre los estadounidenses, que incluso es parte de la identidad de sus ciudadanos, pero que aquí tiene un seguimiento muy marginal.Todas las cifras que rodean a este evento son apabullantes. Por ejemplo en esta edición, la XVI (56), las entradas se han convertido en las más caras de la historia. Las más baratas superan los 5.000 dólares en reventa, en los confines del estadio, según cálculos de StubHub, mientras que el precio medio es de más de 9.000 dólares. Pero las mejores localidades, muchas aún disponibles, puede superar los 25.000 dólares. Y todo esto sin contar el aparcamiento, que va a parte, y no son pocos dólares. Y se venderán todas, como cada año. Solo en la edición original y en la del año pasado, marcado por las restricciones por la Covid, no se llenó el estadio.En el récord de esta edición influyen muchas cosas, como el hecho de que la final se dispute en Los Ángeles, la capital mundial del entretenimiento, donde todo es mucho más caro. Y hacía más de 40 años que no se celebraba allí la gran final. Además, es la sede de los Rams, uno de los equipos finalistas, lo que permite a la mitad de los asistentes ahorrarse el transporte. También hay que tener en cuenta que el otro equipo, los Cincinati Bengals, nunca han ganado el trofeo, por lo que sus aficionados muestran mucho mayor entusiasmo ante una oportunidad así.Y esto es solo una parte. La audiencia de televisión será millonaria. Más de 100 millones de espectadores en Estados Unidos van a seguir el partido. Súmale otros 50, 60 o 70 millones más en los otros 200 países en los que se emite. En este sentido, merece la pena destacar que la NFL, la organización detrás de la competición, vendió en 2021 sus derechos de televisión por más de 110.000 millones de dólares para los próximos 11 años. Unas cifras que, por ejemplo, triplican las conseguidas por la Premier League, la competición de fútbol que mejores resultados cosecha en este aspecto.Para mantener estas audiencias en todo momento, cuidan todos los detalles. Y así nació uno de los aspectos más famosos del evento: los espectáculos del descanso. En las primeras ediciones, en el entretiempo, bandas musicales universitarias amenizaban esos minutos. Pero pronto empezaron a incluir a artistas consagrados. Ahora, para los cantantes, participar en el espectáculo del descanso de la Super Bowl supone un gran reconocimiento. Por ese escenario han pasado grandes estrellas como Sting, los Rolling, Paul McCartney, Beyonce, Shakira, Janet Jackson en una polémica intervención, Lady Gaga, Enrique Iglesias... Este año el gran protagonista será el rapero Eminem.Pero estas audiencias millonarias suman un valor económico adicional: la publicidad. Los anuncios que se emiten antes, durante y después del partido son los más caros. El año pasado, cada 30 segundos tenían un coste para las marcas de más de 5 millones de dólares. Los dos más largos, uno de Alexa y otro de Google, que duraron 90 segundos, costaron casi 17 millones cada uno. En conjunto, sumaron casi 680 millones de dólares. Y este año serán más caros, porque el precio no ha dejado de subir cada edición, salvo durante la crisis de 2008.Si a esto le sumamos las apuestas, tanto las que se realizan online, las presenciales o las más informales, que son la otra gran pata del evento a nivel de ingresos, podemos hablar de un partido que mueve más de 5.000 millones de dólares.Y esto es solo lo que pasa en el campo. Para un evento tan importante, conocido como el Super Sunday y considerado una especie de día festivo oficioso, la gente se junta con su familia o con sus amigos para verlo, y compra comida, bebida... el gasto total puede alcanzar los 14.000 millones. Es, de hecho, el día con mayor consumo por parte de los estadounidenses, solo superado por Acción de Gracias.Es un negocio, sin duda, millonario. ¿Pero de dónde surgió? ¿Cómo nació este fenómeno? Tenemos que remontarnos al año 1966. La NFL, la principal competición de fútbol americano, había nacido en 1920, y tuvo que competir con otras ligas por la supremacía. Durante años fue un deporte secundario, tapado por el éxito del