kaizen está hecho para curiosos compulsivos, un podcast sobre aprendizaje continuo en el que te acerco a ideas, técnicas y personas fascinantes que nos permiten entender el mundo cada día un poco mejor.
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En Crisis
Únete al club: https://splendid.clubXavi Robles y Pedro Ample, dos emprendedores creativos, charlan sobre el paso del tiempo y de la pereza que da reinventarse. Cada semana reflexionamos sobre los temas que se cruzan en nuestro día a día y entrevistamos a profesionales que nos dan consejos y claves para surfear los momentos de crisis.Apúntate a Splendid y consigue acceso a comunidades exclusivas, episodios sin anuncios y contenido extra de todos nuestros podcasts: https://splendid.club Hosted on Acast. See acast.com/privacy for more information.
Ты – это важно
Подкаст «Ты — это важно» поможет вам взращивать самые важные чувства внутри: чувство любви к себе, здоровой ответственности и бережного отношения.А также разобраться в психологических процессах, чтобы плыть по жизни легко, ловя попутный ветер.
Ведь каждый из вас — самый важный человек в своей жизни.
А с гостями подкаста мы будем показывать их пути в психотерапии, для того, чтобы снять стигму с этого вопроса и сделать заботу о ментальном здоровье нормой.
Ведущая — Мицкевич Елена, практикующий психолог и автор блога @elens_wayПо вопросам рекламы и сотрудничества:
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Cuida Tu Mente
Los expertos del Tec de Monterrey brindan herramientas y consejos para potenciar una vida positiva; con conciencia en el manejo y configuración de las emociones que nos permita conectar con las personas cercanas y con la comunidad. Un programa con ejercicios y rutinas para ayudarnos a cultivar una vida plena. Un podcast de Tec Sounds.
#160 Las leyes de la estupidez: "ingelitencia", hibris y chutzpah
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/160-las-leyes-de-la-estupidez-ingelitencia-hibris-y-chutzpah)En 1934, un profesor de la Universidad de Columbia llamado Walter B. Pitkin, publicó un libro que hoy es difícil de conseguir. Yo no lo he hecho de momento, porque sólo he encontrado ejemplares de la época a un precio que no sé si merece la pena pagar. Pero estoy tentado. Su título es “Breve introducción a la historia de la estupidez humana”.Según tengo entendido, esa “breve introducción” tiene más de 300 páginas y al final del libro hay un breve - de verdad - epílogo que sólo dice lo siguiente: “ahora estamos listos para empezar a estudiar la Historia de la Estupidez”. Y nada más. ¿Cómo será la estupidez humana que sólo empezar a asomarnos a ella puede llevarnos más de 300 páginas? Y si el tema es tan amplio que sólo la introducción ocupa 300 páginas… ¿qué hay más estúpido que intentar tratarlo en un podcast? Pues no lo sé, pero algo me dice que hoy vamos a descubrirlo. Sólo un consejo: no te tomes el capítulo de hoy muy en serio por si acaso. O sí, porque, como decía Robert Heinlein, «no subestimes nunca el poder de la estupidez humana». ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#Q&A: política, mapas y territorios, "terapias" alternativas, kaizen, cambio climático y algunas recomendaciones
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/qa-politica-mapas-y-territorios-terapias-alternativas-kaizen-cambio-climatico-y-algunas-recomendaciones/ )¡Nuevo capítulo de preguntas y respuestas! Y te decía en el anterior que había acumulado unas cuantas, para poder dejar grabados un par de capítulos respondiéndolas y que salieran mientras yo batallaba entre pañales, biberones y lloros en las primeras semanas de mi hija sobre la faz de la Tierra. Éste es el segundo de esos capítulos, lo que significa que más o menos debería haberme puesto al día con las preguntas, pero si mandaste una y no la he respondido, recuérdamelo, que lo mismo se me ha traspapelado.Como siempre, además, te animo a participar no sólo preguntándome a mí, sino respondiendo a las preguntas de otros oyentes o complementando lo que yo diga, porque aunque yo tenga el morro suficiente como para aventurarme a responder casi cualquier pregunta, eso no significa que tenga buenas respuestas a todas. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#159 Ramón Nogueras (II): vender burras, el Chan tatachán y bragas voladoras
