La economía es casi tan antigua como el ser humano. Entre el nacimiento del trueque y la explosión del comercio online han pasado miles de años. Y por el camino se han producido infinidad de historias que queremos contar en elEconomista porque nos ayudan a comprender cómo hemos llegado hasta aquí.

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Con El Podcast de Bitpanda queremos hacer mucho más accesible y comprensible el mundo de las finanzas personales, la inversión y los criptoactivos, como Bitcoin, a todos, sin importar la experiencia previa.Moisés Santos, del equipo de Bitpanda España, recibe a un invitado en cada episodio y charlan sobre finanzas personales, Bitcoin, Ethereum y más criptoactivos, tecnología blockchain, NFT y muchos más términos que no tienen por qué ser complicados.Bitpanda es uno de los neobrokers más grandes de Europa y actualmente más de 3 millones de clientes confían en nosotros. Descarga la app para iOS y Android y empieza a invertir desde 1 € en los más de 1.000 activos que tenemos disponibles las 24 horas: cripto, acciones fraccionadas, ETF y metales preciosos. Síguenos también en Instagram y Twitter @bitpanda_es La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido. Es importante leer y comprender los riesgos de esta inversión que se explican detalladamente en bitpanda.com/es/inversiones/criptomonedas Bitpanda Stocks son contratos que replican acciones o ETF subyacentes y es un producto facilitado por Bitpanda Financial Services.

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Android Bytes (powered by Esper)

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El imperio financiero del bisabuelo de Yoko Ono

September 27, 2021 0:07:44 18.55 MB Downloads: 0

Hijo de samurái, emprendedor, magnate financiero del Japón imperial, bisabuelo de Yoko Ono, asesinado por un fanático nacionalista... la biografía de Zenjiro Yasuda es muy interesante y sirve para entender cómo se desarrolló el mundo empresarial japonés y como es hoy en día. De origen humilde, fue fundador de uno de los cuatro zaibatsu más importantes en el Japón imperial del siglo XIX. Zaibatsu es como denominan a los conglomerados empresariales o industriales, y el suyo es el antecesor de lo que hoy es el gigante Mizuho Financial. Y más allá de Yoko, Yasuda tiene una 'conexión' especial con John Lennon.Yasuda nació en el seno del clan del mismo nombre, hijo de samurái pobre, en la localidad de Toyama, en el centro de Japón en 1838. Con 17 años, se trasladó a Edo (lo que hoy es Tokio) y comenzó a trabajar de aprendiz en una casa de cambio. Con 26 años, abrió su propio negocio, llamado Yasuda-ya (Casa de Yasuda) y consiguió hacer dinero con bonos, depósitos y otros productos, convirtiéndose en uno de los financieros más conocidos de la capital japonesa.Yasuda también ayudó en la recolección de impuestos al gobierno del shogunato (gobierno militar) Tokugawa. Cuando en 1868 comenzó la Era Meiji con la reinstauración del emperador, Yasuda siguió prestando servicios financieros al gobierno. Y es en ese periodo en el que logró montar su imperio, del que ha pasado a la posteridad como una de las figuras más ilustres. Pronto comenzó a labrarse una carrera, enriqueciéndose con el dinero depreciado que el gobierno cambiaba por oro. En 1880 creó su propio banco, el Yasuda; y la primera compañía de seguros de vida, que hoy en día se conoce como Meiji Yasuda Life. Pero como realmente aprovechó la época de la modernización fue creando su propio zaibatsu, un conglomerado financiero-industrial.Los zaibatsu son clave para entender la economía de Japón a finales del siglo XIX. De manera similar a los grandes magnates de EEUU, eran grandes corporaciones que controlaban amplios sectores de la actividad económica, gracias a su cercanía al gobierno, y que han logrado sobrevivir hasta nuestros días. Tras la II Guerra Mundial, muchos fueron troceados por los ocupantes norteamericanos, pero han sobrevivido de una forma u otra. De hecho, los cuatro grandes de la época han dado lugar a los tres grandes megabancos japoneses: Sumitomo Mitsui, Mitsubishi UFJ y el propio Mizuho.Pero no solo han quedado bancos. Las empresas que forman parte de los grandes grupos herederos de los zaibatsu copan la bolsa japones. Mitsui es dueño de marcas como la cerveza Sapporo, tiene grandes intereses farmacéuticos y químicos, y además controla los centros comerciales Mitsukoshi; Mitsubishi, además de los coches, controla las cervezas Kirin y Asahi, las cámaras Nikkos, y tiene intereses en el sector naval, la minería o el papel; mientras que Sumitomo es dueño de Mazda, NEC y empresas de acero, madera, química y otras industrias.Fue uno de los financiadores de la guerra ruso-japonesa, al comienzo del siglo XX. Poco después, en 1913, fusionó diversas entidades bajo su control para dar forma definitiva a lo que sería Yasuda Bank.Pero la suerte de Yasuda se acabó tras la I Guerra Mundial, que provocó graves problemas económicos en Japón, sobre todo por la burbuja creada por la guerra. Sumido en la deflación, con un crash bursátil en 1920, y una crisis financiera en 1927, la depresión fue la protagonista de la década. Sin embargo, Yasuda no llegó a ver esta crisis, ya que en 1921 fue asesinado por un fanático nacionalista, en un suceso que conmovió a la sociedad japonesa. La ola nacionalista, que desembocaría en la participación de Japón en la II Guerra Mundial, acusaba a los capitalistas de todos los males del país, y también de haberse beneficiado económicamente de las guerras.Para la anécdota queda que su bisnieta sea Yoko Ono, mujer de John Lennon. Aunque la conexión parece más que una mera casualidad. En una entrevista hace unos años, la viuda del mítico Beattle recordaba que en uno de sus viajes a Japón en los 70, John cogió una revista sobre gente importante en la historia del país. ¡Y allí estaba el bisabuelo de Yoko Ono!Ella le contó la historia de su ancestro, y cómo había rechazado ser noble. Algo parecido a lo que había hecho Lennon, que unos años atrás había renunciado a ser Sir por el rol de Reino Unido en Biafra y su apoyo a Estados Unidos en Vietnam. De repente, el cantante dijo: "Ese hombre soy yo en una vida pasada"."Se lo sacó de la manga", recordaba Yoko. "Yo le contesté, no digas eso, porque fue asesinado". El 8 de diciembre de 1980, John Lennon fue asesinado en su casa, como Yasuda.