baseball, el deporte rey tradicionalmente en todo Estados Unidos. Pero poco a poco el fútbol americano fue ganando popularidad, a tener más seguidores, y surgieron nuevas competiciones. Una de ellas es la AFL, fundada en 1960 por Lamar Hunt, propietario de los Kansas City Chiefs, cansado de que la NFL vetara su entrada en su competición recurrentemente.La rivalidad entre ambos campeonatos provocó que en junio de aquel 1966 ambos torneos llegaran a un acuerdo para que sus ganadores se enfrentaran entre ellos, para dirimir quién era el verdadero campeón mundial. Tan pretencioso como acertado.Aquel primer partido se disputó el 15 de enero de 1967, curiosamente también en Los Ángeles, entre los Chiefs y los Green Bay Packers, que acabaron ganando. Hunt fue también el encargado de bautizar el encuentro como la Super Bowl, para diferenciarlo de los distintos bowls que se celebraban, que son partidos que enfrentan a dos equipos de fútbol americano por un trofeo. Cuenta la leyenda que se basó en una pelota rebotadora de su hijo, que se llamaba Super Ball.Históricamente, el partido se celebraba el último fin de semana de enero, aunque desde 2004 se tomó la decisión de moverlo a febrero. El frío propio de estas fechas ha provocado que la mayoría de partidos se hayan jugado en estados del sur, con Miami como principal sede. Aunque con la aparición de los estadios cubiertos esto está empezando a corregirse.Con el evento ya consolidado, en 1970 se produjo la absorción de la AFL por parte de la NFL, que pasaban a ser dos conferencias diferentes de un mismo torneo, y que es el formato que se ha mantenido hasta nuestros días. Además, el trofeo que se entregaba a los campeones recibió un nuevo nombre, el Vince Lombardi, en homenaje a un entrenador que había fallecido ese mismo año. Hasta entonces se le conocía, simplemente, como el Campeonato del Mundo.El trofeo fue diseñado por la joyería Tiffany, es de plata de ley, pesa más de 3 kilos, y tiene un valor de unos 25.000 dólares. Se fabrica de forma artesanal, y lleva más de 4 meses construirlo. Se entrega en propiedad al equipo ganador, a diferencia de otros trofeos que entregan una réplica.Además, cada jugador del equipo ganador recibe un anillo de campeón, una americanada que se empezó a entregarse a los ganadores de las Series Mundiales de baseball en los años 20, y que después fue adoptado por la mayoría de campeonatos estaduonidenses. Suelen estár hechos de oro blanco y diamantes, y cuestan unos 5.000 dólares. Muchos son los deportistas que, con sus finanzas mal gestionadas, se han visto obligados a malvender sus piezas para sobrevivir. La mayoría han sido diseñados y fabricados por una joyería de Minnesotta que hoy es propiedad de Platinum Equity, aunque también ha habido ediciones de Tiffany o de Balfour. No es lo único que reciben los jugadores campeones. También se llevan un premio por cabeza de más de 120.000 dólares, independiente de su salario millonario. Es una muestra más de la evolución y el éxito del torneo, ya que en la primera edición el premio de todo el equipo ganador no alcanzó los 15.000 dólares.Una curiosidad económica. Históricamente, la Super Bowl ha permitido adivinar el rumbo de los índices bursátiles, con un acierto del 80%. Y el funcionamiento de esta bola de cristal es sencillo. Si gana el equipo que representa a la Conferencia Nacional, en este caso los Rams, el Dow Jones subirá este año. Si, por contra, vence el equipo de la Conferencia Americana, esta edición los Bengals, las bolsas se teñirán de rojo.No es la única relación entre la Super Bowl y los mercados bursátiles. Otra clave incluye el número de tantos marcados. Durante los últimos 53 años, la puntuación final media de cada Super Bowl ha sido de 46 puntos. Cuando los equipos de la final anotan al menos dicha cifra, el mercado de valores suele subir un 15,8%, pero si no se alcanza la meta, el rendimiento es de solo el 7,3%, según datos calculados por Standard&Poors durante los últimos 28 años.El deporte rey estadounidense ya no es solo un entretenimiento, se ha convertido en un auténtico fenómeno económico.

