Podcast del programa icónico de la televisión cubana Vale la pena, con el sicólogo Manuel Calviño, formador de varias generaciones de psicólogos, comunicador por excelencia y orientador del pueblo.
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Daniel Habif mas motivación
Daniel Habif, es considerado uno de los mejores y más importantes oradores de habla hispana Cuenta con 26 años de experiencia en la industria de la comunicación, Ha compartido encuentros con Presidentes, Gobernadores, Premios Nobel, Líderes internacionales en Economía, Tecnología, Filosofía y Filantropía en todo el mundo.Su contenido digital ha logrado alcanzar a más a de 1 billón de personas.
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El efecto hoy en día
Hay dos mecanismos que operan en nuestra mente cuando valoramos a los jóvenes de hoy. Por un lado, cuando una persona tiene una cualidad positiva muy evidente, tiende a valorar a los demás como deficientes en esa cualidad. Por otro, las cualidades actuales de una persona son acríticamente puestas en su pasado pensando que cuando era joven tenía esas mismas cualidades que tiene hoy. Parece ser un modelo de funcionamiento que tiene muchos años de existencia, porque desde el mundo antiguo hasta hoy, escuchamos la frase “los jóvenes de hoy en día” han perdido cualidades positivas. Los hay mejores y seguramente los hay peores, pero lo que inevitablemente pasa es que son distintos.
Decir no al mandonismo
Muy lamentablemente, hay algunas personas que ostentan cargos de dirección y confunden su responsabilidad con un modo de ejercerla. La disciplina, la exigencia, el hacer que se cumplan las cosas establecidas, no tiene nada que ver con regañar, castigar, tampoco con ofender, agredir, devaluar. Quienes pecan de tal confusión asumen una actitud, un modo pésimo de ejercer la función de dirección que, a pesar de ser convocados a su disolución, para no pocos sigue en pie: el mandonismo.
¿Es tan difícil tener buenos modales?
Es un hecho constatable que los cambios de forma que se suceden en el comportamiento de las personas con el paso del tiempo y las generaciones, representan en buena medida los tiempos que se viven. Cambios en las formas de decir, de expresar sentimientos, cambios en los modelos de adecuación, de educación y otros. Pero en ocasiones los cambios, mal llevados, no se detienen en la forma y tocan las esencias. Entonces se olvidan no solo las buenas formas, sino también los por qué de las buenas formas. Se olvida que los buenos modales no son un capricho ni un formalismo, sino un escudo protector de las buenas relaciones entre las personas. Rescatar los buenos modales, tener buenos modelos, no solo propende a mayor salud y bienestar de nuestras relaciones interpersonales, sino que nos hace mejores personas.
Cuando el remedio es peor que la enfermedad
En la búsqueda de soluciones a los problemas, en ocasiones se opta por caminos de esos que están empedrados de buenas intenciones, pero que conducen al “infierno” (según una conocida sentencia). Entonces sucede que el remedio (la supuesta solución), es peor que la enfermedad (el problema que se trataba de resolver). Cuidado, porque la forma de solucionar un problema puede acrecentar el problema o puede traer consigo un problema mayor.
Expectativas que sí y expectativas que no
Estamos inmersos en un mundo de expectativas, las generamos o nos las generan ¡Ahí están! Son parte de nuestra vida y convivimos con ellas todo el tiempo. Y aunque parecen inofensivas, muchas veces pueden llevarnos a la frustración y convertirse en una bomba emocional, sobre todo si no se sabe cómo lidiar con ellas. Tener expectativas para conseguir algo en concreto hará que nos pongamos en marcha para conseguirlo y mostremos más esfuerzo, persistencia y rendimiento. Pero cuando nos aferramos rígidamente a las expectativas, cuando son muy elevadas y sobre todo cuando no se cumplen, es muy fácil que nos lleven al malestar.
Construir independencia
La independencia personal está en el hacerse cargo del hecho indiscutible de que “nadie puede saber por ti; nadie puede crecer por ti; nadie puede buscar por ti; nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”. El camino de la construcción de la independencia personal suele ser complejo, difícil, pero al final vale la pena.