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/159-ramon-nogueras-ii-vender-burras-el-chan-tatachan-y-unas-bragas-voladoras/)El invitado de esta semana de kaizen no necesita demasiada presentación. Entre otras cosas porque repite. Ramón ya pasó por el podcast hace un año y medio, más o menos, en uno de los capítulos que me consta que más os gustaron a los oyentes. Por entonces hablamos de su primer libro, Por qué creemos en mierdas, y exploramos muchos de los mecanismos que nos hacen llegar a creer cosas absurdas. Aunque con los intereses variados que tenemos tanto Ramón como yo… pues… digamos que nos salimos varias veces por la tangente para hablar de otras cosas. Y algo parecido ha pasado en esta nueva charla. La hemos dedicado, por supuesto, a hablar de su nuevo libro —Por qué compramos la burra, del que ya te conté alguna cosa hace unos cuantos capítulos— pero también charlamos sobre las promesas rotas de las redes sociales, sobre cómo se forma el carácter de las personas, hablamos de los magos, de las burbujas económicas, del papel de la mentira o de cómo entender mejor la realidad; que, como imagino que sabrás, es un tema que últimamente tengo muy presente. Y hasta me sacó los colores al final de la entrevista con un mensaje de parte de un par de amigas suyas al que, creo que se nota, no supe muy bien cómo reaccionar en directo. Así que si eres una de ellas y escuchas este capítulo, gracias, de verdad. En fin, que no voy a enrollarme mucho más, porque aquí lo que importa es la conversación con Ramón y espero que la disfrutes mucho. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
La realidad no existe
(PUEDES COMPRAR EL LIBRO AQUÍ: https://amzn.to/3YHjivs)— ¿Cómo? ¿Que esta semana hay dos capítulos de kaizen?— Sí, así es. Porque hoy tengo algo que celebrar. Pero vayamos por partes. A estas alturas, seguramente sepas que tengo cierta tendencia a hacerme preguntas extrañas. Por ejemplo: ¿qué es un tomate?Un tomate es la experiencia física de verlo, de tocarlo, de olerlo o de comerlo. Su peso y su forma y la textura de su piel o el jugo que gotea de él. Pero ¿cómo lo veríamos si nuestros ojos captaran otras longitudes de onda? ¿Qué sabor tendría si pudiéramos detectar otras moléculas? Si existe la antimateria, ¿existe el antitomate? ¿Cómo sería un tomate en algún universo paralelo?Un tomate es también todo lo que sabemos sobre ellos. Los tipos que hay, dónde se cultivan o si son frutas o verduras (cuestión polémica donde las haya). Nuestro modelo mental del tomate incluye nuestra experiencia vital, quizá alguna anécdota que nos hace reír siempre a carcajadas. Y, por supuesto, lo que pensamos de ellos; si nos gustan o no.Ese mismo modelo contiene inevitablemente aspectos culturales o sociales. El significado de las palabras, por ejemplo, porque en español al hablar de un tomate también podríamos estar refiriéndonos a un agujero en un calcetín y todo lo que hemos dicho hasta ahora dejaría de tener sentido. Contiene, también, lo que la sociedad opina sobre los tomates o el conocimiento científico que hemos acumulado sobre ellos, afortunadamente mucho más de lo segundo que de lo primero. Y un tomate puede ser directamente otra cosa, como el libro que me he tirado el último año y medio escribiendo y que está disponible desde hoy: La realidad no existe. Y es que la portada es, eso, un tomate; aunque también consideramos otros conceptos con los que podríamos haber seguido un razonamiento similar, como un patito de goma o un huevo frito. Todos ellos, tomate, pato y huevo, son relativamente asépticos, no suelen despertar en nosotros opiniones o emociones fuertes. Pero ¿qué es España? ¿Qué es una infidelidad? ¿Qué es justo y qué no? En estos casos nuestros modelos son más difusos y están inundados además de nuestros sesgos, emociones, experiencias, la opinión pública, la propaganda, la historia, la cultura o la educación. A perseguir estas y otras preguntas igualmente raras —aunque espero que interesantes— he dedicado este libro. La primera mitad es un repaso a algunas de las principales fragilidades que esconden nuestras certezas sobre el mundo desde perspectivas tan diferentes como la biología, la física, la psicología, la lingüística o la sociología. La segunda intenta dar respuesta al subtítulo, que es «cómo entender el mundo cuando entiendes que no entiendes nada», y nos sumergimos en seis formas de pensar con las que tratar de descifrar una realidad que es compleja, incierta e impermanente. Todo muy kaizen, como ves. El tema, no lo vamos a negar, es tan inabarcable que, siendo sincero, no sé cuántas respuestas habré encontrado. Pero sí me gustaría que fuera un punto de partida, con numerosos hilos de los que puedes tirar si tu curiosidad te llama a hacerlo. Y para despertar esa curiosidad, hoy te voy a leer un poco del libro, en una versión un poco adaptada al podcast. A ver qué sale de este experimento. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#158 Nuestro diálogo interior (II): una gaviota inconformista, cháchara y cajones bien ordenados