Trenes, sobornos y una quiebra detrás del primer Jueves Negro

September 20, 2021 0:07:45 14.88 MB Downloads: 0

Fue el primer Jueves Negro antes de "el Jueves Negro". Fue la primera Gran Depresión antes de "la Gran Depresión". Un pánico en Wall Street que forzó al cierre de la bolsa, causado por una burbuja ferroviaria (no era la primera del siglo XIX, ni mucho menos), y con todos los ingredientes habituales: exceso de especulación, sobreendeudamiento y la chispa del colapso de un banco. Hablamos del 18 de septiembre de 1873.Las crisis provocadas por el ferrocarril fueron una constante en el siglo XIX, como recordaba no hace mucho la Reserva Federal de Nueva York: fue el siglo de los trenes, al menos en cuanto a burbujas y pánicos bursátiles. Las crisis de 1837 y 1857, por ejemplo, se pueden achacar directamente a un exceso de inversión en ferrocarril, que mal dirigida, acaba poniendo en duda la salud del sistema financiero al completo. Y en la crisis de 1873 pasó lo mismo, pero esta vez con consecuencias más grandes: provocó la recesión más larga de la historia de Estados Unidos.En una situación que puede recordar a la vivida con Lehman Brothers en 2008, fue el hundimiento de un banco el que desencadenó el pánico. Jay Cooke & Co era una entidad que hizo fortuna con los bonos de la Guerra Civil. Con el dinero ganado hizo agresivas inversiones ferroviarias. La más destacada era un trazado que tenía que unir Seattle con Duluth, en Minnesota, siguiendo el borde de la frontera con Canadá. Más de 2.500 kilómetros.El proyecto se fue a pique. Por un lado, por la mala gestión, pero por otro, por la estafa de Credit Mobiliar, que no tenía nada que ver con el proyecto, pero que tuvo importantes consecuencias para todo el sector. El escándalo se destapó en 1872, y provocó una reacción en contra del Gobierno, que se volvió mucho más reacio a seguir financiando la expansión del ferrocarril.Ante esta situación, Jay Cooke & Co sabe que su proyecto ya no tiene futuro. Se suma, además el difícil entorno internacional. En Europa, el colapso de la bolsa de Viena en 1873 provoca la primera gran crisis económica internacional. Pero el problema más grave para el banco llega desde Alemania. La entidad confiaba en los inversores germanos para cubrir los problemas de financiación en su país, ya que llevaban más de una década invirtiendo en bonos y acciones ligadas al ferrocarril en EEUU.Pero la liberalización de la economía alemana, junto con una burbuja inmobiliaria que se vivió en gran parte de Eurupa, provocó que esos inversores dejaran de mirar a Estados Unidos.Fue el golpe definitivo para Jay Cooke & Co, que seguía perdiendo dinero sin control. Finalmente, aquel 18 de septiembre de 1873, suspendió las retiradas de depósitos en sus oficinas de Nueva York y Filadelfia. Y se desató el pánico. Como recordaba el The New York Times de aquel día: "Decir que la calle se puso nerviosa sería dar solo una imagen endeble de los sentimientos que afloraron. Los brokers se quedaron totalmente atónitos por un momento, y entonces hubo una carrera generalizada para notificar la quiebra... Algunos hombres que se habían arruinado juraron, otros lloraron, otros salieron a la calle sin decir palabra, otros hablaban alegremente de sus problemas y se marchaban a intentar pedir dinero a sus amigos".El New York Tribune aseguró que "se elevó un grito monstruoso que literalmente hizo parecer que el edificio temblaba". Fue el primer Jueves Negro de la historia financiera, aunque luego sería eclipsado por el del 24 de octubre de 1929. La bolsa de Nueva York cerró, y el pánico financiero pareció, por un momento, controlado.Pero el hundimiento de Jay Cooke & Co provocó un efecto dominó que se llevó a otras entidades, quebraron empresas y el desempleo se disparó. Los problemas fueron de tal magnitud que entonces se le llamó la "Gran Depresión". El pánico financiero que pocos meses antes había llegado del Viejo Continente, volvió con fuerza a Europa, que se contagió y vivió su propia parte de depresión, siendo especialmente dura en Inglaterra. Y duró hasta la primavera de 1879, al menos en EEUU, 65 trimestres de contracción. Ni siquiera la crisis provocada por el crac del 29 fue tan grande.

El panadero canadiense que creó Primark

September 13, 2021 0:08:08 15.62 MB Downloads: 0

Todo el mundo conoce Primark, el gigante de la moda a bajo precio. Menos gente conoce Associated British Foods, su matriz. Y menos aún a Willard Garfield Weston, el hombre que creó el actual imperio que triunfa vendiendo tanto camisetas baratas como pan.Aunque el gran éxito de la compañía es bastante reciente, el origen de la marca data de 1969. Aquel año, Weston contrató a Arthur Ryan, un sastre irlandés, para lanzar una cadena de tiendas de ropa barata. Y empezarón por Dublín. La primera tienda, abierta ese mismo año, se llamaba Penneys, nombre que mantiene en la actualidad. Pero al dar el salto a Inglaterra no pudieron mantener la denominación, ya que sus derechos pertenecían a la americana JC Penney. Ahí es donde nace Primark.Ryan, el sastre, se mantuvo al frente de la cadena de ropa hasta 2009. Pero lo realmente interesante es la historia de Garfield Weston, un panadero que transformó el negocio de su padre en un imperio alimenticio, y que ya al final de su vida decidió apostar por la ropa, una línea que hoy supone el 40% del negocio del grupo.Weston nació en Toronto, en 1898, hijo de un emigrante inglés que había abierto su primera panadería en 1882. El éxito de aquel obrador le permitió expandir su negocio, tanto con nuevos productos (como bollos, pasteles o galletas), como territorialmente, llegando a tener presencia en todo Canadá. Su punto fuerte era la modernización de las panaderías, intrudiciendo maquinaria industrial, que le permitía dominar el mercado gracias a que ofrecía precios más competitivos.Garfield había empezado a trabajar en la empresa familiar en 1916, en la fábrica de galletas, limpiendo y en el mantenimiento de los equipos. Pero un año después se va a Europa, a combatir en la Guerra Mundial. Y aquella experiencia marcaría su futuro y el de la compañía. Durante su paso por Inglaterra conoció la repostería británica, y recorrió sus famosas fábricas de galletas. Estaba convencido de que podrían producirse y comercializarse en Canadá con éxito.Cuando regresa a casa en 1919, descubre que su padre estaba a punto de vender la empresa por los problemas económicos provocados por la guerra. Pero le convenció para que diese marcha atrás en su idea, y no solo eso, sino que importase maquinaria británica y comenzara a fabricar y vender respostería inglesa.Poco después, en 1924, su padre fallece y Garfield se hace cargo de la empresa familiar, con apenas 26 años de edad. No tarda en mostrar una gran habilidad en el mundo de los negocios, incluso mayor que la de su padre. Comenzó a comprar a otras compañías del sector, incluso durante la Gran Depresión. Aprovechó los problemas económicos de mchas de ellas para hacerse con sus empresas y sus fábricas a bajo precio.En 1933 dio un paso más, al comprar un fabricante de galletas escocés, con un doble objetivo: entrar en el mercado británico, y dar salida a los excedentes de trigo de Canadá, que en aquel momento era la principal exportación del país. Al final de esa década ya contaba con 30 "panaderías", que daban trabajo a miles de personas.En esa década de los 30 Garfield no solo trasladó sus intereses económicos a Reino Unido, sino que él mismo se mudó allí con su familia. Estaba muy implicado y llegó a ser miembro de la Cámara de los Comunes. Se mantuvo en Londres incluso durante la II Guerra Mundial, a pesar de los bombardeos sobre la ciudad. Finalizada la guerra, es cuando Weston empezó a construir su imperio empresarial, con una mayor diversificación. Venta al por mayor, supermercados, restaurantes, helados, papel, chocolate, café y té formaban parte del entramado de empresas. La rama británica cambió su nombre al actual, Associated British Foods, en 1960. Cuatro años más tarde ya era la mayor panadería del mundo, una de las mayores molinera y una de las mayores cadenas de supermercados de Reino Unido. Y ahí es donde entra en juego la contratación de Arthur Ryan, el sastre irlandés que recibió el encargo para crear la cadena de ropa.