La gripe equina que hundió la economía de EEUU

January 31, 2022 0:07:09 6.89 MB Downloads: 0

La Covid no ha sido el primer virus capaz de lograr paralizar la economía de Estados Unidos. Ni el primero en provocar una gran crisis mundial. Ese "honor" corresponde a la gripe equina, una enfermedad que ni siquiera afectó a los humanos directamente, pero que tuvo consecuencias trágicas para la actividad de todo el país, allá por 1872.En aquella época, en Estados Unidos vivían 39 millones de personas, mientras que el número de caballos superaba los 7 millones, a los que hay que sumar más de un millón de mulas. En total, más de 8 millones de equinos. Que además jugaban un papel fundamental, tanto para el transporte, para la economía... para la vida. Se puede decir que eran, literalmente, el motor del país.Ese año, en Canadá, a las afueras de Toronto, se reporta un brote que afecta a los caballos. En solo unos días la mayoría de los animales de la ciudad, como los que se utilizaban para mover el tranvía y que dormían juntos, o los que se resguardaban en establos libres, abarrotados, estaban contagiados. Los síntomas de gripe eran inconfundibles: tos áspera, fiebre, orejas caídas... casi no podían ni sostenerse en pie, y muchos acababan cayéndose, agotados. Muchos morían.En Estados Unidos se preocupan, pero en aquella época la información no viaja tan rápido y las decisiones no se pueden tomar con la misma celeridad. Cuando deciden cerrar la frontera a los caballos canadienses ya es tarde. El virus ya ha cruzado, y ya se detectan casos en las ciudades más al norte, como Detroit o Boston. Ojo, lo del virus lo sabemos ahora. Entonces aún estaban a 20 años de que los científicos identificasen el primer virus. No estaba muy claro cómo se contagiaba ni qué se podía hacer para evitarlo. Los propietarios de los caballos no sabían qué hacer. Desinfectaron los establos, les pusieron mantas nuevas... Con un conocimiento veterinario aún muy primitivo, muchos recurrían a compuestos controvertidos como la ginebra con jenjibre. Por supuesto, también hubo quién recurrió a la fé para tratar de frenar el virus.Evidentemente, estos remedios no funcionaron. En días, todos los caballos del este del país estaban contagiados. Una noticia del New York Times de la época señala, por ejemplo, que el 95% de los caballos de Rochester estaban contagiados. En diciembre, los equinos del Golfo de México eran los afectados. A principios de 1873, se detectan brotes en la costa oeste. En cuestión de semanas todo el país se había visto afectado.Y no se trataba de un problema de bienestar animal, una preocupación que entonces daba sus primeros pasos, sino económico, vital.Hay que tener en cuenta que en aquel momento los caballos y las mulas eran claves para el funcionamiento del país. La mayor parte del comercio y del transporte urbano dependía de las mulas. En Nueva York llegó un momento en el que se paralizaron todos los viajes. Los tranvías no funcionaban. También afectó al transporte de mercancías, por supuesto. Los barcos y los ferrocarriles dejaron de funcionar porque el carbón que alimentaba sus calderas no podía llegar hasta el puerto. Y por si fuera poco, no podía seguir sacándose carbón de las minas porque, efectivamente, también dependía de los caballos. Las cosechas no podían llevarse a los mercados. Muchos productos perecederos se pudrían en los puestos, ya que nadie podía ir a recogerlos. Los bares se quedaron sin cerveza. Los carteros no podían repartir la correspondencia. Algunos comerciantes, asustados, llegaron a contratar a gente para tirar de los carros. Como también afectó al transporte de pasajeros, había bodas y funerales, los grandes eventos del momento, a los que asistía mucha menos gente, que no podía llegar.Uno de los sucesos más terribles se produjo en Boston, cuando un incendio arrasó parte del centro de la ciudad, debido a que los bomberos no pudieron llegar a tiempo para extinguirlo, al tener que ir andando.¡Hasta el Ejército se vio afectado! Envueltos en varias guerras contra los indios por todo el país, contra los apaches, los comanches, cheyenne, los Sioux... no pudieron contar con el apollo de la caballería. Tuvo que ser la infantería, a pie, la que durante semanas tuvo que pelear en solitario.En fin, toda la vida fue interrumpida. En la fase más grave de la pandemia muchos estadounidenses llegaron a preguntarse si el mundo volvería a ser como antes alguna vez. Un periódico de Boston, tal y como recoge Smithsonian Magazine, destacaba que el virus reveló a todos que los caballos no eran solo propiedad privada, sino ruedas en la gran maquinaria social, cuya interrupción significa un daño generalizado para todas las clases y condiciones en las personas.Pero la enfermedad fue perdiendo fuerza. El temor a una hambruna de carbón, como se le denominó entonces, no llegó a concretarse, más allá de una subida del precio de los combustibles por el miedo a esa posible falta de abastecimiento. Las ciudades fueron recuperándose poco a poco. En la primavera de 1873 los equinos ya se habían recuperado y vuelto al trabajo, y la normalidad era casi absoluta. Se calcula que entre el 1% y el 2% de los caballos fallecieron.Todo lo ocurrido durante aquellos meses tuvo dos consecuencias clave. Por un lado, supuso un impulso para la causa animalista. Fueron muchos los que se replantearon entonces el trato que se daba a los caballos, que definieron como propio de la edad media. Por otro lado, muchos consideran que esta pandemia fue una de las causas que contribuyeron a provocar la crisis de septiembre de 1873, considerada la primera depresión económica global.