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/158-nuestro-dialogo-interior-ii-una-gaviota-inconformista-chachara-y-cajones-bien-ordenados/)Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las olas de un mar tranquilo.Una barca de pesca chapoteaba a un kilómetro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz de la comida llamando a la bandada y una multitud de gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de comida. Comenzaba otro día de ajetreo.Pero alejado y solitario, más allá de barcas y playas, estaba practicando Juan Salvador Gaviota. A treinta metros de altura, bajó sus patas palmeadas, alzó el pico y se esforzó por mantener en sus alas esa dolorosa y difícil torsión requerida para lograr un vuelo pausado. Aminoró la velocidad hasta que el viento no fue más que un susurro en su cara, hasta que el océano pareció detenerse allá abajo. Entornó los ojos muy concentrado, contuvo el aliento, forzó aquella torsión un… solo… centímetro… más… Sus plumas se encresparon, perdió sustentación y cayó.Las gaviotas, como es bien sabido, nunca pierden sustentación, nunca se detienen. Detenerse en medio del vuelo constituye para ellas una vergüenza y un deshonor.Pero Juan Salvador Gaviota, que sin avergonzarse extendía otra vez las alas en aquella temblorosa y ardua torsión —parando, parando y perdiendo sustentación de nuevo—, no era un ave cualquiera.La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: cómo ir y volver entre la playa y la comida. Para la mayoría de las gaviotas, lo que importa no es volar, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que importaba, sino volar. Más que nada en el mundo, Juan Salvador Gaviota amaba volar.Así comienza un libro que cayó en mis manos casi de casualidad. Hace unos meses nos mudamos de casa y aproveché para recuperar algunas cajas de libros de mis padres que cogían polvo en un trastero. En ellas apareció un librito pequeño, cuyo título me sonaba, pero que nunca había leído: Jonathan Livingston Seagull; o como se llamó en español, Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach. Una noche en la que no sabía qué leer lo abrí sin demasiada fe. Era un libro raro, editado en los años 70, que en sus menos de 100 páginas mezclaba texto y fotos de gaviotas. Muchas fotos de gaviotas. Aún no sé por qué, decidí darle una oportunidad. Me encontré una especie de cuento, una fábula con cierto aroma New Age, sobre una gaviota inconformista, obsesionada con perseguir su curiosidad y mejorar constantemente. Sobre el precio y la recompensa de perseguir nuestras pasiones. Sobre el amor artesanal a hacer aquello que nos gusta hacer. Pero sobre todo, una fábula sobre cómo nuestros pensamientos y los de los demás limitan nuestro potencial. Todos ellos temas muy de kaizen, ¿verdad?Es tan corto el libro de Juan Salvador Gaviota que no te voy a contar demasiado, no quiero destripártelo. Sólo te diré que creo que merece la pena leerlo. Este cuento de hadas moderno sobre una gaviota que sólo quiere perfeccionar el arte volar lo escribió un tipo peculiar, un piloto de combate tan enamorado del vuelo como su protagonista. Alguien para quien volar es una forma de vida y que considera la vida como una eterna búsqueda, un aprendizaje constante y un redescubrimiento permanente de lo que la gente sabe, pero ha olvidado. Y que con este libro escribió el que, según he descubierto después, muchos consideran uno de los textos más inspiradores que existen. No hay mucho más que pueda contarte sin destrozarlo, pero he querido comenzar con él porque me sirve de introducción para seguir hablando de un tema que dejamos a medias hace unas semanas: nuestro diálogo interior. En el capítulo anterior enfocamos estas conversaciones desde la perspectiva del coaching a través de los ojos de Tim Gallwey, un exitoso autor cuyo libro más conocido es el Juego Interior del Tenis. Para Gallwey, lo que se interpone entre nosotros y nuestro máximo rendimiento es lo que él llama nuestro «yo narrador», esa voz que se cuela en nuestra cabeza cuando estamos haciendo las cosas muy bien o muy mal e intenta racionalizar aquello que hemos aprendido a hacer a través de nuestra experiencia. Para Juan Salvador Gaviota, una parte importante de esas interferencias mentales vienen también de lo que nos dicen o sabemos que piensan los demás. De cómo sentimos la presión de encajar en los patrones sociales.Pues bien, hoy vamos a hablar de ello desde otra perspectiva: la de un psicólogo y neurocientífico llamado Ethan Kross que se ha dedicado a estudiar cómo reconducir nuestra cháchara interior. De hecho, ha escrito un libro que se llama así —Cháchara o Chatter, en inglés— del que te quiero contar algunas cosas. Un libro, por cierto, que alguien recomendó en uno de los encuentros de la Comunidad kaizen. Y me encantaría decir quién fue y agradecérselo, pero no lo apunté y no consigo recordarlo. Así que fuera quien fuera, sirva en cualquier caso este capítulo de pequeño homenaje. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#157 Pensamiento Catedral: Odoacro y la crisis de los 30