El chacal que estafó a Wall Street con falsas minas de oro

September 06, 2021 0:07:25 14.25 MB Downloads: 0

La historia de Wall Street está salpicada de fraudes y estafadores. Madoff, Ponzi, Ebbers, Belfort... son algunos de los nombres que se nos vienen a la mente. Pero antes de todos ellos estuvo George Graham Rice, uno de los supervillanos más conocidos del distrito financiero de Nueva York. Conocido como El Chacal, perfeccionó el arte de la estafa en la bolsa. Y no tuvo reparos en escribir un libro mientras estaba en prisión contando su experiencia. Lo tituló 'Mis aventuras con tu dinero'.Nació en 1870, en el seno de una familia de clase media de Nueva York. Su nombre original era Jacob Simon Herzig, aunque después se lo cambiaría. Fue un maestro de las relaciones públicas, un charlatán, como esos que recorrían el viejo oeste ofreciendo elixires mágicos o aceite de serpiente. Y con estos ingredientes, se aprovechó de dos de las principales modas que recorrían Estados Unidos a principios del Siglo XX: la fiebre del oro y el ansia por hacerse rico en poco tiempo en Wall Street.De hecho, sus inicios como estafador fueron en su ciudad natal, ya de adolescente: robaba dinero del negocio de pieles de su propia familia, por lo que acabó con sus huesos en un reformatorio.No fue la última vez que lo encerraron, claro. Aún con su primer nombre, acabó en la cárcel por falsificar cheques. Después inició un negocio de apuestas por correo, y un periódico con consejos para las carreras de caballos en 1901. Manipulados y falsificados, claro. Llegó a ganar 1,5 millones de la época. Le volvieron a acusar de fraude y le cerraron el negocio.Arruinado, y tras cambiarse de nombre (lo de George Graham Rice se lo copió a un compañero de celta), se estableció en una pequeña ciudad de Nevada. Un lugar perfecto para sus planes, ya que pronto comenzó a promover las minas de oro en el Estado.Para apoyar su actividad creó una agencia de publicidad y también un periódico. Otra vez. Sabedor de la importancia de la publicidad para lograr reputación y facilitar sus tejemanejes, se unió con un famoso comediante de la época, e incluso logró que la novelista Elinor Glyn visitara una mina. Y de verdad que hizo dinero. Su fortuna llegó a alcanzar los 100 millones de dólares en 1925, especulando con acciones de las compañías mineras en Wall Street. Estaríamos hablando de unos 1.400 millones de hoy. Sin escrúpulos, las promovía a través de brokes fraudulentos, sabiendo que apenas tenían oro, y se aprovechaba de la fiebre para vender la mayor cantidad posible. Tampoco tenía reparos para ponerse 'corto' cuando descubría que las empresas que promocionaba no valían nada.Su teatralidad estaba muy cuidada. Contrataba a trabajadores para sus minas ficticias, alquilaba maquinaria y fingía trabajos en terrenos que nunca serían minas. El objetivo eran las fotos y la atracción de posibles inversores. No escatimaba en recursos. Llegó a organizar una falsa huelga de empleados, incluyendo la quema de algunos edificios, para salir en los periódicos del magnate William Randolph Hearst.Hacia 1908 su fraude con las acciones de las mineras estaba acabado, pero el legado fue impresionante: más de 2.000 empresas constituidas y más de 200 millones de dólares de los inversores. Dinero que perdieron prácticamente en su totalidad. "Se extrajo más oro de los bolsillos de los especuladores que de Nevada", dijo el propio Rice en sus memorias.El estafador no tenía remordimientos. "Fue una orgía de manipulación del mercado y desplume que no tuvo parangón en la historia", decía. "Como boom de las acciones mineras, fue un éxito vertiginoso, lleno de fuego y explosiones hasta el último climax", presumía en su libro.A pesar del fraude, pudo continuar con sus estafas en Nueva York, estableciendo presuntas casas de corretaje que escondían negocios de apuestas, por ejemplo. A veces, a través de testaferros y otras con su propio nombre, como cuando creó la Rice Oil Company, aprovechando su fama como exconvicto. Por supuesto, volvió a estafar a los inversores. Y el único que obtuvo beneficios de esta petrolera ficticia fue él.Para algunos, Rice fue el padre de los denominados penny stocks: valores que cotizan por debajo de un dolar, y que habitualmente son un campo minado para especuladores y sujetos a gran volatilidad. Similar a los denominados chicharros en España.Como todo personaje de aquella época, entró en política, aunque con escaso éxito. Mientras que sus visitas a prisión siguieron siendo frecuentes. La leyenda dice que incluso llegó a compartir encierro con Al Capone.En definitiva, fue uno de los grandes estafadores de la época en Estados Unidos. Su nombre salió en numerosas ocasiones cuando se creó el regulador bursátil en 1933, en un momento en el que acababa de volver a prisión. A pesar de su dominio de las relaciones públicas, murió casi en el total anonimato en 1943.