Atracción, enamoramiento y apego
¿Es lo mismo sentirse atraído que estar enamorado? ¿es lo mismo estar enamorado que amar? Un grupo de jóvenes me pidieron mi saber desde la psicología. Y esto fue lo que respondí. Claro, la diversidad de los sentimientos humanos, no se puede limitar a una visión de los mismos. Y cada uno de nosotros tiene cosas que decir acerca de lo que sentimos y como lo sentimos. Y el amor no es una excepción. Lo que si podemos es aprovechar estos días de febrero para enriquecer nuestra vida emocional, nuestros afectos, nuestras emociones y sentimientos. El amor.
La libertad de elegir
En el conocido y excelente texto “El diario de Ana Frank”, podemos leer: “Nuestras vidas se forman gracias a nuestras elecciones”. Algo similar señaló un destacado psicólogo norteamericano, Carl Rogers: “para construir nuestra vida necesitamos elegir cómo queremos que sea y comportarnos consecuentemente” Esto es, asumir nuestro derecho a elegir, la libertad de elegir cómo queremos que sea nuestra vida. Un derecho que no puede arrebatarnos nadie ni nada, porque como decía Viktor Frankl “las circunstancias pueden despojarnos de muchas cosas, supongamos que de casi todas. Pero hay al menos una de la que nada ni nadie puede despojarnos: la libertad de elegir como responder, como actuar en esas circunstancias.
Arquitectos de su propia infelicidad
Hay personas que se la pasan hablando mal de otros, quejándose de todo, calumniando, criticando desde sus bajas pasiones, se burlan y desprecian, lo ven todo caótico y sin salida posible, y luego en su soledad, no entienden por qué su vida está llena de frustración, tristeza, inconformidad y desilusión. Estos son los arquitectos de su propia infelicidad.
Para vivir mejor, hay que ser mejor
Una importante máxima que nos convoca a invertir en nuestro desarrollo personal, a no decuidar lo propiamente y esencialmente humano de nuestra vida. Para tener una mejor vida, es necesario ser una mejor persona.Y revisitando una acertada reflexión recordemos que: Los juicios nos mantienen FUERTES Los dolores, HUMANOS El éxito nos mantiene BRILLANTES y el fracaso, HUMILDES La felicidad nos mantiene ALEGRES Y la fe, la fe nos mantiene EN MARCHA. HAY QUE TENER FE
No es lo mismo, pero es igual
Un Proyecto no realizado no necesariamente tiene que convertirse en una frustración. No demos espacio al descontento que trae consigo frustración, insatisfacción. La inconformidad productiva es nuestra aliada cuando se acompaña de decisiones, de ajustes, de tácticas y estrategias para seguir construyendo la vida. Cuando le parezca que ya no hay nada que hacer, piense que en algún lugar de la vida hay un camino probable esperándonos para darle un nuevo rumbo, un nuevo sentido a nuestra existencia. Mi sugerencia: valorar lo que se tiene, superar lo que nos duele y luchar por lo que se quiere.
Soy responsable de lo que digo
Una cosa es lo que alguien dice y otra cosa lo que otra persona (o personas) puede interpretar de lo que se dice. Claro que hay que tratar de decir las cosas para que no se preste a interpretaciones inadecuadas, pero la responsabilidad de lo interpretado es del que interpreta y la del que dice, de lo que dice.
¿Por qué algunas explicaciones no funcionan?
Las explicaciones - su búsqueda, elaboración y defensa – forman parte de nuestro día a día. Siempre necesitamos explicaciones. Constantemente nos piden explicaciones. Y todo hemos tenido la experiencia de tener explicaciones que no funcionan, que no convencen. ¿Por qué?
Le puede suceder a cualquiera
Estar convencido de que uno hace las cosas bien, no es razón suficiente para pensar que no le pueden salir mal en un determinado momento. La invulnerabilidad absoluta no existe, tener la certeza de ser invulnerable incondicionalmente tampoco es muy bueno. No olvidemos, como dice un axioma popular, que “a cualquiera se le muere un tío”