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/157-pensamiento-catedral/)Hoy vamos a empezar viajando al pasado. Al año 476 d.C., más concretamente. Entonces, el general bárbaro Odoacro derrotó y mató a Orestes, un político y militar que controlaba el imperio romano a través de la figura de su hijo, Rómulo Augústulo, el último emperador de Roma. Esa fue la caída de Roma de la que hablaba ese gran historiador llamado Chiquito de la Calzada. Bueno, no, esa… era otra. Con la de verdad, la de Odoacro y Orestes, empezaron los años oscuros.Y es que, durante mucho tiempo, los historiadores se refirieron a la Edad Media como la Edad Oscura o los años oscuros, básicamente por la decadencia demográfica, cultural y hasta tecnológica que parecía haberse vivido en esos años. Es más, el propio término Edad Media era una forma de reflejar que se trataba de la época intermedia que separó la Antigüedad clásica (la de los romanos y los griegos, para entendernos) y la Edad Moderna. Y, si bien los historiadores más actuales han revisado esta forma de mirar a los casi cinco siglos que duró esta época, seguramente ésa idea de atraso, pobreza e ignorancia es la que todos tenemos en la cabeza respecto a la Edad Media. Pero tal vez haya algo fundamental que deberíamos rescatar de aquellos años oscuros. Tal vez, podamos aprender una forma de pensar. Por eso hoy vamos a hablar del Pensamiento Catedral. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#156 Burbujas (II): menhires, Newton y el Estado del bienestar
(NOTAS COMPLETAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/156-burbujas-ii-menhires-newton-y-el-estado-del-bienestar/)Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios romanos en los reducidos campamentos de Babaórum, Acuárium, Laudánum y Petibónum…Tras la enésima humillación de sus tropas frente a ese puñado de galos rebeldes, el César convocó a sus consejeros en Roma para resolver de una vez por todas la situación. Uno propone enviar a todo el ejército para acabar con ellos, pero hay quien replica que no pueden dejar las fronteras sin protección. Otro sugiere crear una comisión para estudiar el problema. Esa idea gusta bastante y rápidamente otros proponen crear subcomisiones con tareas bien precisas y organizar una comida para discutir el tema. El César, mientras, da golpecitos cada vez más impacientes con sus dedos en su asiento. Hasta que el más joven de sus consejeros, Cayo Coyuntural, levanta la voz y ofrece una solución creativa: — En lugar de pelear con ellos, démosles algo que les mantenga ocupados. Hagámosles desear oro y riquezas y convirtamosles en decadentes— ¿Será suficiente? — pregunta César— ¡Mira en torno tuyo, oh César! — responde el joven, señalando al resto de consejeros, que engordados por el lujo y las riquezas y apoltronados en sus sillas dicen que es una idea ridícula e insisten en crear una comisión para abordar el problema. — Vuestro oro, vuestras villas y vuestras orgías os han vuelto decadentes. Sólo pensáis en comer y en beber — les replica el César. Y girándose al joven, mientras apunta con el dedo a sus consejeros, le dice — Transforma a esos galos locos en algo que se parezca a estoY así, con fondos ilimitados y el apoyo del César, el joven y ambicioso Cayo Coyuntural parte hacia la Galia. A los pocos días de llegar, se encuentra en el bosque con uno de esos peligrosos galos. Seguramente con el más peligroso de todos. Un tipo grande —que no gordo, si acaso bajo de tórax— que va acompañado de un perrito blanco y carga a su espalda una piedra gigantesca. — ¡Qué bonito es eso que tienes a la espalda! —le dice el romano— ¿El qué? ¿Este menhir? — pregunta el galo— Sí, es precioso. ¿Dónde lo has encontrado?— No lo he encontrado. Lo he hecho yo. Hago menhires y los reparto— ¡Ah! ¡Qué interesante! ¿Y repartes muchos? — pregunta Cayo Coyuntural— La verdad es que no, porque cuando la gente tiene uno, ya no quiere ninguno más. No tiene mucho uso, ¿sabes?— ¿Y cuánto cuesta?— Pues no lo sé… habitualmente lo cambio por alguna otra cosa— ¡Lo compro! — dice con entusiasmo el romano — te ofrezco 200 sesterciosY así, con esta simple transacción, empieza la mejor y más divertida lección de economía que he leído nunca. Porque a partir de ahí, el consejero romano pone en marcha las ruedas que llevan al pequeño poblado galo a vivir una burbuja de menhires y a los romanos a convivir con las consecuencias de que ésta se pinche.Si no has leído Obélix y compañía, o si hace mucho que lo hiciste, te animo a correr a leerlo de nuevo. Es maravilloso. Y habla de un tema que empezamos a tratar hace unas semanas y que hoy vamos a retomar: esa irracionalidad colectiva en la que nos sumimos los humanos y que nos lleva a generar burbujas de todo tipo, a veces incluso con las cosas más inútiles del mundo. Porque… ¿para qué sirve un menhir? ¿Y un tulipán? ¿Y un NFT? ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#Q&A: mis fuentes, sufrimiento, disonancias, diálogo interno, versos libres, cambio climático, validar ideas y la bondad