El pueblo que se hizo millonario gracias a Coca Cola

July 26, 2021 0:06:49 13.09 MB Downloads: 0

Quincy es un pequeño pueblo del norte de Florida que no llega a 7.000 habitantes. En apariencia, uno más de los cientos de miles que hay en Estados Unidos. Pero esconde una historia bursátil muy curiosa, que le llevó a ser el más rico del país. Y que aún hoy cuenta con más de medio centenar de millonarios. Y todo gracias a Coca-Cola, y a un banquero con buena vista.El protagonista es Mark Welch Munroe, también conocido como Mr. Pat o Daddy Pat. Se trataba de un banquero local que decidió invertir en Coca Cola cuando salió a bolsa en 1919, a un precio de 40 dólares por acción.Poco después, por un conflicto con sus proveedores de azúcar y con las empresas embotelladoras, los títulos cayeron a menos de la mitad, a 19 dólares. Pero eso no frenó a Pat, que siguió invirtiendo. Era consciente de que todo el mundo, por muy difíciles que fueran las circunstancias, quería tomar una Coca Cola.La clave llegó poco después, en 1922. Tras una gran cosecha de tabaco, que era el principal cultivo de la zona, Munroe aconsejó a granjeros y vecinos que invirtieran en Coca Cola. Incluso llegó a prestarles dinero para tal objetivo. Fueron muchos los que siguieron su consejo. Y siguieron invirtiendo durante años.Cuenta la leyenda que, durante la gran depresión, Munroe se dio cuenta de que muchos inversores se rebuscaban en los bolsillos en busca de las últimas monedas para comprar una Coca Cola. Un capricho para aliviar las penas de su ruina.Era tal la situación que con la economía arrasada, el desempleo disparado, la bolsa hundida y el valor de las empresas por los suelos... las ventas de Coca Cola apenas cayeron un 2% trasa el crack del 29.A eso hay que sumar que se trataba de una empresa solvente, sin deudas, y con más de 6 millones de dólares en efectivo. Esta situación le permitió seguir pagando sus dividendos en todo momento. Y para mucha gente de Quincy, esta fue su salvación.Poco después, cuando la economía empezó a recuperarse y los precios de las acciones de Coca Cola se dispararon, fue cuando Quincy se convirtió en el pueblo con mayor riqueza per capita de Estados Unidos. Y al menos 67 personas se convirtieron en millonarios, amasando fortunas importantes que luego heredaron sus hijos y sus nietos.

Hegestrato y Zenotemis y la primera estafa al seguro

July 19, 2021 0:06:56 13.32 MB Downloads: 0

🇬🇷Los antiguos griegos fueron pioneros en muchos ámbitos. Y las finanzas y el fraude, tantas veces ligados, no son una excepción. Esta es la historia de Hegestrato y Zenotemis, y de la estafa financiera que perpetraron en el siglo cuatro antes de Cristo, tratando de aprovecharse de lo más parecido al seguro que tenían en aquella época. Es la primera acción de este tipo de la que tenemos constancia.🛳️Hay que empezar explicando cómo se regulaba el comercio y el derecho marítimo de entonces. Y el conocido como préstamos a la gruesa ventura. Este tipo de créditos funcionaban como un seguro para los mercaderes: un prestamista les adelantaba un dinero, ya fuera para la carga o para afrontar posibles reparaciones durante el trayecto. Al llegar al puesto, el prestatario devolvía el dinero más los intereses. Y si el viaje fallaba, ya fuera por la piratería o porque el barco se hundía, no había que devolver el dinero.📦En cierta manera, suponía utilizar el barco y la mercancía como garantía del préstamo. Pero el fraude parecía simple. Bastaba con defender que tu barco había naufragado para no devolver el dinero. Y no eran pocos los casos en los que las naves se escondían en puertos extranjeros. Conscientes de este riesgo para los prestamistas, no extraña que las primas de estos seguros fueran elevadísimas, llegando al 25 o 30% de interés. Y con el tiempo, los contratos empezaron a incluir cláusulas que doblaban la prima a pagar si las embarcaciones eran descubiertas flotando en algún lugar.Como en cualquier seguro, la prima dependía de varios factores: el trayecto, el barco, la carga o el propio capitán.💶En ese contexto tenemos a Hegestrato y Zenotemis, amigos y originarios de Masalia (la actual Marsella). Diseñaron un fraude en un trayecto en barco entre Siracusa, en Sicilia, y Atenas. El propio Hegestrato era el capitán. Un mercader llamado Protus cargó cereal en la nave, comprado con un crédito que le había pedido a un prestamista llamado Demon. Por su parte, los dos amigos pidieron dinero prestado simulando comprar el cereal que en realidad había comprado el mercader.El plan era hundir el barco y volver a puerto en una barca para que nadie les pudiera reclamar el crédito. Ni el de la carga ni el de la nave, que ya había volado en dirección a Masalia.Pero el plan salió mal. Tres días después de partir, el resto de la tripulación empezó a escuchar ruidos en la bodega, y pilló a Hegestrato tratando de hacer una vía de agua para hundir el barco. Desesperado, saltó por la borda y se ahogó. Por su parte, Zenotemis simuló no tener nada que ver con los planes de su amigo.El barco llegó a Atenas, y Zenotemis, lejos de aceptar el fraude, reclamó la carga a Protus, le acusó de emborrarcharse en el trayecto, y de robarle y destruir los documentos que probaban que era el verdadero propietario del cereal.Protus, por su parte, vio como el precio de los cereales habían caído y que el valor de la carga era menor que el préstamo contraído por ella. Así que decidió aceptar el dinero y huir de Atenas.Pero Demon, el prestamista, sí que se enfrentó a Zenotemis. La alternativa para él era "perder mi propiedad, que había regresado sana y salva a puerto, y estaba frente a mis ojos".La historia ha llegado a nuestros días por la batalla legal posterior sobre la propiedad de la carga. Aunque es cierto que solo nos ha llegado la versión de una de las partes, y ni siquiera completa. La de Demon, que prestó dinero a Protus y reclamó la carga a Zenotemis. Las declaraciones de los testigos, la actuación de la defensa... se han perdido, así que no podemos completar la imagen de lo sucedido.

Ni capitalismo ni comunismo: cómo triunfar con los principios cuáqueros

July 12, 2021 0:08:41 16.69 MB Downloads: 0

Años 20. Con la URSS recién fundada y una Europa lamiéndose las heridas de la I Guerra Mundial, la división en los históricos bloques comunista y capitalista se cocinaba a fuego lento. A Ernest Bader, un empresario suizo instalado en Londres, se le quedó corta esta segregación y, como buen alumno de los dialécticos Platón o Hegel, decidió buscar una tercera solución, una síntesis entre ambos modelos para hacer crecer su empresa. Treinta años después, lo consiguió.La compañía de productos químicos Scott Bader fue levantada en 1921 en la capital británica y dirigida durante 30 años bajo el modelo convencional capitalista. Sin embargo, su fundador, miembro de la comunidad cuáquera, nunca estuvo convencido de la eficiencia de una organización basada en la acumulación del capital y la división en dos bloques: fuerza del trabajo y propietarios de los medios de producción. Dirigidos y directores. Empleados y propietarios.El modelo comunista tampoco era del gusto del suizo. Bader defendía la propiedad privada, pero igual de firme se mostraba con respecto a una distribución de la riqueza que consideraba necesaria para aportar un valor a la sociedad desde el emprendimiento. Así, de la confrontación entre capitalismo y comunismo bajo los pilares espirituales cuáqueros del empresario, éste encontró una solución, una 'tercera vía' que le costó 30 años idear y que le ha reportado 70 años de éxito hasta la fecha. En 1951, Ernest Bader convirtió su empresa en una suerte de sociedad participada por sus trabajadores, a los que invitaba a implicarse por completo en el desarrollo y destino de la compañía. Así nació The Scott Bader Commonwealth, cimentada en los principios de los cuáqueros, una comunidad religiosa fundada en Inglaterra en el siglo XVII que predicaba la espiritualidad del individuo y rechazaba toda jerarquía eclesiástica. Los empleados de Bader pasaron a convertirse en socios de la firma y, por tanto, en responsables de su devenir.Inspiración cuáquera en el reglamento de una empresaLos cuáqueros comulgaban con valores en torno al desarrollo del individuo, la igualdad de oportunidades, la participación e implicación en la comunidad y la resolución de conflictos de modo pacífico. A nivel empresarial, esto se traducía en que la compañía de Bader tenía la responsabilidad de alentar en sus empleados -y socios- el desarrollo óptimo de su potencial, facilitarles el acceso a los beneficios de la empresa, concederles una auténtica voz y voto en las estrategias de la compañía e imponer el diálogo ante cualquier desafío. La Scott Bader Commonwealth desplegó unas sencillas reglas para su funcionamiento. Así, la remuneración más alta en la compañía sólo podía multiplicar por siete el sueldo más bajo; la mitad del beneficio neto se destinaría a fines caritativos, y sus productos no se venderían a clientes con objetivos bélicos. La 'tercera vía' de Bader fue inmediatamente percibida como una nueva utopía del trabajo, al estilo de las del socialista Robert Owen, y recibió los peores augurios. La realidad, sin embargo, demostró que los pesimistas estaban equivocados. La firma Scott Bader creció dentro de sus límites a nivel internacional y cuenta con 700 empleados contratados a día de hoy. En la actualidad, la ecología, el negocio y la humanidad componen los tres ejes sobre los que rota toda la estrategia empresarial.