Monopoly, el juego que nació como una crítica al capitalismo

January 24, 2022 0:06:10 5.94 MB Downloads: 0

El Monopoly, ese juego de mesa que tanta gente tiene en su casa, es una auténtica oda al capitalismo. Cada jugador compite por ser el más rico, pero sobre todo, por arruinar a todos los demás. Se compran calles, casas, hoteles, la compañía del agua y de la luz, estaciones de tren, lo peor que te puede pasar es pagar impuestos... y hasta puedes llegar a librarte de la cárcel si pagas.El juego, quizá el más vendido de la historia, fue creado por Charles Darrow, un vendedor de calefactores domésticos que estaba en paro por culpa de la Gran Depresión. Lo fabricaba artesanalmente en su casa, con la ayuda de su mujer y su hijo, con trozos de hule y cartulina. Esas primeras versiones tuvieron tanto éxito que tuvo que encargar la producción a una imprenta de Pensilvania, ya con su clásico tablero de cartón. Patentó la idea en 1935. Y ese mismo año, tras varios intentos, le vendió los derechos a la juguetera Parker Brothers, ahora propiedad de Hasbro.Dice el Libro Guiness de los Récords que más de 500 millones de personas han jugado al Monopoly en el mundo. Y Darrow, efectivamente, acabó haciéndose inmensamente rico. Un trabajador en paro que se hace millonario, una historia de superación perfecta como epílogo para hablar de capitalismo.Si no fuera porque en realidad el Monopoly está inspirado, o copiado, de 'El juego del terrateniente', creado y patentado por Elisabeth Maggie más de 30 años antes. Y el espíritu de aquel juego era todo lo contrario.Lizzie Maggie era inventora, poeta, feminista y muy de izquierdas, y en 1903 lanza 'The Landords Game'. Su objetivo era mostrar los peligros de acumular grandes sumas de dinero a expensas de los demás, los problemas que generaba la desigualdad de ingresos. Para ello, el juego consistía en un tablero con un circuito, algo muy novedoso para la época, lleno de calles a la venta, y desarrolló dos reglamentos, uno anti-monopolios, y el otro monopolista. Con el primero, cada vez que un jugador compraba una de esas calles tenía que pagar impuestos, y ese dinero se repartía entre el resto de jugadores. Y el juego se acababa cuando el jugador que había empezado con menos dinero lograba duplicarlo. ¡Todos ganaban!Con el segundo reglamento, el monopolista, los jugadores debían comprar propiedades y cobrarles a todos los que caían en ellas, y el ganador era el que lograba arruinar al resto de jugadores. Sí, este reglamento coincide con el del Monopoly. El objetivo, explicaba la propia Maggie, era que los jugadores vivieran en sus propias carnes una demostración práctica del sistema de acaparamiento de tierras, así como sus resultados y consecuencias. Y que comprendieran las consecuencias que podía provocar los diferentes planteamientos de la propiedad. Hay que tener en cuenta que hablamos de la época gloriosa de los monopolios del ferrocarril, el acero o el petróleo. En este sentido, en una entrevista, la propia Maggie mostró su deseo de que "en poco tiempo, los hombres y las mujeres descubrieran que son pobres porque Carnegie y Rockefeller, tal vez, tienen más de lo que saben qué hacer con él".Con el juego, Maggie en realidad trataba de reflejar y difundir las ideas de Henry George, un economista de la época, muy de izquierdas, que conoció a través de un libro que le regaló su padre, también un destacado activista antimonopolios. La base de la teoría de George era la defensa de la importancia de cobrar impuestos, y de reinventir lo recaudado en el bien común.El juego acabó teniendo relativo éxito, sobre todo entre los intelectuales de la Costa Este y de las grandes universidades del país. Tanto que se acabaron haciendo diferentes versiones del mismo. En la década de los 30, Darrow descubrió una de esas versiones en un encuentro con amigos. Le impactó tanto el juego que acabó desarrollando su propia versión, a la que llamó Monopoly, y es la que acabó vendiendo a Parker Brothers.Las versiones de 'El juego del terrateniente' también llegaron a otros países. En España, por ejemplo, tuvo mucho éxito El Palé, con las calles de Madrid. La empresa editora acabó en juicio con los propietarios de los derechos, que se resolvió con la llegada a España del Monopoly original, de mano de Borrás. Detrás llegaron numerosas versiones basadas en las calles de otras ciudades de España, otro basado en todas las ciudades, de la Unión Europea... cualquier país que se precie tiene su propia edición. Y ya hasta hay versiones digitales, online...Hasta Cuba tuvo su propia versión apócrifa, llamada Deuda Eterna, donde los jugadores no hacían de empresarios que buscaban enriquecerse, sino que hacían el papel de gobiernos de países del tercer mundo, cuyo objetivo era derrotar al FMI.Por si fuera poco, y por si Maggie no hubiera tenido suficientes disgustos con lo que ha acabado siendo su obra si hubiera vivido para verlo, han salido versiones de sagas cinematográficas, de empresas... ¡Hasta McDonald's tiene su propio juego! Hoy en día sigue siendo uno de los juegos de mesa más vendidos del mundo. De hecho, durante la pandemia, su compra se disparó. No hay ningún rastro en él de la idea original de Maggie, no tiene ningún espíritu pedagógico, y el ganador es el que logra arruinar a los demás.