(NOTAS COMPLETAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/qa-mis-fuentes-sufrimiento-disonancias-dialogo-interno-versos-libres-cambio-climatico-validar-ideas-y-la-bondad/)Lo mismo desvelo un secreto que para cuando se emita este capítulo no sé si ya habrá sucedido o no, pero es que esto de dejar capítulos grabados es un lío. Especialmente cuando, por muy cuadriculado que uno sea, hay cosas que no controla; como el nacimiento de su hija. Para cuando se emita este capítulo tal vez haya sido padre ya, o tal vez no, no lo sé seguro. Estará ahí, ahí la cosa. Pero bueno, tampoco era tanto secreto, que en la Comunidad kaizen ya lo había anunciado. En cualquier caso, ése es uno de los motivos por los que he tardado en repetir este formato de preguntas y respuestas, porque quería acumular unas cuantas para dejar al menos un par de capítulos de este tipo grabados antes de mi baja de paternidad. En éste, además, empieza a suceder una cosa muy chula: hay oyentes respondiendo a otros oyentes y aportando mucho a las respuestas que yo mismo dí en su día. Y es que, aunque yo tenga el morro suficiente como para aventurarme a responder casi cualquier pregunta, eso no significa que tenga buenas respuestas a todas. Así que te animo a participar enviando tus propias preguntas o respuestas en forma de nota de audio. Las que lleguen durante mi baja, eso sí, tendrán que esperar a que vuelva. Pero, como decía Terminator, volveré. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#155 Raquel Sastre: risas al punto de sal, el equilibrismo que es la vida y alguna recomendación inesperada
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/155-raquel-sastre-risas-al-punto-de-sal-el-equilibrismo-que-es-la-vida-y-alguna-recomendacion-inesperada/)Hay veces que el azar se interpone en tus planes. Y en cierta medida esto pasó con el capítulo de hoy. Por distintos motivos tuvimos que reagendar la grabación en varias ocasiones durante casi mes y medio. Y el día que por fin conseguimos sentarnos a charlar, lo hicimos con menos tiempo del planeado y con alguna interrupción inesperada. Por eso, lo primero que debo hacer es darle infinitas gracias a Raquel, porque fue enormemente generosa con su flexibilidad y predisposición para encontrar un hueco que se nos resistía. Debo decir también que durante la entrevista yo no estuve especialmente cómodo, no sé si se notará. No por ella, que fue encantadora, sino por mi propio agobio ante la falta de tiempo, que me llevó a no detenerme tanto como me hubiera gustado, en algunas cosas que creo que daban para más o sobre las que teníamos opiniones tal vez distintas. Porque, eso sí, tratamos muchos temas. Hablamos del humor como mecanismo para afrontar las dificultades de la vida, de cómo captar la atención del público, del autismo y de la experiencia de Raquel como madre de Emma, que tiene un síndrome genético; hablamos de la romantización de la discapacidad, de felicidad —cómo no—, y hasta de una posible corriente de victimización que hemos vivido en los últimos años. Y por si fuera poco creo que Raquel dejó las tres recomendaciones más originales de cuantos invitados han pasado por el podcast. Eso casi seguro. Y es que como estoy seguro de que vas a notar, Raquel Sastre es una persona fascinante de la que creo que sólo arañé la superficie. Pero eso está bien, porque es una excusa estupenda para volverle a robar otro ratito alguna vez en el futuro. Con o sin micrófono. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#154 Nuestro diálogo interior (I): tenis, osos polares y monstruos