Adiós, peseta

July 05, 2021 0:22:39 43.44 MB Downloads: 0

Como si de una celebridad se tratara, la peseta nos ha dejado. Y ahora sí, la despedida es definitiva: desde el pasado 30 de junio ya no se pueden cambiar por euros. Símbolo económico de España durante casi 130 años, con la llegada del euro quedó relegada a los rincones íntimos del amor de coleccionistas o nostálgicos.Muchos de ellos repensaron la relación con la moneda minutos antes de su adiós definitivo: desde el 30 de junio, ya no es posible canjear pesetas en España.Y como 130 años dan para mucho, vamos a rendir un homenaje a la divisa que cambiábamos por cromos y chupachups, recordando aquellos hitos y anécdotas de su historia con la memoria y la documentación de Xavier Gil Pecharromán, jefe de Normas y Tributos de elEconomista.Su nacimiento, de dónde viene su nombre, cómo fue su relación con el resto de monedas europeas (sobre todo el franco, la lira y el marco), las devaluaciones, la guerra civil, su papel en el desarrollismo, la inflación... son algunos de los temas que tratamos en este podcast.Hemos tenido 19 años para cambiar las pesetas que quedaban por casa por euros. El Banco de España recordaba mes tras mes la cantidad de dinero que los españoles seguían teniendo en pesetas. Era tan alta la cantidad (el equivalente a más de 1.500 millones de euros), que el plazo máximo para los últimos canjes se prolongó el pasado 31 de diciembre en seis meses más. Pero qué mejor homenaje para la moneda española que algo tan español como esperar al último día de plazo. Que mejor final que tener a miles de personas haciendo cola en la sede del Banco de España, y teniendo que improvisar un mercadillo de cambio con la gente que estaba antes en la fila por haber llegado tarde el último día.Ahora sí, adiós, peseta.