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/154-nuestro-dialogo-interior-i-tenis-osos-polares-y-monstruos/)Te he hablado muchas veces, quizás demasiadas —es lo que tienen las obsesiones— de las que creo que son las conversaciones más importantes de nuestras vidas: las que tenemos con nosotros mismos. Sin ir más lejos, de eso iba el capítulo 93 de kaizen, que es uno de mis favoritos porque se lo dedicamos a un texto que me encanta: el This is Water, Esto es Agua, de David Foster Wallace —otra de esas obsesiones de las que te hablo con frecuencia. Y en el fondo, de lo que trata ese texto es de cómo funcionan esas conversaciones con nosotros mismos, de cómo tendemos a caer una y otra vez en nuestro diálogo interno, en una especie de modo automático en el que nos dejamos arrastrar por el flujo de nuestros pensamientos y que no siempre nos ayuda. Y también de cómo, aunque es difícil, podemos elegir cómo pensar.Pues bien, llevaba tiempo queriendo dedicarle un par de capítulos a estos temas y tratarlos desde una perspectiva diferente. Porque Foster Wallace se acerca a estas conversaciones desde su propia experiencia y desde esa sensibilidad tan especial que tienen algunas personas para ver y contar lo que al resto se nos escapa en las cosas más mundanas. Pero hay otras maneras de aproximarlas, y hoy vamos a hablar de ellas desde otros ángulos diferentes y, quizás, más prácticos. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#153 Persuasión (IV): Vendiendo burras y derribando barreras
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/153-persuasion-iv-vendiendo-burras-y-derribando-barreras/)Estas pasadas navidades, encontré una noticia de marzo de 2002 que contaba cómo, en un alarde de modernidad, la Real Academia Española de la lengua había decidido “hacerse eco del lenguaje de la calle” -así lo decía literalmente la noticia- e iba a incluir en el diccionario expresiones coloquiales como “pasárselo cañón”, “meter la gamba” o “fauna nocturna”. A ver, ha pasado mucho tiempo desde entonces -yo no había ni empezado la universidad cuando aquella noticia- pero diría que eso de “pasárselo cañón” ya sonaba bastante casposo en aquellos años. También es cierto que aún no se habían decidido a incluir la palabra «internet» en el diccionario… así que no le pidamos peras al olmo.Ahora bien, si llegué a esa noticia fue porque me dio por buscar el origen de una expresión que creo que sigue usándose hoy, aunque también puede que ahora sea yo el que se ha quedado desfasado. Y es que en esa noticia se contaba que la RAE había decidido incluir también la expresión: “vender la burra”, que es de lo que vamos a hablar hoy.Para los oyentes de países donde tal vez no se use esta frase o, quizás para aquellos que sean jóvenes y modernos, “vender la burra” significa simplemente “engañar a alguien haciéndole creer algo que es falso”. En España también se suele decir “vender la moto” y es que, en un tirabuzón del lenguaje, “burra” también puede significar “moto”. En fin, que todo este rollo es para decirte que he investigado a fondo el tema pero he sido incapaz de encontrar el auténtico origen de la expresión. No sé por qué usamos la moto o la burra como símbolo del engaño, me imagino que viene de alguien que vendió una en no muy buenas condiciones. Pero lo importante no es saber dónde tiene su origen, sino por qué y cómo nos venden la burra. O cómo hacerlo nosotros, porque lo que para uno es una burra, para otro es una idea brillante. Y de eso es de lo que vamos a hablar hoy. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#152 Burbujas (I) - Fraudes, confianza y países imaginarios
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/152-burbujas-i-fraudes-confianza-y-paises-imaginarios/)Hace mucho tiempo, allá por el capítulo 52 de kaizen, hablamos de la irracionalidad. Lo hicimos en el contexto de la pandemia y de las distintas fases en la respuesta a la misma. Hoy vamos a volver al tema, al de la irracionalidad, pero sin pandemia esta vez. Y lo vamos a hacer para hablar de otra maravillosa manifestación de nuestra irracionalidad colectiva: las burbujas, a las que vamos a dedicar dos capítulos. Aunque antes, eso sí, vamos a empezar con una de las mejores historias que he escuchado en mucho tiempo. Su protagonista es alguien de quien lo más normal es que no hayas oído hablar nunca: un tipo llamado Gregor MacGregor. No, no es el macarra ése de las artes marciales mixtas. Aunque lo mismo fue su tataratatara-abuelo o algo así. A diferencia de él, nuestro MacGregor era escocés y vivió en el siglo XIX. Entró en la armada británica con sólo 16 años, la edad más joven a la que se permitía por entonces, y ascendió rápido. Apenas un año después era ya teniente, algo que habitualmente se tardaba unos tres años en conseguir. Y poco después se casó con la hija de un almirante, que tenía una importante fortuna, y que era además pariente de dos generales y de un miembro del parlamento británico. Apenas un par de meses después de casarse, MacGregor volvió a Gibraltar, donde estaba destinado, y compró el rango de capitán. Por aquella época se podía pagar y evitarte los 7 años que habitualmente costaba alcanzarlo por méritos. Como tal vez hayas empezado a intuir, nuestro amigo escocés tenía una especie de obsesión por los rangos y las medallas, y por tomar atajos en la vida en general, algo que le hizo muy poco popular entre los soldados. De hecho, tras luchar contra los franceses en Gibraltar y en Portugal, tuvo un enfrentamiento con un superior que hizo que le invitaran amablemente a dejar el ejército. Quiso la casualidad que, ya sin él, su batallón tuviera una participación muy destacada contra los franceses y se ganara una enorme reputación. Reputación que el propio MacGregor decidió aprovechar de vuelta en Inglaterra. Se paseaba por Edimburgo haciéndose llamar Coronel o Sir y lo hacía en los carruajes más llamativos que podía; pero allí le conocía todo el mundo y la cosa no colaba mucho. Así que se mudó con su familia a Londres donde con estas mentiras consiguió ganar cierto status.Sin embargo, para su desgracia y especialmente la de su mujer ambos perdieron algo en 1811: ella la vida y él su principal fuente de ingresos y de influencias, que era ella. Y justo cuando parecía que los sueños de grandeza de MacGregor se esfumaban definitivamente, la casualidad volvió a ponerse de su lado y quiso que conociera en Londres a Francisco de Miranda, un general revolucionario venezolano, que luchó en mil batallas. Participó en la independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa y en la independencia de la propia Venezuela. Viendo como el tal Miranda era recibido con todos los honores y halagos, MacGregor tuvo una idea: se iría a América a combatir y ganar fama. Así es como nuestro protagonista llegó a Venezuela, como llegaba a todas partes: presumiendo de cosas. Contó que conocía a Miranda, se hizo pasar por Sir y exageró sus logros militares en Portugal. Todo ello le valió el cargo de coronel y que el gobierno Venezolano pusiera un batallón a su mando. Estuvo cuatro años peleando contra los españoles y al parecer se ganó una fama por fin merecida. Sin embargo, sus últimas misiones no salieron tan bien y en 1820 acabó llegando con un puñado de mercenarios a la Costa de Mosquitos, unas tierras entre Nicaragua y Honduras que, como su nombre insinúa, no eran especialmente acogedoras. De hecho, en el siglo XVIII se habían ido de allí la mayoría de los colonos europeos debido a la insalubridad de la zona y su escaso valor económico. Para cuando llegó MacGregor únicamente quedaban unos pocos nativos. Y aquí es en realidad cuando empieza la verdadera historia de Gregor MacGregor y la de un país que nunca existió. Bienvenidos a Poyais. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#151 Kiko Llaneras: pensamiento numérico, incertidumbre y la importancia de rodearse de gente que disfruta de las cosas
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/151-kiko-llaneras-pensamiento-numerico-incertidumbre-y-la-importancia-de-rodearse-de-gente-que-disfruta-de-las-cosas/)Bueno, ¡pues ya está aquí 2023! Espero que hayas tenido unas fiestas estupendas y que esté sea un año muy feliz para ti. El mío promete por muchas cosas que ya te iré contando, pero sin ir más lejos porque lo vamos a empezar con una entrevista a alguien de quien me has oído hablar en más de una ocasión.En esa obsesión que tengo con los perfiles híbridos y la gente que combina distintas habilidades, un nombre que ha salido varias veces es el de Kiko Llaneras. Lo suelo poner de ejemplo, igual que a mi buena amiga Cristina Carrascosa, como ese tipo de personas que han encontrado un nicho bastante único en el que prácticamente no compiten con casi nadie. Lo que no significa que lo que hacen sea fácil, al contrario, que han sabido combinar sus intereses, sus conocimientos y sus habilidades de una forma casi única. Y yo te contaba todo esto sin conocer a Kiko de nada. Simplemente por haberle leído algunos artículos aquí y allá, por ver el tipo de contenido que empezó a hacer El País cuando él se unió al periódico y habiendo cotilleado un poco su perfil; eso de un ingeniero dedicado al periodismo de datos me llamó la atención. Lo que no sabía y fui descubriendo mientras preparaba la entrevista y durante nuestra charla es que Kiko era un perfil tan kaizen. Lo cierto es que compartimos un montón de intereses y hasta una trayectoria paralela en muchas cosas. Así que, como no podía ser de otra manera, acabamos hablando de todo. De cómo pensar de manera numérica, de afrontar la incertidumbre, de labrarse un perfil híbrido, de la prensa en tiempos de internet y hasta de bacterias y de gente disfrutona —por separado, no mezclados. En fin, que estuvimos hablando algo más de una hora, pero nos podíamos haber tirado una tarde entera. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#150 Modelos Mentales 18 - Especial Incentivos (II): Roosevelt, métricas y anti-métricas