Adidas, Puma y el odio fraternal tras la guerra de las zapatillas

June 28, 2021 0:19:03 36.55 MB Downloads: 0

¿Eres de Adidas o de Puma? O vamos más allá, ¿dejarías de relacionarte con alguien por apoyar a una marca o a la otra? Parece absurdo, pero esto pasó en una pequeña ciudad alemana durante décadas. No ha habido enfrentamiento más despiadado en el mundo del deporte que el vivido entre estas dos empresas. ¿Qué tiene de especial esta historia? Que es un enfrentamiento fraticida, entre hermanos con ideas de negocio opuestas, y que además se alimentó del calor de la fiebre deportiva nazi.Todo comenzó entre el final del siglo XIX y el principio del XX, en el seno de la familia Dassler. El patriarca, Christoph, venía de una familia especializada en el mundo textil, pero la crisis y la industrialización le llevaron a dedicarse al mundo del calzado. Estaba casado con Pauline y tenían cuatro hijos: Fritz, Rudolf, Adolf y Marie.Estalló la primera guerra mundial, y los tres chicos tuvieron que ir a luchar. En concreto, al frente belga. Pero por suerte, sobrevivieron al conflicto y pudieron volver a casa, a su ciudad natal, Herzogenaurach, famosa por sus zapatos.La ciudad, como toda Alemania, sufría una gran crisis económica. Su madre, que tenía una pequeña lavandería en casa, había tenido que cerrar el negocio. Y en ese espacio que quedó libre aprovechó Adolf para montar una empresa de calzado. Inicialmente, contó con la ayuda de su padre, y con los conocimientos que había adquirido en este sector.Comenzó vendiendo zapatos a sus vecinos. Y el negocio no iba mal. Tanto que acabó uniéndose su hermano mayor, Rudolf. Así nació la empresa Hermanos Dassler. El problema era que Adolf y Rudolf no se llevaban bien, pero contaban con habilidades complementarias. El pequeño era creativo y estaba obsesionado con la fabricación. Mientras que el mayor era sociable, tenía una gran visión comercial y era un gran vendedor.En los años 20 del pasado siglo el deporte se transformó, pasando de ser un hobbie de la alta sociedad a un fenómeno de masas. Esta tendencia impulsó el negocio de los Hermanos Dassler, que en poco tiempo vio como sus instalaciones se quedaban pequeñas.Pero la década de los 20 pasó, llegó la de los 30, y Alemania se convirtió en un foco de turbulencias, precipitadas sobre todo por la llegada de Hitler al poder. Ni Adolf ni Rudolf estaban interesados ni metidos en el mundo de la política, pero vieron en la obsesión del nazismo por el deporte una oportunidad comercial. Y no se equivocaron: las ventas se dispararon y el negocio prosperó durante aquel periodo. El mayor de los hermanos hasta acabaría afiliándose al partido nazi.Pero no fue el único motivo de su éxito. También supieron aprovechar el tirón olímpico. Su debut en estas competiciones se produjo en 1928, en Amsterdam, donde por primera vez atletas alemanes usaron sus diseños. Pero el gran impulso les llegaría en 1936, cuando convencieron al velocista Jesse Owens, protagonista de aquellos JJOO de Berlín, de que utilizase su calzado. La publicidad fue enorme.El problema era que mientras el éxito en el negocio se disparaba, las diferencias entre los hermanos también crecían. Adolf defendía que sin sus diseños la marca no existiría. Mientras que Rudolf aseguraba que sin su don para las ventas las zapatillas estarían pudriéndose en el almacén. El primero quería fabricar mejores productos, y el segundo vender más. Enfrentamientos que se mezclaban con pugnas personales, rumores sobre las paternidades de sus respectivos hijos, acusaciones de robarse el uno al otro...Las cosas se complicaron aún más con el estallido de la II Guerra Mundial. Tanto para la empresa como para la relación personal. Rudolf fue llamado a filas, a combatir en Polonia, a pesar de ser el mayor y de superar los 40 años. Adolf se quedó al frente de la compañía, que se transformó para ayudar en los esfuerzos de guerra de Alemania. Como todo el pueblo, se dedicó a hacer desde componentes para misiles a ropa para el ejército.A Rudolf tener que ir al frente le sentó fatal. No solo por tener que estar lejos de su familia, sino por quedarse apartado de la gerencia de la compañía durante tanto tiempo. Tal era su enfado, que llegó a amanazar con cerrar la compañía, solo para que Adolf también tuviera que ir a luchar. Cuando la guerra estaba llegando a su fin, y con el ejército soviético ya a las puertas de Polonia, Rudolf huyó de vuelta a su ciudad. Coincidió en aquellas fechas la muerte del patriarca, en la que quizá fue la última vez que la familia se mostró unida.Poco después, los nazis detuvieron a Rudolf por desertor. Y tras quedar libre, fue detenido de nuevo, esta vez por los aliados, gracias a una denuncia anónima. Desde la cárcel, escribía a su hermano, solicitándole ayuda para salir. Pero sospechando que había sido el propio Adolf quien le había denunciado. Aseguraba que todo era una conspiración para apartarle de la empresa. Pero los estadounidenses tenían suficientes pruebas de que Rudolf estaba comprometido con el nazismo. Fue liberado un año después ante la imposibilidad de los aliados de comprobar la situación de todos los acusados.En venganza, Rudolf acusó a su hermano de haber tenido la iniciativa de transformar la compañía en una fábrica de armamento. Sin embargo, Adolf contó con el apoyo de numerosos testigos. Empleados, proveedores... alguno de ellos hasta judíos, que aseguraron que no tenía ningún interés en la política. Los dos quedaron libres, pero tras tantas acusaciones y traiciones, la convivencia entre ellos era ya imposible. En 1948 todo estalla.Repartieron sus pertenencias, reunieron a todos sus empleados, y les pidieron que eligieran con quién querían quedarse. El equipo comercial prefirió seguír con Rudolf, mientras que los obreros continuaron a Adolf. La familia también se vio obligada a tomar partido. Rudolf y sus seguidores se trasladaron al otro lado del río, a 500 metros. Y ese mismo año se fundaron las dos nuevas compañías. Adolf creó Adidas, una contracción de Adolf Dassler. Mientras que Rudolf lanzó Ruda (de Rudolf Dassler), aunque después le cambiaría el nombre a Puma, un apodo que había recibido en su juventud.¿La nueva situación resolvió los problemas? Al contrario, hizo la rivalidad más profunda y la trasladó a todos los habitantes de la ciudad. Había que ser de Adidas o de Puma. Y cada uno tenía sus bares, e incluso sus clubes de fútbol. Y como los Capuleto y los Montesco, las bodas entre enemigos estaban prohibidas.De hecho, se le llamaba 'la ciudad de los cuellos doblados', porque los vecinos miraban al suelo para ver qué zapatillas calzaba el otro antes de saludar.La rivalidad se trasladó a los negocios. Uno de los grandes objetivos de los Dassler siempre fue calzar a la selección alemana de fútbol. En 1954 volvía a jugar un mundial. El entrenador le pidió a Rudolf que le pagase 1.000 marcos al mes para utilizar sus productos. Una cifra que al dueño de Puma le pareció muy elevada, así que rompió la negociación. Un error que Adolf supo aprovechar, accediendo a las demandas del seleccionador. Se dio la circunstancia de que Alemania salió campeona, en un terreno embarrado donde las zapatillas Adidas demostraron su eficacia.Los JJOO de Melbourne, en 1956, marcaron un nuevo hito en la rivalidad, con los hijos entrando por primera vez en la disputa. Horst, primogénito de Adolf, demostró tener una gran visión para los negocios, aunque sus métodos no siempre fueran los más limpios. Lo demostró en Australia. Los cargamentos de material deportivo estaban retenidos en aduanas. Horst le pidió a los atletas que trabajaban con Adidas que escribiénsen a la autoridad portuaria para que liberasen el cargamento. Y mientras tanto, por otro lado, se aseguraba de que el calzado de Puma quedase atrapado. Aprovechó para regalar su material a todos los deportistas. No les quedó más remedio que calzar Adidas.Armin, el hijo de Rudolf, trató de devolver el golpe en los JJOO de Roma, en 1960. Convenció al gran velocista del momento, Hary, para que corriera con zapatillas Puma. ¡Ganó la carrera! Pero la alegría en Puma solo duró unos minutos. Exactamente, los que pasaron hasta que Hary fue a recoger la medalla de oro. Y en vez de ir con sus botas Puma... calzaba unas zapatillas de Adidas. Juró que había sido un descuido.Los grandes éxitos en aquel momento para Puma llegaron gracias al fútbol. Logró fichar para su marca a Eusebio, y sobre todo a Pele. Armin lo convenció a pesar de haber acordado con sus primos que no competirían por la gran estrella brasileña. Fue la gota que colmó el vaso, y lo que definitivamente trasladó el odio a los descendientes de Adolf y Rudolf.En realidad, el acuerdo con Pele fue una ruina, por el elevado caché del futbolista. Pero el brasileño no dejó lugar a dudas. Antes de hacer el saque inicial en la final del Mundial de 1970 se agachó y se ató lentamente los cordones de sus botas. Todo el mundo vio que calzaba unas Puma.En la década de los 70, con la pugna en uno de sus momentos más álgidos, murieron ambos fundadores. Rudolf en 1974, y Adolf en 1978. Armin trató de mediar para que se reconciliasen. Pero no hay constancia de que se produjese ningún encuentro. Salvo sus respectivos chóferes, que aseguran que seis meses antes de morir Rudolf los enemistados hermanos se vieron una tarde en la cercana Nuremberg. Ni familia, ni amigos, ni empleados se habrían enterado. Ambos están enterrados en el cementerio de Herzogenaurach, pero cada uno en una punta.La dura competencia, algunas decisiones erróneas, la mala suerte (Horst Dassler muere en 1987 con tan solo 51 años)... provocan que a finales de los 80 sendas compañías sean vendidas a grupos extranjeros. Actualmente pertenecen a conglomerados franceses.

Laffer y la servilleta más importante de la historia

June 21, 2021 0:07:19 14.07 MB Downloads: 0

Las fuerzas gravitatorias que dominan los mercados a veces sólo requieren de un breve dibujo en una servilleta de tela para ser doblegadas. El Premio Nobel de Economía Robert J. Shiller sitúa al gran público y los economistas frente al espejo de la injustamente olvidada narrativa económica. Nos referimos a aquella historia que, aún en tiempos lejanos a las redes sociales, logra viralizarse y cambiar el destino social y político de una época. Que ésta sea falsa o verdadera resulta irrelevante.El poder de las historias suele ser un factor infravalorado en la sociedad contemporánea de los números absolutos. Quizá por sus leyes impredecibles, imposibles de determinar ni por los productores con mejor olfato de Hollywood. Sin embargo, supone un error obviarlo, y más cuando puede afectar a la economía de un país o del mundo entero. Esta es la tesis fundamental que presenta el economista Robert J. Shiller en su último libro,  Narrativas económicas  (Deusto).En 1974, el economista Arthur Laffer dibujaba en una servilleta del restaurante Two Continents de Washington su famosa curva impositiva. En ese momento, no podía imaginar que aquel trozo de tela acabaría decidiendo el destino de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Y hasta teniendo su propia vitrina en el Museo de Historia Americana.  Laffer trataba de justificar con un sencillo diagrama cómo una bajada de impuestos podía seguir generando un aumento en la recaudación por su capacidad revulsiva sobre la actividad económica. Dick Cheney y Donald Rumsfeld, seguían con atención las líneas de Laffer entre bocado y bocado de chuletón. También el analista de  The Wall Street Journal  Jude Wanniski, que, cuatro años más tarde, contó la anécdota en un libro no publicado en español The Way the World Works, disparando la popularidad de  la curva de Laffer. La doctrina de la servilleta triunfó en los medios de comunicación en la década de los 80, y su popularidad parece estar detrás de la llegada al poder americano y británico, respectivamente, de Ronald Reagan (en 1980) y Margaret Thatcher (en 1979). Ambos dirigentes lograron imponerse a sus adversarios con una política favorable a la bajada de impuestos.  La anécdota de la servilleta es recordada por Shiller como muestra del poder de una narrativa económica, una historia suficientemente brillante que contenía un ingrediente básico para mantenerse en el recuerdo: una potente imagen visual. Exacto, la servilleta. Que su teoría fuese correcta o no pasaba a un segundo plano. Era demasiado buena para quedar arruinada por los detalles.  El ganador del Premio Nobel en 2013 explica cómo esta historia desencadenó "un movimiento más serio de cambio político orientado a bajar impuestos y liberalizar la economía", y argumenta que también pudo explicar una tendencia social de la época a favor del emprendimiento.  La servilleta de Laffer consiguió una vitrina propia en el Museo de Historia Americana.  El responsable de mancharla de tinta, Arthur Laffer, acabó renegando del mito y reconociendo los enormes agujeros de su doctrina. La historia económica, sin embargo, ya había sido modificada.

La niña que huyó de los nazis y revolucionó la informática y el teletrabajo

June 14, 2021 0:08:46 16.86 MB Downloads: 0

💻A principios de los años 60, el sector de la tecnología se burlaba de ellas. Las llamaban desde el diario The Times las "niñas del ordenador", y nadie tomó en serio al grupo de mujeres programadoras que, bajo el liderazgo de la matemática Stephanie Shirley y su compañía Freelance Programmers, revolucionaron el mundo de la empresa con una cultura radicalmente distinta y, contra los peores augurios, exitosa.🇬🇧Stephanie fue uno de los 10,000 niños judíos acogidos por Reino Unido en plena huida de la Alemania nazi. Embarcada sin sus padres a los 5 años en 1939, ella y su hermana llegaron a un pueblo cerca de Birmingham donde fueron abrazadas por la que se convertiría en su nueva familia, el matrimonio Guy y Ruby Smith.⁉️¿Pero cómo logró esta mujer, brillante matemática, alcanzar el éxito en un negocio masculino y poner en marcha una empresa vanguardista con un funcionamiento del que no existían referentes?

El purgatorio, un infierno temporal que se inventó la iglesia para los banqueros

June 07, 2021 0:08:23 16.11 MB Downloads: 0

🏦Hace varios siglos, los que ahora son considerados los hombres y mujeres más ricos, envidiados y respetados eran carne del infierno. Banqueros como Ana Patricia Botín, Carlos Torres o José Ignacio Goirigolzarri no hubieran podido esquivar una vida después de la muerte rodeados de demonios, ollas ardientes y temperaturas poco elegantes. Sin embargo, en el siglo XIII, la fuerza emergente del capitalismo logró torcer el brazo a la Iglesia y forzarla a inventar un ingenio para salvar a nuestros futuros banqueros del fuego eterno. 💰En el siglo XI, el florecimiento económico y comercial espolea la proliferación de los primeros banqueros, los practicantes de la usura. La Iglesia católica no tarda en identificar su actividad como uno de los pecados más graves, relacionado con la avaricia y la codicia.⛪Los eclesiásticos equiparaban los préstamos con interés a un robo a los cristianos y hasta al mismo Dios. El que prestaba a 'hermanos' de la comunidad cristiana para obtener ganancias les estaba robando, ya que el cristianismo exhorta a ayudar al prójimo y dar limosna al pobre. Pero también estaba usurpando algo a Dios: el tiempo. Devolver el capital más un interés implicaba un tiempo de trabajo para lograr la suma y satisfacer al usurero. El usurero era un ladrón de tiempo. Y el tiempo sólo pertenecía a Dios.En realidad, el crédito era permitido por la Iglesia cuando se realizaba con pueblos extranjeros, especialmente con los que se mantenían conflictos abiertos, como un modo de explotar al enemigo en tiempos de guerra. Esta concepción benefició especialmente a los judíos, para los que los cristianos eran considerados un pueblo diferente. A ellos, por tanto, podrían financiarles librándose del pecado. En cambio, los cristianos reconocían a los judíos como miembros de su misma comunidad, por lo que su actividad prestamista lícita se reducía a la mínima expresión.🕍Así las cosas, bien entrado el siglo XII, eran los judíos los únicos banqueros disponibles, pero el florecimiento económico y la mayor circulación monetaria desbordó todas sus capacidades: se hizo necesario que los cristianos también pudieran prestar y obtener ganancias por ello. El capitalismo como nuevo modelo económico se estaba forjando con tal fuerza, que la Iglesia se vio obligada a reconducirse para adaptar su doctrina al 'poderoso caballero' de Quevedo.Este cambio de mentalidad en la Iglesia permite que en el siglo XIII surjan artilugios de justificación para operaciones relacionadas con la usura, como el Periculum Sortis, que contemplaba el riesgo de perder el capital prestado. O la Ratio Incertitudinis, el cálculo de la inseguridad que se contrae en este servicio. Pero era necesario algo más, un ingenio aún más complejo que exonerara del infierno a los cristianos dedicados a brindar crédito sin que la cúpula eclesiástica perdiera el suyo. El Purgatorio fue moldeado para este fin. 🔥La idea del Purgatorio, un lugar similar al infierno pero, a diferencia de éste, temporal, emerge por primera vez en el Tractatus de Purgatorio Sancti Patricci, un texto en latín del año 1180 escrito por el monje inglés Henry de Saltrey. El clérigo relata el viaje de Owein, un caballero irlandés que busca purgar sus pecados, para lo que accede a una cueva cuya entrada sitúa en el lago Derg de Irlanda. En su periplo por la cueva, descubre un mundo poblado por demonios que torturan a las almas con múltiples padecimientos y les enseñan el camino hacia la salvación celestial. Owein es arrojado al fuego, torturado y forzado a cruzar un río fétido lleno de criaturas maléficas, pero la mención del nombre de Cristo le salva de ser destruido en cada encrucijada. Cuando logra atravesar el río, en cuyo fondo se esconde la puerta del Infierno, la recibe una única salida que conduce directamente al Paraíso. Dos arzobispos reciben a Owein y le acompañan por un paraje lleno de flores, dulces perfumes y música. Le explican que se encuentra en un lugar en el que las almas descansan tras haber sido purificadas en el Purgatorio, como paso previo a la entrada al Cielo. La idea de un espacio que funcionase como antesala del Edén para que los cristianos pudieran cumplir penitencia una vez muertos iba como un guante a las nuevas necesidades económicas que imponía el capitalismo. Especialmente, a su actividad fundamental: el préstamo con intereses. El concepto del Purgatorio construido en el Tractatus se extiende como la pólvora en el Clero europeo y se consolida a lo largo del siglo XIII para alojar a todos los usureros: los banqueros ya se pueden salvar y el capitalismo tiene plena libertad para desarrollarse sin cotos ni remordimiento.