(NOTAS Y ENLACES DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/150-modelos-mentales-18-especial-incentivos-ii-roosevelt-metricas-y-anti-metricas/)Hay un discurso legendario que Theodore Roosevelt, presidente de Estados Unidos, dio a principios del siglo XX. Bueno, en realidad lo que es legendario es un pequeño fragmento del discurso, que era bastante más largo y se llamaba Citizenship in a Republic -Ciudadanía en una República. El fragmento en sí sin embargo suele conocerse como “The Man in the Arena”, algo así como «el hombre en la arena» (o «en el ruedo», en términos más españoles). Te invito a buscarlo en inglés, y te lo he dejado en las notas del capítulo, porque con la traducción que yo he hecho creo que pierde un poco. Aunque vendría a ser más o menos así:"No es el crítico quien importa; no es aquel que señala cómo una persona fuerte tropieza, o cómo quién trabaja podría haberlo hecho mejor. El crédito pertenece a quien está realmente en la arena, con su rostro desfigurado por el polvo y el sudor y la sangre; que lucha valientemente; que se equivoca, que falla una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error ni defecto; pero que realmente se esfuerza por realizar hazañas; que conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; que se agota en una causa digna; que en el mejor de los casos alcanza al final el triunfo del gran logro, y que en el peor, si fracasa, al menos fracasa mientras se atreve a mucho, para que su lugar nunca esté con aquellas almas frías y tímidas que ni conocen la victoria ni la derrota".Para mí, estas palabras reflejan un incentivo. Es más, reflejan el tipo de incentivos más poderosos que pueden existir: los emergentes, aquellos que surgen espontáneamente en una sociedad o una organización, por una mezcla extraña de su cultura, su historia o sus circunstancias. Esos que no son diseñados -aunque quizás sí favorecidos. Cuando en una sociedad se celebra a quienes no quieren acabar como aquellas almas frías y tímidas que ni conocen la victoria ni la derrota, entonces más gente se lanza a la arena. Es una idea poderosa que nos empuja a actuar.Lamentablemente, eso sí, frente a las buenas intenciones, muchas veces nos encontramos con todo tipo de obstáculos, muchos de ellos en forma de incentivos que empujan en la dirección contraria. Lo son por ejemplo aquellos que nos empujan a criticar más que a actuar, y que resultan en que no hagamos lo que sea que nos proponemos, como individuos, como empresas, como sociedad o como civilización. A veces tenemos que corregir el rumbo y tampoco podemos siempre esperar a que emerjan los sistemas de incentivos que nos interesan. Por eso hoy vamos a intentar encontrar algunas pistas sobre cómo diseñar o favorecer sistemas de incentivos. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/
#149 Conversaciones con una Inteligencia Artificial
(NOTAS Y ENLACES COMPLETOS DEL CAPÍTULO AQUÍ: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/kaizen/149-conversaciones-con-una-inteligencia-artificial/)Para el capítulo de hoy vamos a hacer un experimento, sobre el que llevo unos meses pensando. Llevaba tiempo dándole vueltas, sin terminar de decidirme hasta que hace un par de días, se lo comenté a una oyente del podcast y su reacción fue tan positiva que me quedó claro que era el momento de hacerlo. Este capítulo voy a crearlo a medias con una Inteligencia Artificial. Y no, hoy no vamos a usar a Siri, sino a ChatGPT, una inteligencia artificial que se ha puesto de moda últimamente. Para el capítulo de hoy, yo he decidido cambiarle el nombre y llamarlo Hal8999. Por homenajear a 2001, una odisea en el espacio. Y por tentar un poco a la suerte, que hay que vivir peligrosamente a veces. Eso sí, ChatGPT sólo funciona en texto, lo cual no es muy radiofónico. Así que voy a leer yo sus respuestas y pondremos un filtro o algo para que se distinga quién habla cada vez, si Halcasi9000 o yo. Me hubiera encantado que su voz la pusiera Nikki García, la auténtica voz de Siri en español, o Scarlett Johanson, para homenajear a la peli de HER, pero por lo que sea no saben quién soy yo, ni posiblemente pudiera pagarlas. En cualquier caso las respuestas que voy a leer están intactas, no voy a editarlas en absoluto. Y cuando me dirija a Hal, voy a leer exactamente lo que le he escrito. Así que lo que vas a escuchar es en el fondo, una conversación con una inteligencia artificial. A ver qué sale de todo esto. ¿Te gusta kaizen? Apoya el podcast uniéndote a la Comunidad y accede a contenidos y ventajas exclusivas: https://www.jaimerodriguezdesantiago.com/comunidad-kaizen/