Patrón oro, el verdadero protagonista del Mago de Oz

May 31, 2021 0:13:59 26.9 MB Downloads: 0

🎬Pensar en unos brillantes zapatos rojos es hacerlo en la fabulosa historia del Mago de Oz. El cuento escrito a finales del siglo XIX por el periodista norteamericano Lyman Frank Baum nos ofreció un viaje iniciático para superar los terrores de la adolescencia y encontrar el camino de vuelta a una mejor versión de uno mismo. ¿O no era así? Para los famosos economistas Gregory Mankiw y Paul Kruger nada es lo que parece en esta historia de deflación, populismo y metales. Prepárate para el disgusto de tu vida: ni siquiera los zapatos eran rojos en realidad. 💵Empecemos por el principio. A finales del siglo XIX, EEUU sufría un período de extraordinaria deflación: los precios cayeron un 23% entre 1880 y 1896. Este pinchazo provocó una enorme redistribución de la riqueza entre acreedores, los banqueros del noreste de EEUU; y deudores, granjeros del sur y del medio-oeste. Según nos explica Mankiw en su libro Macroeconomía, estas variaciones imprevistas de los precios suelen desencadenar auténticas convulsiones políticas. 🥇Lo ocurrido en esta época en EEUU logró que se tambaleara la joya de la corona de la historia económica: el patrón oro.

Palsmtruchers, los primeros billetes modernos

May 24, 2021 0:06:27 12.39 MB Downloads: 0

💶Suecia fue el país pionero en la introducción de los billetes en el sentido moderno que los conocemos ahora hace más de 350 años. El inventor del billete bancario fue un comerciante holandés de origen letón, Johan Palmstruch, quien en 1657 creó el Stockholms Banco, prometiendo al rey Carlos X Gustavo de Suecia el pago de la mitad de los beneficios a la corona. En principio era un banco normal que imitaba a otros que florecieron en la Europa del Renacimiento, y aunque era privado, actuaba a modo de banco central con el control del rey.🇸🇪En Suecia en aquella época no había una moneda única, sino que circulaban los daler de plata y de cobre, con un tipo de cambio fijo entre ambas. El problema era que la recientemente acabada Guerra de los 30 años y las incursiones bélicas de Carlos X Gustavo en Dinamarca y Polonia habían provocado que Suecia acumulara grandes deudas y su moneda se depreciara.🥉Además, el propio cobre, que abundaba en el país, se había depreciado ante la llegada de importaciones de la materia prima desde Asia. El resultado es que para mantener la paridad entre la plata y el cobre el país tuvo que acuñar monedas de cobre enormes, que llegaron a pesar 19 kilos. El problema práctico de esto era evidente, porque además los ciudadanos solían almacenar las monedas de plata, por lo que su circulación era escasa.🏦Este era el escenario en el que operaba Palmstruch. En los primeros años, el banco había introducido una innovación: financiar los préstamos de la entidad con los depósitos de los clientes, en lugar de hacerlo con capital propio. En la finanzas modernas es algo totalmente normal, pero en aquel momento esta posibilidad no existía. El banquero creía que los clientes nunca se iban a agolpar para reclamar sus depósitos.📉Se equivocó. En 1660 el cobre sufrió una gran depreciación, y el Gobierno decidió emitir nuevas monedas. Ante esta situación, los clientes reclamaron en masa sus depósitos: querían recoger sus antiguas monedas, depositadas en el banco, para beneficiarse de esa diferencia que había fijado el Gobierno.👑Acosado por los clientes que reclamaban sus depósitos, y sin reservas suficientes para atender la demanda, el banquero recurrió al rey. Logró convencerle de que le permitirá "imprimir" billetes con la promesa de pago. Se les conocía coloquialmente como Palmstruchers.El papel moneda como certificados de depósitos circulaba desde mucho antes, pero estos eran los primeros billetes en el sentido moderno: emitidos en papel por una cantidad fija, al portador, respaldados por el Gobierno y sin necesidad de especificar el depositante, la cantidad del depósito o el interés

La tontina, el producto financiero del S. XVII que sale en Los Simpson

May 17, 2021 0:08:32 12.32 MB Downloads: 0

La tontina está prácticamente olvidada y en muchos sitios hasta prohibida. Pero entre el siglo XVII y el XX fue uno de los productos financieros más habituales para gobiernos e individuos, antecesor de pensiones y seguros de vida. Hasta ha tenido su hueco en la cultura popular más reciente, al salir en un capítulo de Los Simpson. Además, es uno de los grandes precursores de las finanzas modernas.La historia sitúa el origen de este esquema en el banquero italiano Lorenzo de Tonti (de ahí el nombre) en el siglo XVII. Natural de Nápoles, tuvo que pedir asilo político en Francia tras participar en una revuelta contra el dominio español. A principios de la década de los 50 de aquel siglo, propuso un particular sistema al gobierno del cardenal Mazarino (la Francia de Luis XIV, tras la guerra de los 30 años, necesitaba desesperadamente dinero) para obtener fondos.El esquema, que sirve de base para las numerosas versiones de tontina que llegaron posteriormente, es simple: los inversores crean un fondo común aportando el capital inicial y reciben intereses el resto de su vida. Cada vez que uno de los partícipes muera, el interés que recibe el resto se incrementa, y cuándo el último muere, en el esquema de Tonti, el capital restante del fondo vuelve a las arcas públicas. En otros casos, dependiendo de cómo se estructurara, cuando solo quedara un número determinado de supervivientes se repartían el dinero.